Sensación de “cartas echadas sobre la mesa”, de que todo lo que se podía decir ya se dijo y de que, de un lado y del otro, si bien transcurrieron sin altibajos, las exposiciones de quienes hablaron a favor y en contra de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo ante las comisiones en Diputados no revelaron nada nuevo.
Los y las verdes argumentan que, del otro lado, hay argumentos “que no se sostienen” desde lo científico, como destacó la médica y titular de FEIM, Mabel Bianco, ante lo que denomina “algunas insistencias del grupo que se opone a la ley en señalar el problema de que (el proyecto de ley) atenta contra los tratados internacionales que ha firmado Argentina, cuando hay organismos que vienen recomendando al país garantizar el acceso al aborto seguro”.
Otro tema que se discutió es el manejo de las estadísticas: para quienes están a favor de la ILE, como Bianco, resulta “difícil tomar seriamente las comparaciones de muertes por aborto con el total de muertes, entre otros errores muy difíciles de plantear. Es comparar peras con manzanas, se las expone como verdades que confunden y yo, como epidemióloga, eso no lo puedo tolerar”, expresó.
Una de las exposiciones que más polvareda levantó del lado celeste fue la del cura José María “Pepe” Di Paola: “Lamentablemente, los países capitalistas que aprobaron el aborto han depurado con un pensamiento nazi al 90% de los niños por nacer con síndrome de Down”, dijo el religioso durante el primer día de exposiciones. Ayer, en declaraciones radiales, dio su impresión sobre la necesidad de dar el debate: “Cierta indignación produce, porque estamos trabajando para que la gente tenga un plato de comida y se nos vienen (el Ejecutivo) con esta medida o propuesta de ley que no tiene nada que ver. Y menos en este tiempo. O sea, yo propuse lo que el Papa me sugirió a mí”, dijo. “Merece toda una discusión y no lo que dijo el ministro de Salud (Ginés González García), una discusión en serio y eso no se da”, agregó.
En esa misma vereda se manifestó la llamada Unidad Provida, que nuclea organizaciones civiles de todo el país que se oponen al aborto legal. “Dado que el proyecto viola el derecho a la vida y afecta distintas libertades, y a su vez legalizarlo equivale a reconocer el fracaso de las políticas públicas para la maternidad vulnerable, parece oportuno que los legisladores estudien medidas para la adecuada protección a la maternidad vulnerable, en todas las circunstancias”, dijo en un comunicado su abogada, Ana Belén Mármora.
Para Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, recalcó la “importancia de la institucionalidad” del proceso de debate. “Mucha de la argumentación que se plantea ya está sobre la mesa. Lo más importante será el debate en el recinto, que es el ‘momento de la verdad’. Además, estamos discutiendo también la ley de los 1000 días que garantizaría acompañamiento a quienes deciden continuar una gestación. Mi sensación es que, de 2018 a esta parte, ha crecido el consenso” hacia la posible sanción de la ley.