POLITICA
el milagro del ballottage

Las cinco claves que enumeran en Rosada para no perder el optimismo

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Laderos. Peña rompió el silencio en el escenario. Vidal y Patricia Bullrich caminaron entre la gente. | Obregon

Roberto Zapata es español. Le dicen “el Doc” y trabaja en el equipo de Jaime Duran Barba hace más de una década ya. Es quien se ocupa de los focus group, las encuestas cualitativas que volvieron a ser centrales para el oficialismo. Es que, tras los groseros errores de todos los encuestadores, Mauricio Macri prácticamente no mira más números. Su jefe de campaña, Marcos Peña, también descree de los sondeos: se enojó como nunca tras las PASO.

Por ello, hoy lo que observan con detenimiento son los trabajos del “Doc” que arrojaron tres tipos de votantes, dentro del universo de aquellos que alguna vez apoyaron al macrismo y qué podría pasar con ellos de cara a la elección de octubre. Se trata de, aproximadamente, entre un 20% y un 25% del electorado que siempre termina inclinando la balanza hacia uno u otro candidato, tomando en cuenta que entre el macrismo y el kirchnerismo se reparten los otros dos tercios.

En esos focus groups aparecieron quienes manifiestan un enojo visceral hacia el Presidente. En particular se trata de los votantes que sufrieron mucho la crisis económica y conforman un universo que jamás podría volver a votar al jefe de Estado. La mayoría optó por Alberto Fernández en las PASO y resulta imposible que muten hacia el macrismo.

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Zapata detectó un segundo grupo que se expresa “decepcionado” y “dolido” con la economía y, además, con las promesas que no pudo cumplir Macri. Este segmento es complejo de dar vuelta –le expresó el especialista al equipo de campaña– pero no imposible. Por ello, todas las nuevas propuestas electorales apuntan a generar una idea de futuro –que estuvo ausente antes de las PASO– para intentar recuperar parte de ese votante. Este segmento no necesariamente fue a la fórmula Fernández-Fernández, también estuvo con Roberto Lavagna y otras opciones. Una parte de ellos –según los estudios cualitativos– reniegan de la ex presidenta.

Finalmente, un tercer segmento son aquellos que quisieron darle un “llamado de atención” al Gobierno, pero que podrían volver a votar a Juntos por el Cambio. Este tipo de votante jamás podría ir al Frente de Todos y, acorde a lo que mostraron los estudios, se sorprendieron con la victoria apabullante de Alberto F.

Aunque en el oficialismo reconocen que es “muy difícil” calcular qué porcentaje de votos se juegan, hablan de entre 1% y un 1,5% si se suman los segmentos. “Hay una ventana para entrar al ballottage”, le dice a PERFIL uno de los asesores más cercanos al Presidente. Y explica la compleja aritmética política que ensayan Macri y Peña para soñar con un ballottage:

• La participación (que alcance un número superior al 82%)

• Una mejora en la fiscalización (creen que hasta 2% se perdieron)

• La falta de PASO en muchos distritos, donde el kirchnerismo sumó de a dos y hasta siete candidatos en cada lugar.

• Aseguran que habrá un voto que dejará en el camino Alberto producto de “sentirse ganador” y, según la óptica oficial, el voto “celeste”.

• En la PASO de 2015 la diferencia entre Macri y Scioli fue de más de 12 puntos.

Como sea, uno de los encargados de los “Sí se puede” sintetiza: “Hay algo que se está gestando por debajo que no se ve aún, que está presente en las marchas y que va más allá de la elección”, la fe es lo último que se pierde en Casa Rosada.