POLITICA
Entrevista

Sabina Frederic: "Hablar de la cuarentena más larga del mundo es una visión muy porteño céntrica"

La ministra de Seguridad habla del aislamiento y dice que lo que pasó en las villas de la Ciudad "es un espejo en el que nadie se quiere mirar". Sus diferencias con Patricia Bullrich y Sergio Berni.

Sabina Frederic, ministra.
Sabina Frederic, ministra. | Gentileza Ministerio de Seguridad de la Nación.

Vive en Lomas de Zamora, distrito que forma parte del Área Metropolitana de Buenos Aires,  zona que hoy mantiene el aislamiento más estricto del país. Por eso, dejó de salir a caminar o usar la bicicleta con la que paseaba y hacía ejercicio una hora por día. Ahora Sabina Frederic solo se sube a ella para hacer las compras en los comercios del barrio, mientras la custodia policial la sigue detrás. Extraña las salidas al teatro, al cine y a conciertos, algo que no solo dejó de hacer por el avance del coronavirus en la Argentina, sino que por su tarea al frente del ministerio de Seguridad, una de las carteras más calientes, ya había tenido que moderar.

— Ya van más de 70 días de cuarentena ¿Qué evaluación hace del acatamiento del aislamiento por parte de la sociedad?

— El nivel de acatamiento es muy alto. Nuestros controles comenzaron el 20 de marzo y tuvimos en esa primera semana la mayor cantidad de secuestros de vehículos y de infractores incluso con algunos detenidos. Ese 2,2 % de infractores al comienzo fue semana a semana disminuyendo.

— Empieza a aparecer cierto cansancio y algunos la empezaron a llamar “la cuarentena más larga del mundo”.

— No sé por qué se dice eso porque el Estado nacional habilitó hace semanas la posibilidad de que las provincias definieran cuáles eran las actividades que podían tener nuevas excepciones. La cuarentena no es igual en todo el país y ni siquiera en todos los municipios de cada una de las provincias. Decir que es la cuarentena más larga del mundo es homogeneizar una situación que en la práctica no es así. Es una visión muy porteño céntrica. Hay un alto porcentaje de la población viviendo acá pero la situación es distinta en el interior, inclusive en el interior de la provincia de Buenos Aires. En el AMBA tenemos una aceleración de contagios y eso exige mantener restricciones en esta zona. Es cierto que muchos se ven afectados en sus economías y es lógico que haya críticas que son atendibles y el gobierno las atiende con distintas medidas todos los días.

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— ¿Las fuerzas de seguridad deben impedir las protestas contra la cuarentena en la etapa de aislamiento?

— Las protestas que se hacen en la ciudad o en la provincia es jurisdicción de sus policías. Desde que llegamos al ministerio nos parecía que hay otra manera de abordar los conflictos que tiene que ver con resolverlos antes de llegar a la calle.  El dialogo no es imposible. Es necesario encontrar puntos de convergencia, anticiparnos a los problemas y evitar la violencia que no le conviene a nadie ni a las fuerzas de seguridad ni a los actores sociales. La represión de 2017 en frente al Congreso cuando se discutía la ley previsional fue costoso para los ciudadanos que protestaron pero también para las fuerzas. Los criterios que aplicaron la Ciudad y la Provincia en estos casos fue garantizar el derecho a la protesta y eso se debe garantizar porque no hay un estado de sitio, pero es importante la posibilidad de dialogar. Con trabajadores es más sencillo porque hay sindicatos de por medio, con autoconvocados es más difícil porque no hay un referente, hay muchos interlocutores, no hay una demanda concreta y no hay una demanda concreta que se pueda satisfacer, porque que se acabe la cuarentena es imposible satisfacer.

Sabina Frederic, ministra.

— En la provincia se decidió el aislamiento de Villa Azul, el primer barrio pobre que es foco de contagio en este territorio en el que intervienen las distintas fuerzas de seguridad ¿Está de acuerdo con este aislamiento?

— Cualquiera de estas medidas hay que evaluarlas en el contexto en el que se producen. La decisión tuvo que ver con la experiencia de lo que pasó en estos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, que es un espejo en el que nadie se quiere mirar, en donde la propagación del virus fue muy acelerada. La Provincia y los municipios entendieron que esta fue la forma más adecuada de contener la situación. Pero esto es posible porque hay un trabajo de los intendentes que permite tener un grado de consenso con las organizaciones sociales, referentes y vecinos para sostener el aislamiento con consentimiento interno. No soy partidaria de abrir un juicio abstracto y universal si no pensamos el escenario concreto en el que se tiene que gestionar.

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— ¿Las fronteras serán lo último que se abra?

—  Están abiertas para transporte de carga y hay ocho pasos para el ingreso de residentes. No tenemos demanda para abrirlas, Tenemos demanda para mantener e intensificar controles como la zona de Salta con Bolivia con el fin de evitar el tráfico por los pasos clandestinos. Allí habíamos aumentado en un 30 % el personal en la frontera cuando se inició el aislamiento y lo volvimos a incrementar. No hay demanda de apertura, hay demanda de control.

— Por la cuarentena bajan muchos delitos pero se incrementa la violencia de género en los hogares.

— Sí, estamos trabajando para unificar las denuncias de violencia de género. Además avanzamos en un protocolo para que las fuerzas nacionales y provinciales actúen de determinada manera ante las denuncias. Esto agiliza el trámite de denuncias, ya no obliga a la mujer a ir a la comisaria a denunciar y puede hacer la denuncia un tercero. También trabajamos en un sistema que se va a llamar “Urgente” que es un sistema único de denuncias que será una base de datos similar a la que existe con los prófugos para que la policía en diferentes jurisdicciones tenga acceso a las denuncias y nombre de los agresores.

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— Existen abusos de las distintas fuerzas de seguridad. En Tucumán un trabajador rural, Luis Espinoza desapareció y fue encontrado muerto con un disparo de un arma reglamentaria de la fuerza de seguridad provincial ¿Cuál es el mensaje desde el ministerio Nacional hacia estos abusos?

— No tenemos competencia sobre las fuerzas provinciales que tienen autonomía y son comandadas por los gobernadores. Lo que pasó en Chubut, San Luis, y Tucumán, escapa a nuestras manos, pero elevé notas a las provincias manifestando nuestra gran preocupación por las irregularidades y lo sucedido invitando a tener un control riguroso de su personal. Debemos evitar que esta situación de emergencia se convierta en una situación de excepcionalidad en el ejercicio de estado de derecho. Ninguna de esas notas fueron contestadas. En el caso de las fuerzas federales de las que sí somos responsables tomamos medidas ni bien hubo situaciones de violencia institucional al principio del aislamiento. No podemos demorarnos en apartar al personal, iniciar sumarios y en algunos casos avanzar con denuncias judiciales. Pero también hay que hacer un acompañamiento permanente de las fuerzas. Unos están de acuerdo y otros creen que es otra la manera de conducirlas.

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— Al asumir dio de baja distintos protocolos que se implementaron en la gestión anterior como el uso de las pistolas taser, los operativos para pedir el DNI en estaciones de trenes, el servicio cívico voluntario y el reglamento del uso de armas de fuego ¿ Este ministerio es sin dudas el que más diferencias marca con el macrismo?

— Veníamos con un mandato del Presidente que era derogar esos protocolos, muchos de esos por suerte no llegaron a aplicarse porque las fuerzas sabían cuáles eran los límites legales, pero este ministerio fue un ministerio que tuvo un gran protagonismo en el gobierno anterior. Ese protagonismo se tradujo en medidas que tenían mucho impacto público pero que no contribuían a que el trabajo de seguridad se desarrolle de una manera que se protejan las garantías ni de las fuerzas federales ni de los ciudadanos.

— ¿Se atendió a un sector de la sociedad reclamaba como “la doctrina Chocobar” y el pedido de mano dura?

— Ahí hay un trabajo para hacer. Es legítima la demanda en el sentido que la gente quiere sentirse más segura, no quieren que la roben, que amenacen su vida. Pero no es a través de la doctrina Chocobar que uno evita eso, no es darle a la posibilidad a la policía de matar a un posible ladrón. Hay que tener sistemas que no permitan la comercialización ilegal de lo que se roba como los celulares, hay que controlar los mercados ilícitos, es necesario ordenar esto también en el discurso público.

— Su ministra fue Patricia Bullrich que aún hoy tiene mucho protagonismo y es quien más fuerte cuestiona al actual gobierno y enciende las polémicas.

— La polémica crea falsas oposiciones. Cuarentena sí o cuarentena no. Acá no hay ninguna disyuntiva. La polémica es un recurso de la política, pero me parece que es el más pobre de todos. En Argentina faltan debates profundos en donde salgan del primer lugar las personas y que sean más las ideas lo que se debata. Criticar y tirar piedras es muy fácil. No me parece que contribuya el debate. Hay gente que le gusta mucho y sabe hacerlo, yo no sé hacerlo.

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— Cuando habla de mucho protagonismo también pienso en Sergio Berni con quien tuco cruces, no la veo con el traje amarillo a usted en las recorridas ¿Mejoró el diálogo ahora?

— Yo querría tener incluso un perfil más bajo del que me dejan tener, son estilos diferentes. La provincia es un gobierno autónomo y estamos coordinando distintas tareas, tratando de tener una lógica de despliegue de las fuerzas de seguridad en el conurbano bonaerense que vaya a una lógica regional. Las fuerzas federales son de Nación, no le pertenecen ni a las provincias ni a los intendentes. La Nación las pone a disposición en un esquema de despliegue que sea útil para los municipios, pero esto no puede ir en desmedro de las características de la organización de cada fuerza que es lo que las hace eficaces. Si uno la somete a la lógica de la comisaría, se pierde el capital que es el que se demanda. Con provincia lo fuimos trabajando y llegamos a un entendimiento.

— Esta semana se conoció una denuncia de la AFI sobre espionaje ilegal en la gestión anterior ¿La sorprendió esto?

—Tenemos una historia en este país en donde la confusión entre inteligencia y espionaje fue sistemática. Desde la causa de Marcelo D´Alessio, a mí no me sorprende nada. Me parece trágico que el sistema político no pueda funcionar sin eso. Para algunos sectores políticos la competencia política o la posibilidad de dirimir diferencias es necesario tener un aparato de espionaje que le permita extorsionar o medir cada paso de lo que hace el otro con el agravante de una restricción a la libertad.

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— ¿De todo lo que quedó postergado por la pandemia qué pretende retomar en lo inmediato?

— La lucha contra el tráfico de drogas ilícitas no solo desde el punto de vista de la oferta si no desde la demanda lo pudimos empezar a trabajar durante la pandemia y tenemos que avanzar. También tenemos un gran interés en fortalecer la policía federal, ir hacia una policía de investigación criminal más especializada y experta; reforzar la vigilancia y control marítimo que estamos trabajándolo en coordinación en el ministerio de Defensa; y el control y vigilancia de las fronteras reactivando todo el sistema de radarización.