POLITICA
fue necesaria asistencia medica y psicologica

Empleados denuncian persecución en el consulado argentino en Los Angeles

Varios trabajadores fueron a la Justicia por la “situación insalubre” que atribuyen al maltrato del cónsul Alejandro Casiro. Cancillería fue notificada de la situación.

Jefe. El cónsul Casiro, acorralado por las acusaciones.
| Cedoc Perfil
Empleados de la representación argentina en la ciudad norteamericana de Los Angeles, California, denunciaron al cónsul general Alejandro Casiro por una “situación insalubre, tóxica, de abuso, maltrato, desprecio y acoso que viven los empleados” en una carta dirigida al vicecanciller Eduardo Zuain.  
Según explican en el texto con fecha 26 de marzo, cinco empleados fueron obligados a “renunciar bajo presión con situaciones de maltrato y abusos de poder”. Son los casos de Luis María Betnaza, Josefina Sanz, Gustavo Sosa y María Luisa Jauregui, esta última fue despedida durante su licencia de maternidad. Además, dos empleados de la delegación diplomática argentina recibieron asistencia médica vinculada al estrés laboral, Marcelo Tomassini, quien decidió volver al país tras sufrir un infarto, y uno de los despedidos, Sosa.
Entre los abusos están las órdenes contradictorias, como pedir estar informado de situaciones administrativas y luego reprender a los empleados cuando intentan cumplir esta orden, prohibiciones de tener contacto con otros empleados expedidas de manera arbitraria, insultos y vaciamiento de tareas. Por ejemplo, una empleada es obligada a permanecer en una oficina sin ningún elemento de trabajo y con la prohibición expresa de tomar contacto con alguien, según contaron empleados del consulado a este medio.
Los conflictos han derivado en onerosos cargos de defensa legal, ya que varias personas presentaron demandas contra el cónsul Casiro en los tribunales de California. Uno de ellos es Sosa, a quien se le negó el pago de las cargas sociales en medio de una baja médica. Este empleado administrativo, que realizaba trámites bancarios para el consulado, cuenta: “A todos los empleados de la oficina les habían prohibido hablar conmigo, también recibía continuas reprimendas por acciones que formaban parte de mis tareas normales, como salir para realizar un depósito”.
Sosa mostró a PERFIL los certificados médicos del sistema de salud pública de California que le habían expedido y copia de la demanda que inició contra el consulado. En el certificado médico se indica que presentó un cuadro de “ansiedad severa” que requirió “tratamiento médico inmediato” y “asistencia psicológica”.
En la carta dirigida a Zuain, los empleados del consulado recordaron que “el cónsul general Alejandro Casiro ha gastado mucho dinero del Estado argentino en pagar abogados para que lo defiendan de las demandas judiciales que tiene en los tribunales de Los Angeles por maltrato y abuso de poder”. Además, indicaron que “si Casiro se comportara como un buen diplomático y jefe de misión, esos fondos estatales que destinó para pagar abogados para que lo defiendan de las demandas judiciales por sus acciones abusivas hubieran podido ser asignados más productivamente para el país”.
Ante las reiteradas protestas, la única medida adoptada por la Cancillería fue trasladar al ministro Ricardo Arredondo, subordinado de Casiro. Según los empleados, esta decisión no ha modificado la situación porque, argumentan, “el cónsul, quien tiene varias denuncias sobre las que aún no lo han hecho responsable, continúa comportándose impunemente”.