La segunda parte del año es la época en la que los futuros estudiantes terciarios y/o universitarios evalúan las carreras en las que se van a anotar para el ciclo lectivo 2019. Algunas personas tienen en claro cuál es su futuro académico desde hace mucho tiempo y no tienen dudas. Sin embargo, hay otro grupo (más grande) que, al acercarse el momento, no encuentra la indicada o tienen muchas opciones y no saben cuál es la ideal.
Para empezar, lo importante es desmitificar la idea de que la vocación uno la trae desde la cuna. Contrariamente a lo que muchos creen, la vocación no es un don, sino una búsqueda. No es que uno nace con una vocación y eso hace que uno ya sepa qué va a hacer. Supone acciones personales y compartidas, sobre lo que uno quiere y lo que hay; realizar averiguaciones y exploraciones, orientadas a elegir una actividad que nos comprometa, a la que podamos atribuirle sentido y que podamos disfrutar realizándola. Parece complicado, pero es la unión entre los intereses, habilidades, los mandatos familiares, y las posibilidades que ofrece el contexto social en el que uno vive.
Y como se trata de una búsqueda es importante, además de conocerse a uno mismo, investigar, y profundizar sobre las carreras para evitar sorpresas y desilusiones.
¿Quiero un título universitario o terciario? Antes que nada hay que plantearse qué tipo de estudios vamos a seguir. Existen carreras universitarias donde se obtiene el título de licenciado/a, pero a la vez hay tecnicaturas que llevan menos años de estudio y tienen una buena salida laboral. Todo depende de lo que nos guste y el plan que tengamos para nuestra vida profesional. Hoy en día hay tanta oferta educativa que queremos hacer muchas cosas, una opción es elegir una terciaria de dos o tres años y seguir formándonos en otras cosas. Otra alternativa es hacer una licenciatura de cuatro a seis años y luego continuar con posgrados, másters en alguna inclinación que sea de interés.
Me decidí, ¿cuál es el plan de estudio?, ¿qué materias tiene? Muchas veces se comete el error de elegir una carrera sin dedicarle el tiempo suficiente a leer el plan de estudios. A través de analizarlo en detalle, no solo estaremos seguros sobre las materias, cuáles predominan, si me siento a gusto con la mayoría de ellas (porque es raro creer que todas las materias van a gustarnos) sino que también podremos identificar la orientación que la institución le da: por ejemplo, hay instituciones donde a psicología se le da un enfoque mucho más clínico y otras más corporativo. Es importante no generalizar y creer que los planes de estudios son todos iguales por tratarse de la misma carrera.
¿Cuál es la carga horaria? Este punto es muy importante ya que, hoy en día, muchas personas necesitan y/o quieren trabajar mientras estudian. Por lo tanto, elegir una carrera que demande no solo asistir a clases y estudiar sino también actividades fuera del horario de cursada, es algo que no ayuda para poder conseguir trabajo. Por otro lado, hay carreras en las cuales se debe contar con experiencias laborales para obtener el título por lo que, seguramente, esa opción tendrá una carga horaria, menor. Qué mejor que uno para conocer sus posibilidades. Hay que ser sinceros y elegir en base a las necesidades para no llegar a la decisión de abandonar lo que elegimos.
Otro aspecto con respecto a la carga horaria es la flexibilidad que puede ofrecer la institución. ¿Tiene un solo turno de cursada?, ¿más de uno? (mañana, tarde y noche). Si sos de las personas que tiene o quiere trabajar durante la cursada, evaluar esto va a reducir tus opciones.
¿Cuáles son las posibles salidas laborales de la carrera que estoy evaluando? Es muy común que se suele encasillar a las carreras con una o dos posibles salidas laborales muy específicas: El psicólogo, analiza a las personas en su consultorio, el abogado trabaja en un estudio. Sin embargo, en los últimos diez años, no solo se duplicó la oferta académica, sino que se han creado nuevas salidas laborales, para las carreras tradicionales. Por eso, hablar con profesionales (varios) que ya se dediquen a ejercer puede ser de gran ayuda. De todas maneras, es importante tener el cuenta el concepto de Diseño de Carrera. Una misma de base, nos puede ir llevando a lo largo de nuestra vida profesional por caminos diferentes, dependiendo de tus intereses, gustos y cosas que vayas descubriendo a lo largo de tu vida. Pero es importante que evalúes todas las posibles alternativas, para que te puedas visualizar en los diferentes entornos de trabajo y te preguntes si te ves o no.
Por fuera de las variables “más duras”, hay un factor clave en todo proceso de elección, que es la pasión que uno tenga de lograr el objetivo. Cuando hay ganas, sueños y anhelos fuertes, los obstáculos que puedan aparecer, serán mínimos. La convicción y el poder responder con argumentos sólidos porque estamos eligiendo una carrera, es tan importante como el resto de los factores.
La elección de una carrera tiene que ser consciente, teniendo en cuenta que es a lo que una persona le va a dedicar horas y horas de su vida. Al mismo tiempo, tener en cuenta que es simplemente un medio para lograr un objetivo mucho mayor, un proyecto de vida. Es por eso, que es importante ayudar a reducir la incertidumbre en una de las etapas que más dudas genera y así lograr que una persona estudie lo que verdaderamente le gusta.
*Cofundadora de viaedu, plataforma de test vocacional.
Expectativas frente a lo nuevo
Los mandatos familiares acerca de lo que uno supuestamente debe estudiar, no necesariamente coinciden con lo que realmente se desea. Existen familias donde se espera que sus hijos mantengan determinadas tradiciones vocacionales, como si dentro de las reglas éticas de la familia no estuviera aceptado el pensar o sentir de forma distinta en cuanto a las decisiones vocacionales. Estas rigideces limitan al estudiante a elegir con libertad aquello que es coherente con su deseo.
El hecho de comenzar una nueva carrera genera grandes expectativas. Muchas veces esto viene acompañado de ciertos obstáculos, relacionados con los miedos, prejuicios y creencias disfuncionales que limitan nuestras acciones al momento de iniciar algo nuevo; pero todo desafío siempre puede ser abordado desde una mirada distinta.
Como profesora y tutora de la Universidad de Palermo observo que los alumnos, además de valorar en primer lugar el buen nivel académico, consideran fundamental el sentirse escuchados y acompañados en el proceso de enseñanza / aprendizaje. El vínculo personalizado y organizado entre la Universidad y el alumno, le permite disminuir sus preocupaciones ante los aspectos administrativos, para así poder enfocarse con mayor eficacia en el área académica.
*Liliana Chazenbalk. Profesora y tutora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo.