La lista incluye cuatro jueces: los federales Norberto Oyarbide y Rodolfo Canicoba Corral, y los camaristas Eduardo Freiler y Jorge Ballesteros.
El primero debía irse por haberse convertido en el emblema de la Justicia que protegió a los Kirchner. A Freiler y Ballesteros les achacan lo mismo. Además, los tres fueron clave en el procesamiento de Mauricio Macri por las escuchas ilegales. Oyarbide lo procesó y Freiler y Ballesteros lo confirmaron.
Quien no encuentra una razón para estar en la lista de los jueces que Macri ya no quiere en sus cargos es Canicoba Corral. No encuentra, al menos, una razón para Macri. Pero el magistrado sabe que el nuevo gobierno lo quiere afuera y cree que las razones están en su accionar en las causas contra el ex jefe de los espías Jaime Stiuso, y en el expediente contra la familia del fiscal Alberto Nisman por supuesto lavado de dinero. La Cámara Federal lo apartó de ambos expedientes en las semanas previas al regreso de Stiuso al país.
El macrismo ya logró que Oyarbide deje su cargo y decida jubilarse. Así evita un posible juicio político. Pero Canicoba se la hará difícil y asegura a periodistas, jueces y a su equipo que resistirá. Así se lo hizo saber al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, en los últimos días. Muy cerca de Canicoba aseguraron a PERFIL que el juez fue invitado a una reunión a solas. Ya sabía para qué. El presidente de la Corte iba a trasmitirle el interés de Macri para que Canicoba dé un paso al costado y se evite un embate con el Gobierno.
Cuando las intenciones de Macri comenzaron a colarse en la charla, Canicoba le dijo a Lorenzetti que no renunciará y que considera que no hay motivos para hacerle un juicio político. Ante la consulta de este medio, los voceros de la Corte lo negaron.
En la causa contra la familia de Nisman, el juez utilizó como prueba información supuestamente secreta de la unidad antilavado de los Estados Unidos, que complica a la madre y la hermana de Nisman. Pero la Cámara Federal confirmó la validez de la prueba.
Canicoba Corral, que ya vivió esta misma situación tras la asunción de Néstor Kirchner y pasó de juez no deseado a ganarse la confianza de algunos kirchneristas y de Daniel Scioli, está convencido de que detrás de las intenciones de Macri están las de Stiuso. Extraña alianza, considerando que el macrismo atribuyó al ex jefe de los espías y a Nisman el “armado” de la causa por las escuchas ilegales.