Casi tres años después de su renuncia al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), en junio de 2011, Claudio Morgado rompió el silencio. El ex funcionario concedió una entrevista a la revista digital Furias en la que reveló una historia de aprietes y acomodos políticos. Este diario se comunicó con Morgado, quien ratificó los dichos en esa entrevista de la que se publican los extractos más relevantes.
“Apenás asumí en el Inadi, me encontré con una denuncia cajoneada que realizaba la comunidad La Primavera de la provincia de Formosa, a través de Félix Díaz, por discriminación. (...) En ese momento la situación era compleja ya que los qom estaban sitiados por policías porque habían sido desalojados. (...) Había una presencia importante de gendarmes al costado de la ruta 86. Cerca de las tierras se organizó un campamento lleno de uniformados, y para llegar a La Primavera tenías que pasar por el cordón policial. (...) Cuando estaba camino a la provincia recibí un mail en mi celular de Aníbal Fernández, que en ese momento tenía mucho poder. En él decía que debía ponerme en contacto con el jefe de Gobierno de Formosa, Daniel González, que tenía conocimiento sobre el derecho indígena, pero este señor había cambiado su postura respecto de los pueblos originarios, tuvo un giro negativo que no iba a favorecer para nada a los qom. Cómo me iba a poner a las órdenes de este muchacho, hice caso omiso a ese mail. (...) Luego de la represión a los qom, me sucedió algo muy curioso: me llegó un mensaje de Fernández donde proponía como nuevo delegado de Formosa a William Dardo Carballo, que según él se trataba de una persona muy importante de los derechos humanos. Leo el currículum y resulta que se trataba de un secretario de Gildo Insfrán, inmediatamente lo llamé y le pregunté si él pretendía que como recompensa por la lamentable actuación del gobierno provincial, que provocó las dos muertes, yo nombrara a ese tipo como delegado, que no lo iba a hacer. (...) Aníbal Fernández se empoderó de los espacios de poder, justo venció el contrato por el que era vicepresidente del Inadi y él hizo lobby para que ese cargo lo ocupara María Rachid, ex presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales. (...) La relación con Rachid empeoró, ya no podía hacer nada, todo lo que yo avalaba ella lo invalidaba. El Inadi era un barco a la deriva”