Una característica define la personalidad de Diego Bonadeo: nunca calla lo que piensa. Jamás. Aún cuando sus palabras puedan sonar perturbadoras e indeseables. El veterano periodista, creador del mítico programa deportivo radial "Sport80" y del también recordado -aunque fugaz- "Fútbol prohibido", se define hoy profesionalmente como "una mezcla de proscripto con autoproscripto". En el plano personal, apela a tres palabras: "Anciano, prostático y memorioso".
Esa memoria es la que le impide callar. "Soy un viejo choto, pero me acuerdo de todo”, aclara. En una extensa entrevista con Perfil.com, Bonadeo habló de todo y de todos. Sin filtro, como es su costumbre, disparó contra el programa "6,7,8” y todo su panel, incluyendo a su productor Diego Gvirtz, cargó contra los medios de Sergio Szpolski y habló del levantamiento de "Fútbol prohibido".
-¿Extraña la radio y la televisión?
-Y el que dice que no extraña la televisión y la radio, habiendo estado allí mucho tiempo, o está desmemoriado o miente. Pero yo no puedo quejarme porque soy una mezcla de proscripto con autoproscripto, así que calavera no chilla.
-¿Por qué autoproscripto?
-Porque me aburrieron ciertas cosas, porque tome decisiones, cuando uno tiene nietos se da cuenta que la abuelidad es el mejor estado que puede haber. Y bueno, tiene que ver con eso.
-¿Lo de proscripto es por “Fútbol Prohibido”?
-Tiene un poco que ver con “Fútbol Prohibido” y la última experiencia que tuve fue bastante oxigenante al principio y nefasta al final, que fue la de radio de la Ciudad. Cuando durante la última parte de la gestión de Telerman me sentí absolutamente manoseado, me cambiaban el horario, me cambiaron el programa, me cambiaron los compañeros, entonces en el último programa le avise a mis compañeros, el Ruso Verea y Gustavo Campana, que me iba.
-¿Cómo ve a la televisión hoy? ¿Le gusta ver televisión?
-Veo mucha televisión, me hago bastante mala sangre por cierto y me doy cuenta por qué el canal Encuentro, pese a ser un canal de este Gobierno del que yo soy un entusiasta opositor, sigue siendo un canal que realmente vale la pena, porque tiene que ver con reivindicar algunas cosas de la cultura, que el que no las reivindica o valora eso realmente es necio. Además, también me doy cuenta por qué tiene audiencia el fútbol, porque las alternativas que hay son realmente de una mediocridad que a mi me asustan realmente.
- El programa insignia de Canal 7 es "6,7,8", ¿qué opinión tiene de él?
-Es repugnante, es repugnante el mensaje permanente, de estos individuos e individuas, tomando la terminología de Cristina que dice ‘Buenas tardes a todos y todas’, bueno, todos y todas, yo no sé si Carla Chudnovsky trabajó alguna vez en el multimedio, pero los demás sí. Barone, aparentemente, también trabajó en el multimedio aunque borró la palabra Clarín de su curriculum. Barragán lo reconoció el otro día. Sandra Russo no lo reconoció aparentemente, pero ella era apostilladora de Lalo Mir en radio Mitre, que yo sepa radio Mitre es del Grupo Clarín. Para qué hablar de Galende, que si no se hubiera muerto Jorge Guinzburg, seguramente todavía estaría trabajando para el multimedio que ahora cuestiona.
Bonadeo escupe críticas a los ex Clarín. Pero lo hace hilvanándolas con la elegancia de un lord inglés. "Ninguno de ellos jamás osaron, por supuesto, hacer alguna referencia a la adopción absolutamente irregular de los hijos de Ernestina Herrera de Noble", recalca con su ronca voz. "Ahora sí hablan del tema porque están afuera del multimedio y porque ayudan a fogonear esta campaña del Gobierno. De todas maneras yo no estoy ni con ellos, ni con los otros", aclara.
La traición de Gvirtz. Un denominador común une a Bonadeo con "6,7,8", programa que le repugna pero reconoce ve seguido: el productor Diego Gvirtz. Cerebro de los nuevos programas mimados de la televisión K, Gvirtz también produjo "Fútbol prohibido". El levantamiento de ese programa en 1999 por presiones de TyC Sports a Canal 9 desencadenó una demanda judicial y marcó el punto sin retorno en la relación del periodista con el productor. Se produjo una traición.
"Gvirtz primero hace una denuncia junto con el Ruso Verea y conmigo en Defensa a la Competencia, y después Carlos Avila -Torneos y Competencias- le compra el silencio y lo contrata para que sea el productor de ‘Tribuna Caliente’ a cambio de que desista de la denuncia", cuenta. "Eran época de menemismo puro", gráfica el periodista, al recordar que se tiraban contra el Gobierno, contra Clarín, contra TyC y contra todos los que pudieran. “Ese fue el motivo por el cual nos levantaron el programa”, reflexiona.
-Diego Gvirtz es uno de los personajes más influyentes de este Gobierno, se dice que visita Olivos seguido...
-Sí, Diego Gvirtz y [Sergio] Szpolski. Szpolski, que alguna vez fue el representante notorio del Banco Patricios, que alguna vez esponsorizó a José Ricardo Eliaschev, que ahora es opositor al Gobierno, y que ahora aparentemente maneja radio Del Plata, Tiempo Argentino, Miradas al Sur, la revista Veintitrés. Y cuando Roberto Cox el otro día, en "6-7-8", insinuó la posibilidad de que hiciera referencia de que se debatiera de que se trataba lo de Szpolski, hubo mutis por el foro, nadie dijo nada. Nadie dijo nada. Son una basura. Y Barone se arroga el derecho de haber inventado el periodismo de periodistas, Orlando Barone. ¿Cómo? Además, dicen que es un programa con mucha audiencia y que la gente se autoconvoca, mentira, lo convocan ellos, ellos convocan a que se convoquen. Es una mentira más del kirchnerismo.
-Detrás de “6,7,8” está Gvirtz, ¿lo volvió a ver alguna vez?
-Una vez me lo cruce en la cancha de River. Me dijo "Ey, como andas". Y le dije: "Tomátelas de acá".
-¿Nunca lo invitaron a “6-7-8”?
-¿Vos te pensás que osarían?
-El otro día se invitó a Robert Cox que los hizo tambalear por momentos...
-Lo que pasa es que Robert Cox, que es un tipo con una integridad absolutamente incuestionable, no conoce la trastienda de cada uno de ellos, o en todo caso, de todos ellos. Especialmente la de Gvirtz.
Mañana lea la segunda parte de la entrevista: Diego Bonadeo habla sobre Victor Hugo Morales.
(*) de la redacción de Perfil.com