Luego de estar medio siglo tras las rejas, Carlos Eduardo Robledo Puch y su abogado, Jorge Alfonso, no pierden la esperanza de que "El Ángel de la Muerte" recupere su libertad. En ese sentido, el letrado solicitó su libertad condicional en caso de que no le concedan la detención domiciliaria.
Puch fue detenido el 4 de febrero de 1972 a los 20 años, unas horas después de cometer sus últimos dos asesinatos. Tras estar cinco décadas en prisión, algo inédito en la Argentina, el condenado, que ahora tiene 71, entiende que su liberación va tomando forma. En esa línea, sus abogados solicitaron a la Sala l de la Cámara de Apelaciones de San Isidro su libertad condicional si no se le concede la detención domiciliaria.
Al respecto, los letrados se amparan en el artículo 13 del Código Penal, que indica que "un condenado a reclusión o prisión perpetua que hubiere cumplido 35 años de condena (...) podrá obtener la libertad por resolución judicial".
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En diálogo con Noticias Argentinas, el abogado, quien parece ser el primer profesional en el que Puch confía, manifestó que "Robledo no quiere morir en la cárcel". Además, indicó que el deseo de su cliente "apenas salga" es comer un asado.
Respecto a su condena, afirmó que la Cámara de Apelaciones "tiene que darle la libertad porque la detención ya es arbitraria". En caso de recibir un revés judicial, adelantó que seguirá insistiendo para que el "Ángel de la Muerte" consiga su libertad, debido a que considera que "ya pagó con esta condena" de los homicidios.
Los jueces de la Sala 1 de Apelaciones de San Isidro, integrada por Oscar Roberto Quintana y Ernesto García Maañón, serán los encargados de resolver la situación del "Ángel Negro". Asimismo, una persona se presentó como garantía para recibirlo en una casa.
El "Ángel Negro" fue condenado el 27 de noviembre de 1980 a "reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado" por la Sala I de la Cámara de San Isidro, que lo encontró culpable de 11 homicidios, entre otros delitos.
El derrotero carcelario de Robledo Puch comenzó en la Unidad Penal 9 de La Plata, donde estuvo alojado desde 1972 hasta 1981, año en que fue trasladado a la Unidad 2 de Sierra Chica. Allí permaneció hasta que el 23 de mayo de 2019 fue internado en el hospital municipal de Olavarría por una "neumonía multifocal". A los cinco días recibió el alta y fue derivado a la Unidad 22 de Olmos, donde funciona el hospital penitenciario.
Tras su recuperación, fue trasladado a la Unidad 26 del mismo distrito, donde permanece alojado en la actualidad. Este establecimiento se trata de una cárcel que no tiene muros sino un alambrado perimetral y solo aloja internos que no cumplen condenas por delitos graves o están próximos a recuperar la libertad. En su mayoría, los presos superan los 60 años.
Esta no es la primera vez que Puch exige su libertad. Al respecto, el 5 de junio de 2008 el tribunal le negó su pedido ya que consideraban que el condenado seguía siendo un peligro para la sociedad. En esa línea, previo a oír su sentencia el 27 de noviembre de 1980, el asesinó había dicho ante un perito judicial: "Algún día voy a salir y los voy a matar a todos".
Los crímenes del "Ángel de la Muerte"
El "Ángel Negro" fue sentenciado el 27 de noviembre de 1980 a "reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado" por la Sala I de la Cámara de San Isidro, que lo encontró culpable de 11 homicidios. Asimismo, fue condenado por tentativa de homicidio calificado, robo simple cometido en forma reiterada, robo calificado, violación calificada, tentativa de violación calificada, rapto reiterado, abuso deshonesto, hurto simple reiterado y daño.
La saga de asesinatos, robos y violaciones comenzó en mayo de 1971 en la zona norte del conurbano y tuvo como primer cómplice a Jorge Ibáñez, a quien conoció a los 16 años y que murió en agosto siguiente en un presunto accidente de auto en el que también estuvo involucrado Robledo Puch.
Los crímenes continuaron junto con su segundo cómplice, Héctor Somoza, quien fue en febrero de 1972 la última víctima del "Ángel Negro". Este hecho brindó a la Policía la principal prueba para localizar al asesino. En el bolsillo de la camisa de Somoza, a quien mató con el soplete que utilizaban para violentar las cajas fuertes, encontraron el documento de identidad de Puch.
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El primer homicidio adjudicado a Robledo Puch ocurrió el 3 de mayo de 1971 y su víctima, José Bianchi, era sereno de una casa de repuestos de Vicente López. El hombre fue ejecutado a tiros mientras que su esposa resultó herida a balazos y violada en el mismo hecho.
Unos días después, el 14 de mayo, el "Ángel de la Muerte" e Ibáñez asesinaron a tiros al sereno de un boliche de Olivos, Manuel Godoy, y también al encargado de local, Pedro Mastronardi, a los que sorprendieron dormidos. La siguiente víctima sería Juan Scattone, sereno de un supermercado también de Olivos, quien fue acribillado a balazos el 24 de mayo. Además, los homicidas brindaron con whisky sobre su cadáver.
El 13 de junio, Virginia Rodríguez fue raptada, violada y ejecutada a tiros a la vera de la Panamericana. La siguió Ana María Dinardo, quien el 24 de junio fue secuestrada a la salida de un boliche de Olivos para sufrir el mismo destino que Rodríguez.
Unos meses después, el 5 de agosto, Ibáñez murió en un presunto accidente automovilístico que también involucró a Robledo Puch. El "Ángel Negro" encontraría a un nuevo cómplice: Héctor Somoza.
El 15 de noviembre, ambos asesinaron a Raúl Del Bene, guardia de un supermercado de Boulogne. Dos días después, el 17 de noviembre, acribillaron a Juan Rozas, vigilante de una concesionaria de autos. Una semana después, el 25 de noviembre, asesinaron a otro sereno de agencia de autos, Bienvenido Ferrini.
El 3 de febrero de 1972 la dupla fusiló a Manuel Acevedo en una ferretería. Sin embargo, debido a una pelea Robledo Puch mató con un soplete a su cómplice. Ese mismo día la Policía detuvo al asesino, que en ese momento tenía 20 años. Desde entonces permanece preso, excepto por 68 horas en las cuales estuvo prófugo luego de huir del penal de Olmos en 1973, para posteriormente ser recapturado.
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