Los ánimos están cruzados en el acampe qom de la 9 de Julio y Avenida de Mayo. El líder de la comunidad La Primavera, Félix Díaz, anunció ayer en conferencia de prensa que pone fin a los más de nueve meses de acampe de las familias originarias de las comunidades qom, pilaga, wichí y nivacle. Su decisión se concreta un mes después de haberse reunido con el entonces candidato a presidente de Cambiemos, Mauricio Macri, quien le habría prometido recibirlo en la Casa Rosada si llegaba a ser electo.
La decisión del levantamiento de la medida –que se llevará adelante el próximo domingo y que fue tomada en asamblea– sorprendió a organismos de derechos humanos y partidos de izquierda, ya que muchos piensan que fue apresurado. “Lo ideal hubiera sido esperar un acuerdo más concreto de parte de Macri ya como presidente, porque ahora es una cuestión de confianza creer que se cumplirá el acta de compromiso que se firmó”, aseguró un miembro de la comunidad a PERFIL. La semana pasada, integrantes de la comunidad wichí ya se habían retirado del lugar.
Sorpresa. Desde el Servicio de Paz y Justicia, que siempre acompañó el reclamo de los pueblos originarios, también se mostraron sorprendidos: “nosotros sabemos muy poco del acuerdo. Fue todo muy rápido. Ojalá todo llegue a una buena resolución”. En el mismo sentido, Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, agrega a PERFIL: “Esperamos que la agenda de derechos humanos no sólo se visibilice en el discurso, sino que se traduzca en hechos una vez que el futuro presidente asuma en el poder”.
El acta que firmó el líder de La Primavera junto con el presidente electo sostiene “entablar un diálogo con los pueblos indígenas sin intermediarios” y “dejar en manos de los pueblos originarios el Instituto de Asuntos Indígenas”. Allegados a Díaz dicen que el primer paso para concretar estos acuerdos era que las comunidades despejen la 9 de Julio. Ahora resta esperar.