Siguen los problemas relacionados con la ecología: aseguran que las empresas finlandesas Stora Enso y Botnia se encuentran involucradas en la tala ilegal de bosques rusos. Así lo denunció a perfil.com el director Político de Greenpeace Cono Sur, Carlos Villalonga.
“Por eso es necesario que en nuestros países funcione un marco regulatorio muy preciso” porque estas empresas “mientras tengan margen para hacer desastres en beneficio de sus finanzas, lo van a hacer”, aseguró.
UPM Kymmeni es propietaria del 47 por ciento de Botnia, la empresa que está construyendo una planta de celulosa sobre el Río Uruguay. En tanto, Stora Enso, de origen sueco, también tiene previsto construir una mega-planta de celulosa en el interior del Uruguay, en el departamento de Durazno, sobre la cuenca del Río Negro.
Greenpeace asegura que presenció cómo se desforestaba violando las leyes rusas sobre bosques y medio ambiente. Según el estudio, la madera era luego transportada atravesando la frontera para ser procesada por empresas como UPM y Stora Enso.
La destrucción de los recursos forestales en el hemisferio norte y las severas restricciones ambientales que se imponen allí estarían empujando a la expansión de la industria de la celulosa hacia Sudamérica. Por eso “es necesario que los países del cono sur tengan un marco regulatorio muy preciso para decidir qué tipo de inversiones son convenientes y cuáles no” indicó Villalonga.
Sin embargo, para líder ecologista, la falta de legislación pertinente no es para el líder ecologista el único motivo por el que las empresas deciden hacer pie en esta región. “La principal razón por la que deciden instalarse acá es económica”, aseguró. “En Brasil, Uruguay y Argentina las plantas son de rápido crecimiento y eso baja a la mitad el costo de la celulosa”, indicó.