OPINIóN
¿Privatizar o estatizar el saber?

La ciencia como palanca del desarrollo económico

Los países nórdicos destinan 3% de su PBI a la investigación científica; Argentina, menos que Rwanda. La ciencia no debe ser patrimonio exclusivo de las naciones avanzadas. Trae progreso y bienestar tangibles a la sociedad que invierte en el saber.

Ciencia e investigación
Ciencia e investigación. | Télam

El próximo 22 de octubre serán las elecciones presidenciales generales. Al comenzar una nueva etapa presidencial, hay numerosos desafíos a abordar, y uno significativo es la reasignación de la prosperidad. Una prosperidad que, en primer lugar, debe ser creada. Por ello, es fundamental resaltar el papel de la ciencia para el beneficio de la Nación.

A menudo, la ciencia es percibida como una extensión de la educación. Aunque están relacionadas, la ciencia está más vinculada con la economía y la producción. Gobiernos e industrias deberían considerar a los científicos como lo que verdaderamente son —reservorios de sabiduría— y crear alianzas con ellos. Si bien hay notables excepciones, un conjunto de islas no forma un continente, y la expansión del conocimiento autóctono argentino beneficiará a un amplio rango de nuestros sectores productivos y al pueblo en general.

Hace un siglo, nuestro principal rubro de exportación era el agrícola, y no ha variado mucho desde entonces. Sin embargo, el mundo ha evolucionado y la ciencia es el impulsor de esa transformación. Por lo tanto, si deseamos ampliar nuestra economía, estamos en el sendero equivocado.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Para ilustrar, los países nórdicos destinan alrededor del 3% de su PBI en investigación científica. De acuerdo a los datos del Banco Mundial, Argentina asignó un 0.46% en 2019 (un nivel parecido al de Botswanae inferior al de Rwanda con 0.76%). Se estima que el ideal para Argentina sería que el Estado contribuya con, al menos, el 1% del PBI. Claramente, el sector privado debe jugar un papel en la creación de una política científica renovada. Actualmente financia cerca del 20%, pero lo óptimo sería el 50%.

Científicos del Conicet se movilizaron en rechazo a la privatización propuesta por Javier Milei

José María Castro Madrid, primer mandatario de Costa Rica expresó: “Lamentable es el país que no adopte la ciencia como guía en sus empeños y labores. Se quedará relegado, dependerá de otros y su decadencia será inevitable; en el contexto actual de las sociedades contemporáneas, la que utilice más astucia y conocimiento superará al resto".

En el mismo espíritu de época, el presidente Sarmiento, creador de varias iniciativas científicas, fundó en Córdoba en 1871 el Observatorio Nacional, recibiendo una buena cantidad de críticas por ello. "El loco", como siempre, estuvo lejos de callarse. En su discurso inaugural dijo: "“Es anticipado o superfluo, me dicen, un observatorio en pueblos nacientes y con un erario o exhausto o recargado. Y bien, yo digo que debemos renunciar al rango de nación, o al título de pueblo civilizado, si no tomamos nuestra parte en el progreso y en el movimiento de las ciencias naturales”. 

Ciencia y desarrollo económico

El perjuicio hasta ahora causado a la estructura científica requerirá lustros para su recuperación, por lo que es urgente un dramático cambio que debe ser el resultado del esfuerzo conjunto de la sociedad toda, y con los científicos al frente. Es un hecho claro y todos sabemos sobre las dificultades que atraviesan muchos sectores de la población argentina, pero como Sarmiento, debemos insistir que precisamente por ello, la importancia de la ciencia para el bienestar del país se torna central.

Algunos descubrimientos, particularmente aquellos con potencial utilidad industrial, deben ser patentados y se debe ejercer derechos sobre la propiedad intelectual. Es vital compartir nuestro conocimiento y que impacte en la sociedad, añadiendo valor al proceso productivo, creando empleo y desarrollo. La innovación científica es clave considerando las externalidades potenciales que pueden influir en el espectro productivo. No es lo mismo que las industrias nacionales utilicen innovaciones externas a que desempeñen el papel dual de usuarios y creadores de avances propios.

La industrua nacional puede patentar y utilizar los avances científicos propios

En esta línea, los gobiernos deben comprometerse en este cometido, el cual debe basarse en principios de solución y acción, balanceando, como indica Weber, la tensión entre la dimensión normativa y la dimensión política. El concepto de bien público debe ser parte integral de las políticas de investigación y estar alineado con nociones de progreso, integración, igualdad de oportunidades y asignación equitativa de recursos.

Para edificar una verdadera comunidad, es tarea de los científicos crear ciencia que pueda permeabilizar a la sociedad y reconciliarla con el saber. Cuando el conocimiento es reemplazado por interpretaciones alternas de la realidad y se promueve la ignorancia, se generan reacciones adversas hacia grupos socialmente vulnerables, erosionando el concepto de dignidad humana. 

Sin embargo, existen candidatos que ya están prometiendo cerrar el Ministerio de Ciencia. Se combina en nuestro país con un persistente desinterés en construir políticas científicas coherentes y duraderas por parte de sucesivos gobiernos, justificando ese abandono con la crisis, lo que ha conseguido quebrar la incipiente progresión que la ciencia argentina había alcanzado tiempo atrás.
La investigación, educación y transferencia son palancas esenciales del desarrollo económico para nuestras naciones, impulsando el crecimiento de manera acelerada, sostenible y, sobre todo, honrosa. La ciencia no debe ser patrimonio exclusivo de naciones avanzadas. Al contrario, las naciones emergentes deben investigar porque la ciencia y la tecnología son herramientas de desarrollo que generan prosperidad.

Argentina podría ser un "hub" de ensayos preclínicos de medicamentos

Siguiendo el ejemplo de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) sería aconsejable que todas las sociedades científicas de Argentina en forma asociada reclamen las siguientes acciones urgentes y duraderas

  1. La firma de un Pacto de Estado por la Ciencia, capaz de desligar la ciencia de los vaivenes políticos, propiciado por el colectivo científico y suscrito por las fuerzas políticas y por cuantas entidades públicas y privadas quieran adherirse. 
  2. La puesta en marcha de un ente realmente independiente del Ejecutivo, responsable de los instrumentos y recursos derivados de las políticas científicas y gestionado por personas expertas del mundo de la ciencia, libre de los ciclos electorales. Un ente dotado con mayor financiación para subsidios y becas de grado y posgrado, pero eficaz y eficiente a la hora de captar fondos privados (con excepciones, los grandes ausentes del sistema)
  3. Un compromiso claro por la captación y retención del talento joven, que reemplazara a nosotros, "los viejos", en esta titánica tarea. Un sistema para ellos que sea incluyente y no expulsivo.
  4. Debemos poner a la ciencia en la agenda política de tal manera que quienes deben tomar decisiones legislativas y ejecutivas dispongan de información científica constante, suficiente y eficaz mediante la incorporación de entidades personales o colectivas independientes que asesoren a los miembros del Congreso que lo requieran, y a los componentes del Ejecutivo, desde la Presidencia del gobierno a las estructuras ministeriales, provinciales y municipales. 
  5. El reconocimiento del protagonismo y responsabilidad que la ciencia debe ejercer en el actuar político mediante la acción desarrollada por el Ministerio de Ciencia.

En este esfuerzo conjunto, el investigador debe priorizar su papel de ciudadano comprometido con las problemáticas nacionales: identificar áreas desatendidas, formar excelentes científicos y guiarlos adecuadamente. Es decir, colaborar con políticas nacionales alineadas con la realidad global, promoviendo la investigación y apropiación del saber. La aspiración de nuestra nación es generar prosperidad a través de su base científica, en un ciclo benéfico de más conocimiento y ciencia, lo que nuestros ancestros denominaban, el progreso.

*Director del Centro de Oncología Molecular y Medicina Translacional. Universidad Nacional de Quilmes; ex Director del Instituto Nacional del Cáncer de Argentina; Investigador Superior del Conicet.