Un escritor de guías de viajero confesó que sus textos sobre Colombia son inventados porque la editorial no le pagó lo suficiente para viajar al país, y que tuvo que traficar drogas para subsistir mientras viajaba por Sudamérica.
Kohnstamm tiene 32 años y pasó los últimos tres viajando por el continente y escribiendo para distintas guías de viajero. Esta semana publicará un libro que recopila su de a ratos veces ingrata experiencia, titulado ¿Van al infierno los escritores de guías de viajero? (Do Travel Writers Go To Hell?, en el inglés original).
El autor sostuvo que a veces las editoriales sí pagaban, pero sólo lo justo para el pasaje en avión. Por eso, además de violar las políticas de las empresas al aceptar viajes y almuerzos gratis, tuvo que compartir su departamento con una prostituta brasileña y hasta vender éxtasis para mantenerse, según reveló al Telegraph.
"La camarera sugirió que vuelva cuando cierre el restaurant, a medianoche: terminamos teniendo sexo en una silla y luego en una mesa", contó en otro pasaje de la entrevista, y agrega: "Esa performance logró que describiera al restaurant en una de las guías como 'una placentera sorpresa' con 'amigable servicio de mesa'".
Algunas editoriales desmintieron las afirmaciones de Kohnstamm, mientras que otras prometieron rever su contenido: "Estamos revisando con urgencia todos los libros con los que Thomas contribuyó", dijo Judy Slatyer, directora de Lonely Planet y añadió que "si encontramos que el contenido es cuestionable, lo arreglaremos"
