Insaurralde o Kicillof: con la unidad como meta, los intendentes y los K negocian candidaturas

El último candidato del PJ kirchnerista en Buenos Aires fue Aníbal Fernández y sacó el 35% de los votos. La gobernadora María Eugenia Vidal, que rompió con la hegemonía de 28 años de peronismo, se alzó con el 39%. El tercero fue Felipe Solá con 19%. Con esos números de base, los intendentes y el kirchnerismo se entusiasman en volver al poder. Y para esa candidatura quedan, como más firmes, dos nombres: Martín Insaurralde y Axel Kicillof.

El panorama que observa cada bando es similar, aunque con matices. Cerca del intendente de Lomas de Zamora creen que la mala gestión económica a nivel nacional, que pegó de lleno en el conurbano bonaerense, sumado a un ajuste constante por parte de Vidal traerá aparejado una avalancha de "voto bronca" contra Cambiemos.

Y el kirchnerismo sabe que la imagen de la expresidenta Cristina Kirchner, en esa multitudinaria población arrasa. A tal punto que hay distritos donde roza el 70% de intención de voto. Muchos, inclusive, se ilusionan con una unidad que abarque también al espacio de Sergio Massa, aunque sea solo a nivel provincial, como ya pasa en otros distritos del país donde las internas nacionales quedan en segundo lugar a la hora de traccionar votos.

Ahora bien, ¿quién será el candidato finalmente? Nadie quiere hablar de PASO. Las últimas internas dejaron heridos por doquier  y la lección sirvió para que todos estén de acuerdo en sellar una lista única "por consenso", frase mágica para la política. En ese sentido corre con una leve ventaja Insaurralde. ¿Por qué? Es oriundo de Lomas, a diferencia de Kicillof que  desembarca desde la Ciudad de Buenos Aires. Tiene territorio y ya fue primer candidato en las legislativas de 2013, lo que le otorgó el conocimiento necesario para ir por la gobernación. Dentro de la liga de intendentes, nunca rompió filas con el kirchnerismo a pesar de que coqueteó con Massa tras aquella elección.

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Además, según cuentan, la relación con Máximo Kirchner pasa por un gran momento, clave para tener el visto bueno de CFK. Hasta que el líder de La Cámpora se fue al sur en enero, de veían cada 10 días. Pero hay algo más importante. De un lado y del otro aceptan que si el kirchnerismo va por la Presidencia, los intendentes van por la gobernación. Después de todo, son los que gestionan en la zona.

Muchos ven a Kicillof como un contrapeso necesario para no dejar el camino asfaltado a los intendentes en la larga carrera hacia octubre. Porque la negociación luego corre para las listas legislativas. La precandidatura lo instaló al ex ministro mimado por CFK y ya no es un recién llegado. ¿Y si se baja? Tendría un lugar importante -¿2? ¿3?- en la lista de Diputados, donde el número 1 ya tiene un nombre propio: Máximo.

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Desdoblamiento. Mientras la estrategia de separar a Vidal de Macri pierde peso en Cambiemos, el PJ prefiere no confiar en los rumores y delinear todo lo antes posible. Si bien no tener la figura de Cristina en la boleta es una mala noticia, la unidad abarcaría a todo el PJ. “Su figura marca la cancha, es cierto. Pero si no está, todos podemos ir juntos, lo que sería letal para el PRO”, gráficó un dirigente de la Tercera sección electoral. El próximo congreso partidario será el 21 de febrero. Por las dudas, el presidente del partido en Buenos Aires, Fernando Grey, ya avisó: “Queremos que un intendente o intendenta sea gobernador de la Provincia”. Por las dudas no quiso dejar afuera a Verónica Magario, intendenta de La Matanza que también se anotó en la carrera.