General Roca - El Lavacoches David Sandoval fue condenado hoy por la justicia de Río Negro a prisión perpetua por el crimen de tres mujeres ocurrido en 2002 en un laboratorio de la ciudad de Cipolletti.
La principal prueba contra el imputado fue una huella dactilar identificada por peritos chilenos que colaboraron con la investigación, ya que hasta ese informe no existían elementos contundentes en contra del sospechoso.
El triple homicidio fue perpetrado el 23 de mayo de 2002 en un laboratorio de análisis clínicos de Cipolletti, en el oeste de Río Negro, y las víctimas fueron la psicóloga Carmen Marcovecchio, de 39 años; la bioquímica Mónica García, de 30, y la paciente Alejandra Carbajales, de 37 años, quien trabajaba como cajera en un banco.
El fallo fue dictado por el tribunal subrogante de la Cámara Segunda de General Roca durante una audiencia prevista para las 9 de hoy, pero que finalmente comenzó a las 10, aunque la sentencia se conoció cinco horas más tarde.
Sandoval, un lavacoches cipoleño de 30 años que era el único imputado en la causa, fue condenado como "coautor" del delito de homicidio calificado por alevosía, porque la justicia estima que habrían intervenido otras personas.
Aparentemente, el móvil del crimen no habría sido el robo, sino una suerte de venganza de Sandoval contra Marcovecchio, quien durante su adolescencia habría sido su psicóloga, según consideró el abogado querellante, José Gerez.
Asimismo, peritos psiquiátricos consideraron que el imputado tiene una personalidad con "rasgos psicopáticos". Dos de las mujeres fueron asesinadas de 20 puñaladas cada una, en tanto la tercera fue baleada, a la vez que una cuarta, que salvó su vida milagrosamente, Kety de Bilbao, también recibió un disparo.
La acusación contra Sandoval, que tras la sentencia fue trasladado a la alcaidía de General Roca, tuvo su sustento principal en la identificación de una huella dactilar por parte de peritos chilenos, luego de que varias fuerzas de seguridad argentinas intervinieran en el análisis con resultados diversos.
La marca de un dedo de Sandoval fue hallada por los investigadores en una tabla que se encontraba en el baño del laboratorio.
Los especialistas trasandinos señalaron que la impronta era de David Sandoval, y ante una pregunta del Tribunal, señalaron que era imposible que esa huella hubiese sido "plantada". El día en que los peritos chilenos regresaron al Alto Valle rionegrino con sus conclusiones hubo una bisagra en la situación del imputado, ya que hasta ese momento ninguna prueba firme había comprometido su situación.
Pero en su contra pesó también su propia declaración sobre lo que realizó durante las horas anteriores y posteriores al crimen, que luego contradijeron algunas personas con las que aseguró que había estado.
El fiscal Edgardo Rodríguez Trejo había pedido que Sandoval fuera condenado a prisión perpetua, tal como finalmente dispuso el tribunal, mientras el abogado querellante, José Gerez, había solicitado reclusión perpetua, la máxima pena que estipula el Código Penal.
Por su parte, los defensores de Sandoval, Eves y Gerardo Tejeda, habían solicitado que su cliente fuera absuelto por el beneficio de la duda, a la vez que custionaron las conclusiones de los peritos chilenos.
Asimismo, recusaron sin éxito a los juecesl del tribunal, Carlos Vila, Flora Díaz y Carlos Gauna Kroeger. Sandoval había sido juzgado y absuelto a fines de 2004 por el mismo caso, pero el Superior Tribunal de Justicia provincial anuló el proceso y ordenó repetirlo.