POLITICA

El Gobierno asigna millones de pesos, pero los programas que anuncia no se ejecutan

A cuatro meses para finalizar el año, muchas partidas casi no fueron utilizadas.

Los fondos de la ANSES complican el seguimiento del presupuesto.
| Telam

El gobierno suele jactarse de haber aumentado el gasto social. Pero lo cierto es que, después de que cada ministerio recibe sus asignaciones presupuestarias, los programas sociales son los últimos en ser efectivamente ejecutados. En los primeros siete meses del año, se gastaron menos de un tercio de los fondos destinados a promover el empleo, combatir el SIDA o en apoyo educativo.

Así lo revela el informe elaborado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), que recopiló las ejecuciones presupuestarias hasta julio de 2010 inclusive.

Por ejemplo, el Ministerio de Trabajo, que dirige Carlos Tomada, sólo invirtió 82,8 millones de pesos de los 350 millones que dispone para programas de capacitación laboral, lo que representa sólo el 23,7 por ciento de los fondos. El mismo problema sufren los programas de empleo social, economía social y desarrollo local del Ministerio de Desarrollo Social: se gastaron $143,7 millones de los $603 millones presupuestados, según el informe publicado por el diario La Nación .

Ni siquiera el mentado Fútbol Para Todos recibe todos los fondos que debería. El jefe de Gabinete Aníbal Fernández, a cargo del programa, utilizó el 36 por ciento de los $828 millones disponibles, aunque la merma en el gasto se explica en parte por el período en el que no hubo torneo local de fútbol a causa del Mundial.

Un caso particular es el del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido: por un lado, no tuvo problemas en gastar el presupuesto asignado a subsidios energéticos ; al contrario, tuvieron que reforzarle las partidas para mantener el financiamiento. Por el otro, apenas se molestó en gastar en infraestructura: sólo se gastaron $77,4 millones de los $218 millones asignados a las rutas. Un porcentaje de apenas más que un tercio, similar a lo que se utilizó para mejorar la aviación civil, desarrollar la competitividad industrial y conducir políticas portuarias.