El D’Alessio-gate despertó la curiosidad del espía más paradigmático de la historia reciente: Antonio “Jaime” Stiuso. El ex director de Operaciones de la ex SIDE se presentó como una víctima de la banda de Marcelo D’Alessio, el falso abogado que se dedicaba al espionaje y la extorsión. Stiuso quiere ser tomado como querellante en las dos investigaciones que hacen foco en D’Alessio: la que conduce Alejo Ramos Padilla en Dolores y la que, meses atrás, despertó de golpe del letargo en el que la mantenía desde 2016 el juez Luis Rodríguez.
Habitante de Comodoro Py, Rodríguez fue parte de la escudería Stiuso. De ser aceptado como querellante, el mítico ex número tres de la SIDE tendría acceso privilegiado a la causa. Especialmente, si el expediente de Dolores pasa a manos de Rodríguez.
Mientras, la conducción macrista de la AFI lo autorizó a declarar en ambos juzgados. Gustavo Arribas y Silvia Majdalani lo relevaron del secretismo que rige para los espías. Según la Ley Nacional de Inteligencia, hasta los agentes retirados están obligados a la discrecionalidad.
Stiuso fue espía desde 1972 hasta 2014, cuando voló por los aires el statu quo que iba de la Casa Rosada hasta la Secretaría de Inteligencia, pasando por Comodoro Py. ¿Por qué lo habilitaron? Los jefes de la AFI creen que sus declaraciones no pondrán en riesgo la seguridad nacional. Y algo más: piensan que la sed de venganza de Stiuso contra el kirchnerismo, tras ser echado y denunciado por el gobierno de Cristina Kirchner, podría encerrar algún beneficio político extra.
Al momento, los escritos judiciales presentados por Stiuso apuntan contra Elisa Carrió y el periodista Daniel Santoro. “A la luz de lo que se está revelando, tanto en este expediente, como el que tramita ante el juzgado federal de Dolores, advierto que surgen elementos comunes, que no solo justifican esta presentación, sino que permitirán trazar líneas o cauces de investigación”, anticipó el ex espía.
Con cierto halo enigmático, agregó: “La labor de ciertos agentes (orgánicos o inorgánicos) vinculados a la AFI (o a otros organismos de seguridad u organismos públicos en general), como así también relacionados con periodistas e incluso políticos (algunos en funciones legislativas), permiten dar cabida a la investigación que propicio”. Ante Rodríguez y Ramos Padilla podría sumar datos, nombres, acusaciones y conspiraciones.
Stiuso iba a declarar el jueves pasado ante Rodríguez. Pero su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, pidió la postergación hasta que la AFI lo avalara. Con Ramos Padilla tiene cita el 19 de julio.
El juez federal de Dolores a su vez pidió que el Consejo de la Magistratura llame a Arribas y Majdalani: sospecha que ambos fueron responsables de filtrar las charlas telefónicas de los presos kirchneristas. Esas conversaciones fueron utilizadas para reforzar el pedido de jury en su contra. La aparición de Stiuso revela que los rebotes del D’Alessio-gate no tienen un límite demasiado preciso.
Ramos Padilla avanza
Alejo Ramos Padilla avanza con su investigación sobre una red de espionaje. Según el juez, la banda de D’Alessio también se dedicó al lavado off-shore. En su reciente escrito dirigido al Consejo de la Magistratura, volvió a definir el objeto de la causa: “Espionaje político y judicial, maniobras de lavado de activos y vínculos de esta organización con los servicios de inteligencia, medios de comunicación, funcionarios, legisladores y magistrados para llevar adelante las operaciones ilegales”. Su papá, el juez Juan Ramos Padilla, requirió citar en el Consejo a Mauricio Macri, Germán Garavano, Elisa Carrió y Gustavo Arribas, entre otros. Lo hizo en plan de defensa, frente al pedido de jury en contra de su hijo. El ambicioso planteo tiene poquísimas chances de avanzar. Una consejera que no pertenece al oficialismo ya lo desechó: “Acá no sustanciamos una causa. Para todo eso, que inicie acciones legales”. Otro consejero afirma que existe una sobreactuación de Juan Ramos Padilla. El oficialismo igual no cuenta con la mayoría para avanzar con el juicio político en contra del juez.