POLITICA
la vice eligio los invitados

Cristina en Cuba: una presentación literaria a puertas cerradas

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Afuera. La exposición en Cuba fue solo para invitados. | cedoc

Por estos días se celebra en La Habana la Feria Internacional de Libro 2020, con sede en el histórico Castillo de los Tres Reyes del Morro. Resulta pertinente señalar que en los últimos años la feria de La Habana ha decaído bastante: los aires literarios se ven hoy opacados por la artesanía y el comercio.

Uno de los acontecimientos más esperados era la presentación del libro Sinceramente de Cristina Kirchner, que tuvo lugar este sábado en la sala Nicolás Guillén. Lo que no se esperaba era que la presentación tuviera un carácter elitista, dedicado a un grupo reducido y preescogido de espectadores. Fue la propia autora la que decidió que el evento fuera a “puerta cerrada”. Especulamos que la decisión esté basada en preservar la seguridad de la ex presidenta y el resto de personalidades que estuvieron presentes, entre las que figuró Miguel Díaz-Canel Bermúdez presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba.

En este sentido nosotros, como muchos, nos quedamos fuera del evento y pasamos a ser espectadores de la situación fuera de la sala. Un ambiente frustrante la verdad: un grupo de policías en la entrada solo permitía el pase de aquellos “afortunados” que poseían invitación. Una segregación del personal: este sábado en la Feria Literaria de La Habana existían dos tipos de personas “los invitados a la presentación del Libro de Cristina”–identificados por un pequeño papel blanco– y los otros “ no invitados”.

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Como nosotros muchos figuraron en la entrada, pregonando razones ante los policías, que parecían sordos repitiendo constantemente “sin invitación, no podemos dejarte pasar, órdenes de arriba”. Sobre todo mucho público argentino deseoso de ver a Cristina, que se quedó en la puerta con las ganas en el cuerpo y la frustración en el rostro. Lo más doloroso fue ver a una señora abrazada a la bandera de la Argentina, y con Sinceramente bajo el brazo, que no pudo entrar, no pertenecía a la elite convocada. Esta señora no sabía que necesitaba algo más importante que la bandera, más pequeño, un papelito blanco, una invitación. Se pensó que este evento, por su naturaleza como presentación en sí de un libro, tuviera un carácter más abierto al público. Que se ponderaría lo literario sobre política. Tal vez fuimos un poco ilusos en este sentido, tal vez apelamos al marco democrático en que se desarrollaría el evento y esperamos acceder a la sala con fácilidad. El principal error fue no promocionar debidamente las normas y restricciones de este acontecimiento, y dejar fuera a muchas personas que solo querían hacer su trabajo como periodistas, conocer más del libro o simplemente conocer a Cristina.

 

*Periodistas y escritores cubanos. (Desde La Habana)