El escándalo de la Aduana, que terminó con la suspensión de su titular, Juan José Gómez Centurión, decidió a Elisa Carrió a abrir un nuevo frente de batalla. Esta vez, contra “las mafias” enquistadas en los servicios de inteligencia. Y en esa estrategia, focalizó sus críticas en Silvia “Turca” Majdalani, la número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a quien visualiza como un reflejo del status quo que reina en el sector.
La diputada de la Coalición Cívica-ARI presentó esta semana una batería de proyectos para disolver la AFI y crear un nuevo sistema de inteligencia nacional. Además, preparó una denuncia judicial sobre la polémica en la Aduana que presentaron la legisladora Paula Olivetto y el asesor de Lilita, Juan López.
Las modificaciones ya sabe que es difícil que se puedan aprobar pero está convencida de que es el momento de poner en el centro de la escena la problemática, a pesar de que los cambios deban esperar.
“La pelea entre (Jaime) Stiuso con (Fernando) Pocino y (César) Milani es circunstancial. Todos responden a un mismo interés, la plata”, explicó una fuente cercana a Carrió para graficar su pensamiento. Lilita da por descontado que la denuncia contra Gómez Centurión fue armada por el sector de la inteligencia que responde a Stiuso (algo que también expresó el destituido titular de la Aduana). El argumento es que una de las investigaciones por contrabando que llevaba adelante Gómez Centurión apuntaban a sectores vinculados al ex director de Operaciones de la ex SIDE.
“No podemos permitir que estas mafias te volteen a un funcionario”, es el pensamiento de Carrió, quien apuntó sus misiles contra Majdalani, pero no así contra el titular de la AFI, Gustavo Arribas (quien llegó al cargo por su amistad con Mauricio Macri). Y en ese punto, los lilitos apuntan a vínculos entre la “Turca”, Francisco “Paco” Larcher (ex número dos de la agencia en la época kirchnerista), y Stiuso.
El foco ahí, en realidad, esta puesto en su marido, Jorge Norberto Olivero, quien es el que tiene la relación de amistad con Larcher.
Fuentes cercanas a Carrió, incluso, siguen una pista que vincularía a Olivero con el escándalo de la Aduana: indagan sobre una supuesta relación de amistad con Oldemar Barreiro Laborda, más conocido como “Cuki”, el informante de Gómez Centurión en el organismo.