Eran ocho personas, reunidas, celebrando una boda judío ortodoxa en plena cuarentena. Los novios, el rabino y el resto de los invitados fueron imputados por romper el decreto presidencial de aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus. Recuperaron la libertad y deben cumplir el aislamiento en su casa.
Los involucrados fueron detenidos ayer en flagrancia, es decir, cuando los agarran infraganti cometiendo el delito. Es que estaban en plena celebración de del casamiento cuando rige la cuarentena obligatoria. Las ocho personas involucradas fueron demoradas para notificar sus domicilios y luego quedaron en libertad, informaron fuentes judiciales a PERFIL.
Ahora deben cumplir en sus casas el decreto presidencial que rige desde el 20 de marzo último de aislamiento obligatorio. Además, les asignaron “una consigna policial dinámica” que de manera aleatoria se hará presente en los domicilios para corroborar que estén cumpliendo con la normativa.
Los novios, el rabino, los padres de los novios y el dueño del lugar en donde se desarrolló la ceremonia ayer en Ecuador al 600 en el barrio porteño de Once quedaron imputados por violar el aislamiento obligatorio según establece el artículo 205 del Código Penal. Lo que prevé una pena de seis meses a dos años de prisión para quien “violare las medidas impuestas por la ley o por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
Una de las versiones hablaba de que el justificativo para realizar la ceremonia era que la fecha resultaba impostergable. Hori Sherem director comunitario de la comunidad de Tfilat Shalom explicó que la ley judía no avala eso y “cualquier cosa que arriesgue la vida no se puede hacer”. En este caso una reunión social en medio de la expansión del coronavirus. Además destacó que se trata de una comunidad “rabino centrista”.
“La ley judía dice que hay dos preceptos muy importantes. Uno es ‘Dina de maljuta dina’ que significa que la ley del reino, hoy la ley del Estado, está por arriba de la ley judía. Porque cualquier judío fuera del estado de Israel, en la época del exilio cuando llega a un lugar tiene que respetar las leyes del lugar. Y la segunda es que los preceptos que se cumplen, como es un casamiento, la Torá dice que uno debe vivir en los preceptos y no morir en ellos. O sea, que cualquier cosa que arriesgue la vida no se puede hacer”, explicó Sherem.
Además sostuvo que se trata de una comunidad ortodoxa Sefaradí, es decir, que la mayoría de la gente que va a su institución tiene su origen ancestral en medio oriente y no en Europa. “Son comunidades religiosas más ortodoxas, con lo cual, descreen de alguna forma del mundo secular y sienten que no pueden confiar en un lugar en donde Dios no tiene participación”, detalla.
Pero al mismo tiempo destaca: “El mayor problema es que los movimientos más ortodoxos, al descreer del mundo secular, entienden que todo lo que pasa en el mundo judío y religioso en donde está Dios presente es más importante que todo lo demás. Creen que Dios los va a cuidar, los va a proteger porque, de alguna forma, están haciendo el cumplimiento del precepto (el casamiento). Generalmente estas comunidades son rabino centrista. Le preguntan al rabino cómo hacer todo, si al rabino no le importa lo que pasa, va a seguir a su rabino”.
Según el Ministerio Público Fiscal, la Policía porteña "había intimado por la mañana a los residentes del lugar tras advertir que la ceremonia violaba el decreto presidencial sobre el aislamiento actual".
"Ningún ritual religioso está eximido de respetar el aislamiento. Les pedimos que denuncien este tipo de convocatorias para que podamos intervenir o anticiparnos", sostuvo el fiscal general Juan Bautista Mahiques.
Hay más. La causa la lleva adelante el fiscal Maximiliano Vence. Que además investiga otros dos casamientos que ocurrieron con anterioridad y fueron difundidos en distintos videos. Desde la fiscalía están trabajando en la identificación de estas personas que también incumplieron el aislamiento obligatorio, explicaron voceros del Ministerio Público Fiscal porteño.
Mucha gente junta, abrazándose y participando de una boda. Los novios, de espalda, en el centro de la escena. Muy poco de los invitados se los ve con barbijos. La distancia social no existe, según se puede observar en las imágenes viralizadas de una de las ceremonias bajo investigación que se realizó el miércoles pasado. Otra se hizo el domingo también en el barrio de Once.
Por su parte, la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) emitió un comunicado en el que repudió enérgicamente "la violación del aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en nuestro país" y advirtió que "no avala ninguna ceremonia religiosa desde que se inició la pandemia".
Por otro lado, el abogado defensor de las ocho personas imputadas ayer, Carlos Broitman, que además dijo que representa a otras personas que realizaron ceremonias privadas en los últimos días, aseguró que "todos se encuentran en sus casas cumpliendo la cuarentena como si hubieran vuelto del exterior".
"Hubo muchos casamientos esta semana en la colectividad, donde muchos cumplieron los protocolos y solo estuvieron las personas necesarias para llevar a la cabo la ceremonia", indicó el letrado a la salida de la fiscalía y explicó que "una boda de la comunidad necesita la presencia de al menos 10 judíos".
Broitman afirmó que "nadie convalida que se haya roto la cuarentena" y que se presentó en la fiscalía para determinar si hay otra causa con imputados o investigados porque "se van a poner a disposición de la justicia".