INTERNACIONAL
Escndalo de las carpetas

Lula da Silva: "Esto no tiene nada que ver con el Watergate"

El presidente brasileño salió al cruce de los que compararon el caso de corrupción en su partido con el que hizo renunciar al norteamericano Nixon. También acusó a la oposición de perturbar en el último tramo de la campaña.

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El presidente del Brasil niega que su escndalo sea igual al de Nixon | Cedoc
Luiz Inácio Lula da Silva negó ayer que el escándalo por la compra y recolección de datos contra sus rivales electorales tenga algún parecido con el caso Watergate, que culminó con la renuncia del presidente norteamericano Richard Nixon, como aseguró el jueves el titular del Tribunal Superior Electoral, Marco Aurelio Mello.

“El dijo eso en un momento indebido y con una comparación que no tiene absolutamente nada que ver”, sostuvo Lula a la radio CBN.

“No tiene nada que ver con el Watergate, pues allí un gobierno había mandado espiar la sede de un partido político. Aquí, un grupo de personas que no forman parte de la dirección del partido, que estaban trabajando temporariamente en la campaña, resolvieron comprar un dossier”, explicó el presidente brasileño, que buscar la reelección.

Lula volvió a condenar la elaboración de carpetas contra rivales políticos y acusó a la oposición de perturbar el último tramo de la campaña electoral. Ayer, Mello, que también integra la Corte Suprema de Justicia, afirmó que el escándalo de las carpetas contra rivales del presidente Lula “es algo mucho peor que el Watergate, no hay comparación. Aquellas escuchas ilegales fueron realmente muy terribles, pero ahora lo que tenemos es una sumatoria de desvíos de poder”.

Estas palabras encendieron una luz de alarma en el comando electoral de Lula ya que Mello preside el tribunal que deberá juzgar si existen pruebas suficientes para impugnar la candidatura del líder del Partido de los Trabajadores a la reelección, como exigió el martes la oposición.

El escándalo no modificó sustancialmente el panorama para las elecciones del 1 de octubre: según las últimas encuestas, Lula sigue ganando en primera vuelta, pero, mientras la semana pasada alcanzaba el 58 por ciento de los votos válidos, ahora llega al 54 por ciento.

En tanto, seguían declarando hoy en la sede de la Policía Federal los dirigentes del Partido de los Trabajadores implicados en el escándalo, entre ellos Jorge Lorenzetti, que estaba a cargo de los espías del comando electoral de Lula y, además, era el asador
oficial del presidente.

El escándalo fue descubierto el vienes pasado, cuando dos miembros del comando de campaña de Lula fueron apresados en un hotel de San Pablo con más de 800 mil dólares destinados a comprar documentos y elaborar una carpeta contra el candidato socialdemócrata a la gobernación de San Pablo, José Serra.

Serra aparece ganando en las encuestas de intención de voto y se perfila como un fuerte candidato de la oposición a las elecciones presidenciales de 2010. Entre el lunes y ayer tuvieron que renunciar varios estrechos colaboradores de Lula, como su asesor especial todo terreno Freud Godoy; el ex sindicalista Lorenzetti, y el jefe de su campaña para la reelección, Ricardo Berzoini, titular del Partido de los Trabajadores.

Algunos diarios locales aconsejaron a los investigadores que imiten a sus colegas del Watergate, es decir que “sigan la ruta del dinero” encontrado en el hotel paulistano.

Por ahora, se sabe que buena parte del dinero salieron de dos sucursales ubicadas en San Pablo y otra en Río de Janeiro de dos bancos de primera línea. Hoy, el diario Folha de Sao Paulo publicó un largo artículo en el que asegura que, si lo desea, “el gobierno tiene rápidos medios para saber los nombres de quienes extrajeron ese dinero” de esas cuentas.

Editor de Internacionales del diario Perfil y autor del libro "Lula, la izquierda al diván".