SOCIEDAD
mujeres que aceptan sus limites

Confiesan los ‘lados B’ de la maternidad color de rosa

Son mamás amorosas y dedicadas, pero también se animan a avisar que esa condición puede no ser tan parecida a la imagen idealizada establecida durante décadas.

| Instagram Vogue

Cuando tuvo a su primera hija, el pediatra le dijo a Gabriela Tomassoni (45) que los chicos dormían boca abajo. Pero al año siguiente, cuando nació la segunda, le dijeron que dormían boca arriba. Y cuando tuvo al tercero, cinco años después, los bebés dormían de costado. Y así como la anécdota le demostró que no hay reglas claras respecto del tema, también se convenció de que no hay fórmulas mágicas para ser mamá, y que cada una lo hace a su manera. Como le sale. Así, hace tres años, luego de haberse dedicado por primera vez a ser mamá “full-time” de sus cuatro hijos, creó el Club de la Mala Madre, un blog y foro donde empezó compartiendo sus propias experiencias, y donde hoy miles de mujeres hablan de sus alegrías y frustraciones sin miedo a ser juzgadas.
“Siempre me dijeron que era mala madre porque trabajé hasta el último día, le saqué la teta, le puse chupete, por cualquier cosa. Pero con el tiempo entendí que el hecho de serlo en realidad era la mirada del otro, y no lo que una realmente es”, analiza.
Y como ella, en los últimos años fueron muchas las mujeres que se alejaron del discurso edulcorado de la maternidad para expresar ese “lado B” de ser mamá, más sincero y que rompe con la versión de la madre a la que todo le sale bien y que todo lo disfruta. “A todas nos vendieron que la maternidad es increíble, y si bien lo es, no te dicen lo difícil que es, lo solas que se sienten muchas madres y la culpa que todo te genera”, agrega Gabriela.
Para Karina Felitti, investigadora del Conicet y coordinadora de Madre no hay una sola. Experiencias de maternidad en la Argentina (Ciccus), estos espacios de “malas madres” son un escenario que “habilita a expresar las dudas, angustias, frustraciones que conlleva la maternidad y permite cuestionar su representación como un estado de felicidad sin fisuras”.
En ese contexto, Azul Lombardía (36), una de las autoras de Según Roxi, dice que “la incorrección pasó a ser como un valor, que en un punto tiene que ver más con la felicidad que con mantenerte en una cosa rígida, o con esas imágenes que te llevan más a la culpa, porque muchas veces te preguntás cómo hacen las otras mamás para que todo les salga bien si vos no pudiste hacer tal cosa. Porque es tan fuerte y exagerado el amor por el hijo que te pone en jaque todo el tiempo”.
En ese sentido, para Felitti, “estos relatos en primera persona por la web arman una red virtual que asume el relevo de otras redes más tangibles, presenciales, de ayuda, acompañamiento, que la vida actual dificulta”.

Rompiendo mitos. En su blog Libertad Condicional, Agustina González Carman (33), mamá y licenciada en Comunicación, también creó un espacio de catarsis donde relata las “experiencias de una madre que pretende desnaturalizar, desmitificar, desacralizar y avisar que la maternidad no es nada parecido a lo que la mayoría te cuenta”. Allí rompe con el discurso “oficial” de “ese rol intocable, donde la madre es buena, sagrada, y todo lo que la rodea es una cosa rosa”, para hablar, casi siempre en tono de burla, de cuestiones como el embarazo y las que odian que les toquen la panza, la lactancia, el parto, las comidas, las vacunas, hasta la obsesión de los padres que supervisan todo lo que les pasa a sus hijos en función de sus inseguridades.
“Es como si la embarazada se volviera una cuestión política y social que les pertenece a todos, y cualquiera puede decirte cualquier cosa o tocarte la panza, trascendiendo las barreras del pudor social, como si el hijo de uno fuera el hijo de todos”, dice con ironía. “O como si no dar la teta, o elegir tener una cesárea, fueran cosas demonizadas que cambiaran la forma de ser madre”, agrega. También analiza el papel de la mujer, en un contexto social donde el rol de la familia también va cambiando: “Algo que critico y me parece un síntoma de época es que muchas mujeres todavía se autodefinen mujeres en tanto son madres”.

Libros, series y hasta el teatro
La maternidad “cuestionada” también creció a través de contenidos que tomaron formatos diferentes y se fueron diversificando a medida que crecía el fenómeno en las redes sociales. En los últimos años, a la aparición de libros escritos entre el humor y la autoayuda –como las guías “inútiles” para madres primerizas escritas por Ingrid Beck y Paula Rodríguez–se sumaron los fenómenos como el de Según Roxi, cuyo éxito traspasó la serie online, se convirtió también en un libro y, este mes, en una obra de teatro. Estrenada en el teatro La Comedia, pone en escena la mirada irónica y tierna de los personajes creados por Lombardía y Otero y promete reproducir esa identificación en vivo. En el mundo, el fenómeno de las “malas madres” es un tópico habitual entre escritoras de renombre -como la española Elvira Lindo- y las publicaciones más importantes, como The New Yorker.

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