El Gobierno mexicano golpeó a la gigante Televisa y a América Móvil (del magnate Carlos Slim) al considerarlos “agentes preponderantes del mercado” y al obligarlos a desprenderse de infraestructura y contenidos. El Instituto Federal de Telecomunicaciones considera “preponderantes” a aquellas empresas que controlen más del 50% del mercado. Televisa tiene el 70% de la TV abierta. América Móvil controla el 70 % del mercado de la telefonía celular y el 80% de la telefonía fija a través de otra empresa. El Ejecutivo mexicano dio a conocer ayer la decisión, justo cuando abrió la licitación para operar dos canales de televisión.
Televisa tendrá que compartir su infraestructura y no podrá adquirir derechos exclusivos de las transmisiones de torneos de fútbol o finales de mundiales, que le otorgan gran audiencia. Los dos grupos, en tanto, tendrán que reducir su poder en favor de sus competidores para fomentar la competencia.
“Dicha infraestructura de radiodifusión incluye, entre otros, elementos no-electrónicos al servicio de las plantas transmisoras, derechos de vía, torres, sitios, mástiles, fuentes de energía y sistemas de aire acondicionado. Esta medida pretende permitir la entrada de nuevos radiodifusores”, explicó el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
La discusión es similar al debate que se abrió en la Argentina. El Gobierno buscó, a través de la Ley de Medios, evitar que el Grupo Clarín concentre una importante cuota de mercado. Logró que la empresa presente un plan para dividirse en seis unidades.
En méxico Televisa deberá compartir su infraestructura a un precio que el Gobierno considere justo, según informó el diario El País de España. El Instituto exige a Televisa que ofrezca toda la información necesaria, incluida sobre tarifas publicitarias.
Además, las televisiones de pago de la competencia tendrán derecho a retransmitir las señales de la televisión abierta del grupo en sus plataformas. A poco de conocerse la información, las acciones del grupo cayeron un 2.33% en la Bolsa mexicana.
A América Móvil le impondrá tarifas, la obligará a eliminar el roaming nacional y le ordenará compartir su infraestructura de redes con otros competidores. Televisa expresó en un comunicado que la decisión perjudica a la empresa y que por lo tanto evaluarán todas las posibilidades, incluso acciones legales como lo hizo el Grupo Clarín localmente.
Las medidas tomadas por el gobierno mexicano son amparadas por una ley de reforma de las telecomunicaciones que incluyó una modificación constitucional y que fue aprobada en junio de 2013.