POLICIA
investigan fallas en los controles

Los ladrones usaron el código de un socio para entrar a Lagartos

Llegaron en un Ford Focus que no fue revisado porque contaban con la clave de identificación de alguien que entra y sale todos los días.

Acceso. El country tiene tres carriles de ingreso destinados a socios, visitas y proveedores. Los primeros son los únicos que evitan el riguroso control de los guardias, que revisan el baúl de los coc
| Renis

El estado de paranoia sigue activo en el country Los Lagartos de Pilar. El rastrillaje “puerta a puerta” que realizó la Bonaerense y el desesperado pedido de la empresa de seguridad que opera en el predio generó una sensación de crisis en el barrio que todavía no desapareció, pese a que las pruebas recolectadas hasta el momento indican que los autores del espectacular robo ocurrido el martes pasado salieron del country antes de que arribara el primer móvil policial.

El dato surgió a partir del análisis de las cámaras de seguridad instaladas en el lugar. Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, los delincuentes llegaron a bordo de un Ford Focus e ingresaron el código personal (PIN) de un propietario en el teclado que está ubicado a un costado de la cabina de acceso para socios. De esa manera, evitaron el riguroso control que los empleados realizan a visitantes y proveedores que ingresan a diario, a quienes les exigen documentos y los obligan a abrir el baúl del vehículo.

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Por estas horas, los investigadores analizan la pista de un “entregador” cercano a un propietario que tenía acceso a esa información, aunque tampoco descartan la participación de un empleado infiel que pueda haber aportado el número para facilitar el ingreso y egreso del country.
Los voceros destacaron a este diario que detectaron algunas irregularidades en los controles. “Se está revisando toda la información de manera manual”, explicó un jefe policial consultado, quien precisó además están haciendo un relevamiento de todas las personas que viven en Los Lagartos.   

Desde Securitas S.A., la empresa encargada de la seguridad en el country, se negaron a explicar a PERFIL cómo se realizan los controles en el ingreso. Además dijeron que no están  autorizados a brindar información sobre el robo porque hay “una causa judicial abierta”.
Según las fuentes, si bien los autores contaban con información previa, se sospecha que eligieron a sus víctimas al azar. En las cámaras se pudo apreciar que llegaron hasta una de las casas robadas en el Focus pero después de cometer el primer golpe se subieron al Audi de una de las víctimas. Así evitaron llamar la atención de los guardias que recorren el country, y se dirigieron a las otras dos propiedades que finalmente asaltaron. 

Los detectives destacaron que hasta el momento no pudieron determinar el botín final del golpe porque todavía están tomando declaraciones a las víctimas. “En uno de los casos se llevaron una caja fuerte con 6 mil dólares y joyas”, amplió un vocero consultado. 
“Para mí los ladrones hicieron inteligencia previa. Robaron en mi casa, nos ataron con precintos plásticos y además asaltaron a cuatro familias más”, contó una de las víctimas, aunque luego se supo que las casas desvalijadas fueron tres. Además, explicó que “los ladrones estuvieron una hora en la casa, evidentemente hay una complicidad con alguien que controla adentro, se movieron como socios del lugar”. “Revisaron toda la casa, venían de la casa de al lado, la maniataron (a la empleada doméstica de la vivienda), sacaron cosas de valor, ropa de mis hijas. Nunca vino la seguridad del club; sí la policía, que hizo todo el operativo. Lo más importante es saber si están dentro del country, ya que creemos que están adentro y que han alquilado a socios que no informaron”, agregó el hombre. 

Sin pistas firmes de los autores, el fantasma de que el robo puede repetirse en cualquier momento sobrevuela al country Los Lagartos, ubicado en el kilómetro 45 de la autopista Panamericana. Según una vecina, el día del hecho la empresa de seguridad del lugar le envió un mensaje de texto para advertirles lo que estaba ocurriendo. “Nos dijeron que cada uno cerrara todo y permaneciera dentro de la casa”, dijo la mujer. A tres días de un golpe que es tema obligado entre los vecinos, los autores están sueltos y el miedo sigue dando vueltas por el country.

 

Cada semana se produce un asalto en un country

Nada alcanza: ni las cámaras de seguridad, ni el personal de vigilancia, ni los controles vehiculares del ingreso y egreso de gente. Nada parece ser suficiente para detener la ola de robos en countries que viene azotando en forma ascendente en los últimos tiempos.
De acuerdo a un estudio realizado por la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación (CAESI), que nuclea al 95 por ciento de la actividad del sector, durante 2013 se registró un total de 56 denuncias por robo en viviendas.
Según explicó a PERFIL Aquiles Gorini, presidente de la institución, esta cifra aumentó más de un 15 por ciento en relación a 2012, donde hubo 48 denuncias. “En los dos últimos años, una de las características de esta modalidad fue que la mayoría de los hechos se produjeron durante las vacaciones: en enero, febrero y junio”.

Para el especialista Gorini, una de las variables que podrían incidir en esta modalidad estacional, es el aumento de alquileres y préstamos de viviendas, lo cual podría derivar en una omisión por parte de los propietarios de notificar a la administración acerca de los cambios y también por parte de las inmobiliarias, que en muchos casos, no exigen a los futuros inquilinos un estándar mínimo de requerimientos para cuidar la seguridad.
“Hay muchos que alquilan de manera particular y eso hace que el sistema sea más vulnerable. En algunos casos ingresa gente que vive como pantalla, que puede demostrar cierto nivel adquisitivo por determinado tiempo, pero que tiene como objetivo marcar  casas o conocer en detalle las medidas de seguridad”, dice a PERFIL Marcelo Buyatti, presidente de un foro vecinal de Pilar.

Esta modalidad refiere a una estrategia que se repite en muchos casos por ciertas bandas que cuentan con apoyo interno. Es decir, el que hace la inteligencia previa es aquel que después les permite entrar, pero al dueño o el inquilino no los revisan como a una visita, ni tampoco les piden datos de los acompañantes del vehículo, por lo cual se hace difícil identificarlos y los mecanismos de control, resultan vulnerables.