Por si acaso el juez Thomas Griesa no vio la cadena nacional del viernes, el Gobierno publicó ayer una solicitada a página completa en el Wall Street Journal para transmitir el mensaje de voluntad de pago y negociación. Bajo el título “La Argentina quiere continuar pagando sus deudas pero no la dejan” y con la firma de Presidencia, el texto pide a la Justicia que promueva “una justa condición de negociación” para resolver el pago a “un grupo pequeño de especuladores voraces”, en referencia a los fondos NML Capital, Aurelius y Blue Angel que encabezan la demanda por la que Griesa ordenó pagar US$ 1.300 millones a la Argentina.
El pedido de un marco de negociación retoma con diplomacia los argumentos esgrimidos más abruptamente en la semana: que caerá en default si tiene que pagarle a los buitres el 30 de junio –después de que la Corte de Apelación dejara sin efecto la cautelar que evitaba que rigiera la orden judicial de primera instancia– y que podrían generarse nuevas demandas por parte de los bonistas reestructurados si se le paga el 100% a los buitres mientras que quienes ingresaron a los canjes de deuda aceptaron una quita.
En la solicitada el Gobierno estima que el total de títulos que no entraron en los canjes de 2005 y 2010 es de US$ 15 mil millones, más del 50% de las reservas internacionales de la Argentina, y sostiene que el fallo de Griesa llevaría al país a un nuevo default. “Si la Argentina paga los 1.500 millones –que le ordenaron pagarle a los demandantes– tendría que pagar 15 mil millones en el futuro inmediato”, sostienen.
Por el impacto de tener que abonar el 100% a los buitres pese a que existe una cláusula que impide hacer un mejor pago del que se hizo a los que aceptaron el canje –la cláusula RUFO que vence a fin de año–, la Presidencia argumenta que “todos los demás tenedores de bonos demandarían el mismo tratamiento, lo que involucraría un costo estimado de US$ 120 mil millones”.
Si, por otro lado, la Argentina no le paga a los fondos buitre, el fallo de Griesa prohíbe cumplir con el pago al 92,4% de los acreedores que aceptaron la reestructuración, ya que el juez ordenó al Bank of New York y las agencias intermediarias no pagar, lo que implicaría el default.
Y reconoce que, frente a una deuda en default de US$ 81 mil millones, la Argentina, desde 2003, pagó más de US$ 190 mil millones en servicios de deuda y sin acceso a los mercados financieros.
La solicitada retoma, en tanto, que Paul Singer, dueño de Elliott Management, el fondo que controla a NML Capital, compró los bonos en default en 2008 por US$ 48,7 millones. El fallo de Griesa ordena que se le paguen 832 millones, una ganancia de 1.608 en sólo seis años.
El texto además sostiene que –pese a la resolución del viernes de Griesa de no permitir que la Argentina ofrezca el pago de los bonos dentro de su territorio para evitar la plaza estadounidense– aún hoy la Argentina mantiene todavía la posibilidad de abrir un canje para todos los que respetan el principio de igualdad. Y retoma que la decisión judicial es “favorable al 1,6% de los bonistas”.