INTERNACIONAL

‘Me interesa resolver problemas’

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Me gustaría empezar dando las gracias al presidente Varela y al gobierno panameño por su liderazgo al recibirnos en esta séptima Cumbre de las Américas. Señor presidente, a usted, a todo el pueblo de la ciudad de Panamá y a todo el pueblo de Panamá muchísimas gracias por su hospitalidad extraordinaria y por los arreglos que han hecho para recibirnos.
Me gustaría expresar mis pensamientos y querría también transmitir mis plegarias al pueblo de Chile puesto que está pasando por un momento muy difícil. Espero poder hablar con la presidenta Bachelet en una cumbre próxima.

Cuando llegué a mi primera cumbre hace seis años prometí que abriría un nuevo proceso y expresé mi voluntad de participación y compromiso con la región. Opiné que nuestras naciones tenían que liberarse de los viejos argumentos y los viejos resentimientos que demasiado a menudo nos atrapaban en el pasado, que teníamos una responsabilidad compartida de mirar hacia el futuro y tendríamos que pensar y obrar de maneras nuevas.

Me comprometí a iniciar una era nueva de cooperación de nuestros países como aliados en pie de igualdad en base a intereses y respeto mutuos. Y también declaré que este nuevo enfoque sería sostenido a lo largo de mi presidencia y así fue, incluyendo este último año.
He cumplido con este compromiso. Nos reunimos aquí en un momento histórico, como ya se ha notado, los cambios que anuncié en la política respecto de Cuba, la política estadounidense respecto de Cuba, marcan un nuevo momento de la relación entre el pueblo de Estados Unidos y el pueblo de Cuba, esto significa que estamos viendo que habrá más norteamericanos que viajen a Cuba, que habrá más intercambio cultural, que habrá más comercio y potencialmente más inversiones. Y, más que nada, más recursos y potencialidades para el pueblo cubano. Esperamos poder ayudar con respecto a proyectos humanitarios, como mayor acceso a telecomunicaciones, internet y libre flujo de información.
Seguimos adelante y vamos a comprometernos en cumplir con eso. Vamos a restablecer las relaciones diplomáticas y le he pedido al Congreso levantar el embargo que ha estado vigente durante décadas.

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El punto es que Estados Unidos no quedará prisionero del pasado. Más que nada miramos hacia el futuro y las políticas mejorarán las vidas del pueblo cubano y podrán promover los intereses y la cooperación en este hemisferio. Este cambio en la política estadounidense representa un punto de inflexión en toda la región; el hecho de que el presidente Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico. Es la primera vez en medio siglo que todas las naciones de las Américas están juntas y hablando de nuestro futuro conjuntamente.
Tampoco es un secreto –y el presidente Castro estará de acuerdo– que tenemos diferencias significativas en nuestras miradas, diferencias entre nuestros dos países. Nosotros seguiremos hablando en nombre de valores universales que para nosotros son importantes y estoy seguro de que el presidente Castro tiene temas que para él revisten importancia. Pero también creo firmemente que si seguimos avanzando y aprovechamos este impulso buscando nuestros intereses comunes, las relaciones comunes entre Cuba y los Estados Unidos crearán nuevas oportunidades para la cooperación en la región, para la seguridad, para la prosperidad, la salud y la dignidad para todas las personas de nuestros pueblos Y junto con este cambio en las relaciones con Cuba, los Estados Unidos quieren expresar su compromiso con toda la región de manera generalizada.
Desde la presidencia hemos fomentado las exportaciones de los Estados Unidos en casi un 50% y eso ha generado más trabajo en toda nuestra región, en nuestro continente. También he previsto unos mil millones de dólares para ayudar a distintos pueblos de Centroamérica para poder fortalecer un buen gobierno, garantizar la seguridad y fomentar el crecimiento económico.

Queremos ayudar a los jóvenes que no ven perspectivas en las economías subterráneas, lo que los lleva a la violencia. Estamos trabajando con los distintos países para ver cómo podemos ayudar a crear nuevas energías renovables y accesibles para poder enfrentarnos al cambio climático. Tenemos una propuesta llamada de los cien mil, es una iniciativa que promoverá que vengan cien mil estudiantes de Latinoamérica a estudiar a los Estados Unidos y cien mil que de los Estados Unidos irán hacia Latinoamérica con la formación necesaria como para competir en una economía global.
Y están las iniciativas que anuncié en Jamaica, que ayudarán a los jóvenes del continente a tener nuevas perspectivas y nuevas iniciativas que aparecieron en las reuniones que tuve con ustedes unilateralmente y que nos dan ideas adicionales para poder mejorar y ensanchar el acceso a internet y tener relaciones público-privadas para expandir nuestros vínculos comerciales con una base mucho más amplia e inclusiva.
Creo sinceramente que todos tendremos éxito si todos se benefician del crecimiento económico y no sólo lo hacen pocas personas que están arriba.

He firmado decretos ejecutivos para poder tratar de arreglar nuestro fallido sistema inmigratorio, tratando de ayudar a la gente a legalizarse para poder trabajar y estudiar en el país que llaman su hogar, incluyendo a cientos de miles de personas que llamamos soñadores, que han recibido un alivio temporario. Y seguiremos trabajando con el Congreso con respecto a una reforma inmigratoria.
El punto final es éste: los Estados Unidos miran hacia el futuro. Nosotros no queremos estar atrapados por la ideología, por lo menos, yo no lo estoy. Me interesa el progreso y me interesan los resultados. No me interesan las argumentaciones teóricas, me interesa proporcionar efectos tangibles para las personas. Nos hemos comprometido más que nunca respecto de décadas pasadas en esta región.
Los que me conocen saben que si me presentan un problema, yo haré todo lo posible por intentar enfrentarlo y resolverlo. A veces no podré resolverlo en lo inmediato, pero haré lo posible. También opino que la relación entre Estados Unidos y las Américas es la mejor durante muchas décadas. Estoy aquí para colaborar en lo que sea con ustedes y edificar este proceso.

Quiero hablar sobre algunas áreas en las que podemos avanzar aún más. Ante todo, vamos a seguir defendiendo la Carta Interamericana democrática, que los pueblos de Latinoamérica tienen derecho a la democracia. Creo firmemente que nuestros gobiernos, juntos, tienen la obligación de respetar las libertades universales y los derechos de los ciudadanos. Y una vez más quiero felicitar al presidente Varela y al pueblo de Panamá por haber incluido a los grupos de la sociedad civil en esta cumbre como aliados formales. Creo que las voces de nuestros ciudadanos deben ser escuchadas y a medida que seguimos adelante deben ser una parte integral de estas cumbres.

En segundo lugar debemos centrarnos en volver a fomentar el crecimiento económico, reavivándolo para que haya mayor progreso en las comunidades que aún no han sido alcanzadas. Para que las Américas sean aún más competitivas tenemos mucho trabajo para armonizar reglamentaciones, alentar buenos gobiernos y transparencia para atraer inversiones e infraestructura para enfrentarnos al desafío de crecer, y para eso se necesita una mayor infraestructura y energía, especialmente en los países de Centroamérica y en el Caribe donde los costos son tan elevados. Queremos centrarnos en la energía limpia para resolver estos problemas.

También debemos centrarnos en la cuestión de la inequidad y la pobreza. Si colectivamente empezamos a identificar los problemas, podemos saber cuáles son los programas que funcionan y cuáles no. Debemos invertir más en los programas que sí funcionan dejando de hacer aquellas cosas que no funcionan.
No tenemos dinero para desperdiciar, dado que hay tantos jóvenes con tantas necesidades. El presidente Varela tiene razón en enfocar a la educación y la formación como claves. Es un tema que todos debemos afrontar.

Tercero, tenemos que seguir invirtiendo en energía limpia, creando trabajo, empleos y combatiendo el cambio climático. Los Estados Unidos siguen encabezando este esfuerzo y me gustaría indicar que nuestra contaminación debido al carbono es la más baja en casi dos décadas. A lo largo de las Américas tenemos la oportunidad de mejorar y ensanchar nuestras alianzas para tener una energía limpia y aumentar las inversiones en recursos renovables.

Trabajemos en renovar las alianzas en Centroamérica y el Caribe y en toda la región con un enfoque holístico para poder establecer el estado de derecho y enfrentarnos juntos al gran flagelo del narcotráfico. Esa es una responsabilidad compartida. Los Estados Unidos deben reducir el flujo de armas y la demanda de drogas y debemos perseguir esas redes que están causando tanta violencia.
Es así que tenemos una nueva relación con Cuba, más alianzas comerciales para reducir la pobreza y dar más oportunidades, fomentar los intercambios entre personas, nuevas estrategias para combatir el cambio climático, nuevas oportunidades para los jóvenes y un estímulo para los jóvenes y los ciudadanos. Ese es el nuevo capítulo, nuestro compromiso que tenemos a lo largo de las Américas.

Ahora, quiero hacer aquí un comentario, dirigiéndome a lo que planteó el presidente Correa y que seguramente lo harán otros presidentes a lo largo de esta discusión. Me encantan las clases de historia que recibo aquí. Yo soy estudioso de la historia y conozco varios de estos episodios que se han mencionado. Soy el primero en reconocer que la aplicación de los ee.uu. ante los derechos humanos no siempre ha sido congruente y consistente y soy perfectamente consciente de que hay capítulos oscuros en nuestra propia historia en los que no hemos observado y cumplido con los principios e ideales sobre los cuales se fundó nuestro país. Hace tan sólo unas semanas estaba yo en Salma, Alabama, conmemorando el 50º aniversario de la marcha debajo del puente que tuvo como resultado una violencia horrenda. Y la razón por la que estuve ahí era porque para mí ahí había que celebrar el triunfo del espíritu humano. Personas comunes y corrientes que no recurrieron a la violencia pudieron sobreponerse a la segregación sistemática. Se escucharon sus voces y nuestro país se transformó. Nosotros no podemos reivindicar la perfección, pero podemos decir que tenemos una apertura hacia el cambio. Entonces, sólo quería decir que nosotros podemos pasar mucho tiempo hablando de agravios y de injusticias pasadas y supongo también que es posible utilizar a los Estados Unidos como una gran excusa, muy cómoda de vez en cuando, ante los problemas políticos que podrían suceder a nivel nacional. Sin embargo, eso no es lo que nos traerá progreso, no es lo que va a resolver los problemas de los niños analfabetos que no tienen qué comer y eso no hará que nuestros países sean más productivos y competitivos en una economía global. Por eso quiero que quede bien claro que cuando nosotros hablamos sobre derechos humanos no es porque pensemos que somos perfectos, sino porque pensamos que la idea de no encarcelar a la gente que no piensa como uno es la idea más justa. Tal vez el presidente Correa tenga más confianza que yo en la distinción entre la buena y la mala prensa, que es aquella que me critica. Sin embargo, esa mala prensa sigue hablando en los Estados Unidos, porque yo no confío en un sistema que solamente toma esa decisión. Creo que si creemos en la democracia eso significa que todo el mundo tiene la oportunidad de hablar y ofrecer sus opiniones para defender aquello en lo que cree, de rezar y tener un credo, de organizarse, siempre y cuando no obre con violencia.

Nosotros vamos a seguir hablando abiertamente no porque queramos inmiscuirnos, sino porque sabemos por nuestra propia historia, precisamente porque no somos perfectos, por eso es apropiado defender nuestras creencias. Cuando el doctor King estaba en la cárcel muchas personas fuera de los Estados Unidos hablaron por él. Por eso yo estaría traicionando nuestra propia historia si no hiciera lo mismo. La Guerra fría llegó a su fin hace mucho tiempo y a mí no me interesa que siga habiendo batallas que, francamente, empezaron antes de que yo naciera. Lo que a mí me interesa es resolver problemas, trabajando con ustedes, es por eso que hemos invertido tanto en nuestras relaciones bilaterales y vamos a seguir invirtiendo en la creación del espíritu de alianza en pie de igualdad y respeto mutuo sobre los cuales creo que el progreso puede seguir adelante.