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Internacional

El accidente aéreo en Indonesia genera dudas sobre autorizaciones para volar

Los investigadores unen de a poco las pistas sobre cómo ocurrió el peor accidente aéreo en veinte años en Indonesia. Galería de fotos

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Accidente aéreo en Indonesia. El sensor del ángulo de ataque del avión Max 8 de Lion Air, que ayuda a la aeronave a sostener la altura correcta para mantenerse en el aire, fue sustituido un día antes del accidente del 29 de octubre tras arrojar lecturas erróneas en un viaje anterior. | Bloomberg

Los investigadores van uniendo de a poco las pistas sobre cómo ocurrió el peor accidente aéreo en veinte años en Indonesia, y surge la pregunta de cómo se autorizó a realizar su infortunado vuelo a un avión casi flamante de Boeing Co. que había presentado problemas constantes con sus instrumentos.

El sensor del ángulo de ataque del avión Max 8 de Lion Air, que ayuda a la aeronave a sostener la altura correcta para mantenerse en el aire, fue sustituido un día antes del accidente del 29 de octubre tras arrojar lecturas erróneas en un viaje anterior, informó el miércoles el Comité Nacional de Seguridad en el Transporte de Indonesia. El avión presentó lecturas erróneas de la velocidad aérea de manera constante en sus últimos cuatro vuelos antes de hundirse en el mar de Java con 189 personas a bordo.

Estas revelaciones llevaron a Boeing a alertar a los operadores de jets 737 Max en el mundo que el sensor de flujo de aire puede arrojar lecturas falsas en ciertas circunstancias. Datos engañosos de ese dispositivo pueden hacer que el avión apunte la nariz hacia abajo por error.

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Esa advertencia y el comunicado del equipo de investigación sugieren que quizá los pilotos del vuelo JT610 estuvieran luchando contra el avión porque sus computadoras ordenaron que se zambullera. Además, los datos erróneos de la cabina registrados en varios vuelos previos al accidente y el reemplazo de un sensor muy engañoso suscitaron dudas sobre el mantenimiento, la supervisión y la idoneidad del avión para prestar servicio.

“Con ese problema recurrente, no debería haberse habilitado el avión para volar”, dijo Neil Hansford, presidente de la consultora australiana Strategic Aviation Solutions, que trabaja para aerolíneas de todo el mundo desde hace más de 30 años, en entrevista telefónica este jueves. “Deberían haberlo dejado en tierra”.

Desperfectos

El avión casi flamante, que en aquel momento registraba solo 800 horas de vuelo, recibió autorización para realizar el vuelo del 29 de octubre tras pasar por mantenimiento la noche anterior, afirmó Lion Air.

En un vuelo anterior de Bali a Yakarta, el sensor de ángulo de ataque de ese avión que transmitía datos a las pantallas del capitán registró una diferencia de 20 grados respecto al dispositivo para el lado del copiloto en la cabina, afirmó el comité. Ese desperfecto puede hacer que las computadoras detecten por error un freno del flujo de aire en pleno vuelo y ordenen una caída en picada para recuperar velocidad mientras vuelan.

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A minutos de iniciado el vuelo final del avión, los pilotos pidieron regresar a Yakarta, pero nunca lo hicieron, según la comisión de seguridad de Indonesia y los datos de monitoreo del vuelo. Poco después, el JT610 se zambulló en el agua con un giro hacia abajo tan brusco que puede haber alcanzado velocidades de hasta 965 kilómetros por hora.

Los investigadores deben examinar la actuación de los pilotos, la capacitación de la tripulación del vuelo y si el mantenimiento realizado fue adecuado, dijo Roger Cox, exinvestigador de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (NTSB, por sus siglas en inglés).

“Sin duda, yo analizaría la interacción entre personas y máquinas y cómo respondieron los pilotos”, dijo Cox, expiloto de aerolíneas que voló con versiones anteriores del 737 y se especializó en actuación en la cabina en la NTSB.