América Latina atraviesa una etapa particularmente compleja. El impulso integracionista de principios del milenio ha perdido ímpetu y la región vive una profunda fragmentación en una coyuntura en que el orden mundial se encuentra en transición y en el que el impacto de los efectos –sanitarios, económicos, sociales y políticos- de la pandemia global se sigue desarrollando a un ritmo acelerado. En este contexto, al desafío de lidiar con la pandemia en un entorno internacional incierto y cambiante, se suma la combinación de retos internos y externos. Entre ellos, como señalamos con Wolf Grabendorff al coeditar el volumen colectivo Los actores globales y el (re) descubrimiento de América Latina (de acceso gratuito desde http://bit.ly/librocries) se destacan “enfrentar la recesión y la crisis económica que afectan no sólo a los sectores más vulnerables sino también al conjunto de la sociedad; reforzar la resiliencia de la democracia y de sus debilitadas instituciones a través de la implementación de estrategias y políticas públicas que demanda la ciudadanía y desarrollar una coordinación regional sin sesgos ideológicos para enfrentar los cambios globales y promover una inserción internacional con mayores grados de autonomía y de diversificación”.
Pandemia. La pandemia ha tendido a acentuar estos procesos que, sin embargo, cuentan con limitados análisis e interpretaciones desde la región, en tanto prevalecen los estudios y publicaciones en inglés generados predominantemente en los centros de pensamiento de los países occidentales. La abundante gama de publicaciones sobre las transformaciones de la economía mundial y de la política internacional en ese ámbito tiende a desplazar a un segundo plano o a ignorar a la región latinoamericana y sus relaciones con el sistema internacional, en especial en función del impacto de la crisis de la integración regional y del multilateralismo, las dificultades y limitaciones que se despliegan en torno a la gobernanza global y regional, y los diferentes escenarios que pueda asumir en el futuro la globalización, con distintos énfasis y características, y bajo el asedio de fuerzas ultranacionalistas y anti-globalistas, temas que hemos tratado en otro volumen de CRIES publicado bajo el título América Latina y el Caribe frente a un nuevo orden mundial.
América Latina. En este marco, sin embargo, asistimos a un renovado interés en América Latina de los actores más relevantes del sistema internacional. Este interés tiene facetas multidimensionales, desde las prioridades económicas a las diplomáticas y geoestratégicas, eventualmente combinadas, que diluyen la tradicional influencia estadounidense o europea en un espacio que Alain Rouquié, quien prologa este volumen, denomina el “extremo Occidente”, e incorporan, de una manera crecientemente asertiva, la presencia y el involucramiento de otros actores. De hecho, en años recientes la región ha desarrollado un amplio espectro de relaciones con los diversos actores extrarregionales que configura un crecientemente denso y, por momentos, tenso entramado en un entorno de incertidumbre y de transición del sistema internacional.
El proceso de reordenamiento del sistema internacional ha puesto en un primer plano la relevancia y las pugnas entre las grandes potencias establecidas en Occidente y un nuevo conjunto de actores emergentes. Esta transición genera nuevas incertidumbres y, a la vez, profundiza tendencias preexistentes. Asia -encabezada por China- pasa a ocupar un papel preponderante en la economía y en las relaciones y equilibrios de poder a nivel mundial, y Eurasia y el Indo-Pacífico, particularmente en el marco de la disputa estratégica entre los Estados Unidos y China, devienen ámbitos de tensión y de conflicto con reverberaciones en otras regiones del planeta, incluyendo América Latina. Comprender la crisis regional y el papel de los actores globales a través de una interlocución colectiva entre analistas y especialistas de diferentes latitudes desde miradas no siempre coincidentes es, consecuentemente, el principal propósito del volumen que hemos coeditado con Grabendorff.
China y Estados Unidos. “Las articulaciones con otros socios extrarregionales vienen dándose de forma selectiva, marcadas por la competencia entre los Estados Unidos y China”, destaca Mirian Gomes Saraiva de Brasil, en uno de los capítulos del volumen.
Mientras que China se convierte en un socio económico crucial para algunos países de América Latina y el Caribe, superando en algunos casos a los Estados Unidos -que en los últimos años se han ido desentendiendo del ámbito latinoamericano-, la competencia estratégica a nivel global entre Washington y Beijing en el plano diplomático, económico y tecnológico, comienza a reflejarse crecientemente en la región, agrega.
“Lo que queda de interés estadounidense por la región en la administración Trump es fuente de conflicto (migración, narcotráfico) más que de cooperación”, apunta por su parte Jorge Domínguez sobre las relaciones con los Estados Unidos en su capítulo.
Bajo la presidencia de Biden, esta competencia global se mantendrá, y probablemente se acentúe, y, sin duda, impactará, con variadas repercusiones, a los diferentes países y subregiones. Las recientes tensiones entre las dos potencias en el Mar Meridional de la China parecen indicar que la disputa tenderá a profundizarse, forzando alianzas y alineaciones por parte de otros países, presión de la cual no estarán exentos los países latinoamericanos y caribeños. La creciente presencia económica de China como socio comercial e inversor en la región se articula con una activa “diplomacia sanitaria” a raíz de la pandemia que contribuye a profundizar y acelerar las asociaciones estratégicas con países del Cono Sur y del Caribe.
“Es necesario que cada país de América Latina y la región en su conjunto generen y refuercen las instituciones públicas, privadas y académicas vinculadas con China para generar agendas a corto, mediano y largo plazo en los múltiples ámbitos de la relación bilateral”, señala el mexicano Enrique Dussel sobre las relaciones con China en este volumen colectivo.
Rusia, despojada del legado de la impronta ideológica de la URSS. combina el pragmatismo con su interés de mantener su estatus de potencia y reactiva su presencia y amplía sus vínculos no sólo con Cuba y con Venezuela, sino también con otros países latinoamericanos. Pese a que no hay indicios de una coordinación de esfuerzos en el ámbito latinoamericano, la convergencia estratégica de Moscú y Beijing en Eurasia no sólo se refleja en los ámbitos multilaterales y comienza a insinuarse en América Latina.
Sin embargo, “la política rusa en gran medida es coyuntural. No ofrece proyectos o iniciativas globales al mundo, como lo hacen Estados Unidos o China. Por ende, no tiene un mensaje claro y definido para América Latina”, destaca en su texto el analista ruso Dmitry Razumovskiy, del Instituto de América Latina en Moscú.
La Unión Europea mantiene una vinculación crucial con la región, no sólo como inversor y socio comercial, sino también como referente cultural y de ideas y valores políticos. Entran asimismo en escena Irán, Turquía y la India, con intereses diversos, mientras que los lazos económicos y las convergencias diplomáticas, económicas y políticas con actores tradicionales como la misma Unión Europea, Canadá y Japón persisten, a la par de que se forjan nuevos vínculos interregionales con Eurasia y el Asia-Pacífico.
Aporte. En este marco, el volumen colectivo que hemos compilado con Wolf Grabendorff, publicado por Cries, constituye un aporte colectivo y multifacético desde una mirada policéntrica que combina los análisis de expertos latinoamericanos y de los países involucrados en el (re) descubrimiento de América Latina por parte de nuevos y tradicionales actores globales en un cambiante entorno internacional. Como señala un latinoamericanista de larga y reconocida trayectoria, este libro colectivo constituye, en este sentido, un excelente y actualizado diagnóstico de las relaciones internacionales de América Latina.
El volumen se estructura sobre la base de una introducción a cargo de los compiladores y de un prólogo del destacado experto y diplomático francés Alain Rouquié y de cinco secciones que, a través de diferentes autores, abordan tanto los desafíos y las incertidumbres regionales, como el peso de potencias como los Estados Unidos, la República Popular China y la Federación Rusa; la presencia de actores tradicionales generalmente desapercibidos como Canadá, y Japón, y de nuevos actores como India, Irán y Turquía, para cerrar con una sección sobre relaciones interregionales, con dos capítulos sobre las relaciones con la Unión Europea y uno sobre los vínculos emergentes con Eurasia. Los autores de los 23 capítulos que abordan estos temas en las diferentes secciones incluyen a reconocidos expertos y analistas de América Latina, Estados Unidos, Europa, China, Rusia, Canadá y la India, como lo evidencian algunas de las citas incluidas en esta nota.
Este conjunto de aportes sobre las precepciones y relaciones internacionales de la región configura un volumen de necesaria lectura para los investigadores y especialistas en relaciones internacionales, principalmente por la riqueza del cruce de visiones y miradas y por los enfoques y análisis noveles que proporciona sobre la presencia e influencia de actores globales en la región, ofreciendo un panorama complejo sobre el futuro de las mutaciones que estas relaciones están viviendo bajo la pandemia y sus efectos sobre el futuro de la región.
*Presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales - Cries.