Diego Amador es un cantaor y pianista nacido en España, más precisamente el barrio sevillano conocido el de "Las 3000 viviendas". Con el flamenco en la sangre, el hermano de los reconocidos músicos Raimundo y Rafael Amador (fundadores del grupo Pata Negra) regresa a Buenos Aires a presentar su último disco: Soy de las 3000. El encuentro será el próximo 11 de mayo en el Centro Cultural Caras y Caretas.
El músico, que en este nuevo trabajo desarrolla una faceta muy arraigada a su historia de vida, se lo dedica -a modo de homenaje- a la gente del lugar que lo vio nacer. Ese espacio que, a pesar de las dificultades, sirvió como cuna de grandes artistas.Con orgullo, Amador no se olvida de su procedencia. Con humildad acepta el apodo que le fue dado por sus colegas: "El Mozart del flamenco", en alusión al reconocido pianista y compositor austriaco.
—¿De qué trata Soy de las 3000? Un trabajo que tiene como escala de presentación, entre otras ciudades de Latinoamérica, a Buenos Aires.
—He estado en muchas ocasiones en el país y en ésta vengo a presentar Soy de las 3000 que le dedico a mi barrio, que es el de "Las 3000 viviendas". Es un lugar en Sevilla que es como una familia grande donde siempre está presente el arte, donde está el flamenco más callejero, más profundo y más puro. Donde la música es natural, y se puede escuchar desde flamenco hasta blues.
—¿Cómo fue tu acercamiento con la música?
—Creo que viene desde el vientre de mi madre porque, desde que nací, recuerdo siempre haber escuchado música y haber visto una guitarra siempre por algún sofá que la agarraba alguien. Siempre ha estado la guitarra presente al igual que el canto. A mi casa venía gente muy importante del flamenco, en las navidades había una fiesta increíble. La música ha estado todo el tiempo en casa, es una familia de guitarristas y cantaores: mis tíos y mi padre.
—¿Cuánto peso tiene que te definan como ‘el Mozart del flamenco ‘el Mozart gitano’?
—Creo que la gente me quiere mucho. Eso pesa porque se trata de un genio grandísimo. Me halaga muchísimo. Cada vez que me echan esas flores me parece buenísimo, pero hago mi humilde música.
—¿Con qué instrumento te sentís más cómodo: la guitarra o el piano?
—El piano es mi instrumento. Con la guitarra empecé pero con el piano es mi instrumento, el que le he echado más horas.
—En Soy de las 3000 contás con la colaboración de dos pares: el venezolano Oscar D'León y tu compatriota Alejandro Sanz ¿Cómo fue trabajar con ellos?
—Con Oscar D' León, yo estaba en el estudio con unos amigos y estábamos trabajando sobre los temas y me fui ese día y apareció él y me llamaron por teléfono y me dijeron que le había encantado mi canción y mi manera de interpretarla y quería cantarla conmigo. La verdad fue un gran prestigio. Con Alejandro Sanz fue a través de un amigo que tenemos en común llamado Juan Estrada. Cuando estuve viviendo en Miami un tiempo, preparando el disco, Alejandro nos invitó a su casa y nos abrió las puertas de una manera muy especial. Le puse mi música a dos canciones de él que grabé: El alma al aire y Regálame la silla donde te esperé, esto le gustó mucho por eso me pidió de colaborar en un trabajo que estaba haciendo junto a Marc Anthony en ese momento, me dijo que le grabara las guitarras y me encantó la idea.
—Este trabajo cuenta también con composiciones tuyas...
—Hay un tema que se llama Me trae el aire, que es una rumba flamenca, y Soy de las 3000 que le da el nombre al disco. Por ese tema empezó este disco, de ahí surgió la idea de mezclar la voz mía flamenca con la salsa.
—¿Cómo vivís hasta el momento la gira por Latinoamérica?
—Estrenamos en el Roberto Cantoral de México un especial donde hemos grabado un show donde se sienten los palos del flamenco más profundo, pasamos por el tango argentino e hicimos el tema Naranjo en flor, una versión por bulería. Luego hacemos el tema Abrázame muy fuerte de Juan Gabriel, y hay temas inéditos míos, de discos anteriores y de éste. Siempre el flamenco y el jazz presente.
—¿Te sentís un 'embajador del flamenco' por llevar este estilo musical por otros países?
—Me siento con algo muy grande de expandir por todas partes, lo que uno trae de su tierra. Más cuando lo lleva humildemente y grandemente. Es como decir ‘aquí traigo mi corazón de España para compartirlo con el resto del mundo’, porque también me gusta mucho mezclar las culturas. Veo que la gente me trata muy bien a cada sitio donde voy. Me gusta esa unión.
—¿Qué conocés de la música argentina?¿Cuál es la que más te gusta?
—El tango. La nostalgia y profundidad que tiene me es muy familiar, es muy parecido al flamenco. El sentimiento que se pone en el flamenco y en el tango es algo que me llama mucho la atención. Aquí tengo a mi amigo, casi hermano, Luis Salinas, uno de los más grandes guitarristas para mi que hay. Él me ha empapado de todo, conozco bastante de aquí: desde Aníbal Troilo hasta Astor Piazzolla.
—Te es muy familiar entonces la Argentina….
—Es muy familiar tanto que vine la primera vez hace 18 años y me llevé a mi esposa de acá. Argentina es mi segunda casa.
—¿Con qué se va a encontrar el público que vaya a tu show?
—Se van a encontrar con un Diego Amador flamenco, que son mis raíces, que mezcla un poco toda la música. Ya que amo a toda la música, la mezclo. Vengo del jazz, pero va a haber tango, aunque también estarán los temas del disco y habrá un poco de todo pero siempre respetando todos los terrenos. Me gusta todo lo que hago tengo que saber por donde piso antes de hacerlo. Respeto mucho toda la música, todas las culturas. De hecho, este disco es más tirando a Cuba. Si bien no soy un experto en música cubana, siempre me ha gustado. Hace 23 años en mi primer disco colaboró Omara Portuondo, y en este de ahora he contado con la ayuda y la colaboración del bajista cubano Alain Pérez, gran músico y cantante que es uno de los mejores para hacer este tipo de disco que quiero hacer. Siempre mezclo todo, pero lo que conozco.
Diego Amador se presenta el 11 de mayo en el Centro Cultural Caras y Caretas, Sarmiento 2037, Capital Federal.