Cada 4 de noviembre se celebra el Día de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el organismo internacional que trabaja en la mejora de los sistemas educativos y la calidad de las sociedades.
La UNESCO surge luego de la Segunda Guerra Mundial con la intención de contribuir a la reconstrucción de los sistemas educativos en aquellos países aliados que, producto del conflicto bélico, habían sido destruidos.
Hace 75 años, en el año 1946, veinte países firmaron la constitución de este importante organismo internacional. Fueron ellos Arabia Saudita, Australia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, China, Dinamarca, Egipto, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, India, Líbano, México, Noruega, Nueva Zelandia, República Dominicana, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía.
Actualmente 195 estados integran la UNESCO, que orienta a estas naciones para aprovechar tanto los recursos naturales como sus valores culturales. Además, UNESCO trabaja para que gran parte de los niños y adultos de sociedades desfavorecidas puedan tener acceso a una educación digna; apoya programas y políticas científicas; defiende la libertad de expresión, un derecho y condición fundamental para el desarrollo.
La composición de los Estados Miembros fundadores de la UNESCO estuvo marcada por las divisiones políticas surgidas después de la Segunda Guerra Mundial. Hechos históricos de trascendental importancia, tales como la Guerra Fría, el proceso de descolonización y la disolución de la Unión Soviética tuvieron repercusiones en la UNESCO.
Doce antiguas repúblicas soviéticas pasaron a ser Estados Miembros de la UNESCO entre 1991 y 1993, luego de la desintegración de la URSS. La República Popular China es, desde 1971, el único representante legítimo de China ante la UNESCO.
MM/FL