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Carta a mi tío Alberto

Tengo a mano los datos de los ricos de Argentina. ¿Tío Alberto lees la Forbes? Están listados esos hombres que han trabajado duro y han logrado con el sudor de su frente y la de un puñado de funcionarios públicos, las ventajas que les han permitido en menos de dos décadas juntar y juntar.

Alberto Fernández
Alberto Fernández | CEDOC

Tengo a mano los datos de los ricos de Argentina. ¿Tío Alberto lees la Forbes? Están listados esos hombres que han trabajado duro y han logrado con el sudor de su frente y la de un puñado de funcionarios públicos, las ventajas que les han permitido en menos de dos décadas juntar y juntar.

Esos que no pagan el 30% para salir del país porque tienen cuentas afuera. Me los imagino eligiendo la tarjeta del banco extranjero con la que pagarán el próximo avión privado. No les da lo mismo, depende la fecha de vencimiento. Ellos cuidan su fortuna.

Entonces, ¿por qué no solidarizamos a estos muchachos? Dale tío, mangueales a los cincuenta más ricos? ¿Sabés cuánta guita tienen en blanco? 70 mil millones de dólares. ¡Todita ganada en suelo argentino!

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Tío, me gustó mucho la picardía del dólar solidario, una contradicción que solo puede resistir el relato peronista. ¿Cómo el capitalismo podría ser solidario? El capitalismo es depredador, por eso queremos y luchamos por la revolución o aunque sea por la justicia social. Pero no importa, nadie la vio, ni tampoco que la solidaridad es voluntaria por definición, y nunca un acto impuesto por el Estado, pero sigamos que da igual.

Te decía que ¿por qué no le sacamos un poco a estos muchachos y creamos un “Fondo contra el hambre”? Digo el hambre porque pegó bien. No vi aún como midió, pero ¿quién puede estar en contra? Y eso de invitar a Tinelli, Narda y la Cher a pensar es épico, solo vos. Otro hubiera convocado a los expertos mundiales o a Kliksberg. Pero no tío, vos ves más allá.

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Sigamos. Si les pedís que se pongan con el 30% como les exigiste a la clase media viajera, esa que vive de su laburo, que tiene Pymes y que generan el 56% de las fuentes de trabajo en el país, te van a sacar con el helicóptero y es muy temprano tío para eso. Así que 30% no va. Aunque para mostrar coherencia política y visión estratégica, ¿qué te parece un 3% y te hacés de $ 2.100 millones de dólares? Me parece que con eso nos alcanza para empezar.

Tío, te cambio apenas tu idea del “Consejo por el hambreque si bien es bueno, hace décadas se sabe que no funciona más que para el diario, y a nosotros también nos importan los casi 20 millones de Marías, Pedros, Gustavos, Elsas que no pueden darle de comer a sus hijos. Sigamos con las gaseosas, las carnes con grasa, y las galletitas y dulces industriales del menú de la “Canasta básica”. Con eso también zafamos tío, salvo los investigadores del Conicet de Córdoba y la Barruti de Malcomidos nadie se dio ni cuenta. Te decía entonces que los planes se hacen de abajo para arriba. Cada municipio del país ¿cuántos son? 2.300. Te aviso porque me juego que esa información confidencial no la tenías. Entonces cada municipio y con la participación activa local: iglesia, universidad, escuelas, hospitales, sindicatos, prensa, asociaciones profesionales, ONG’S, etc., realizan un diagnóstico de su situación social. Es que tío, el hambre es el síntoma, el problema es la falta de educación y oportunidades de desarrollo por falta de políticas públicas. Entonces, esta gente se junta, aporta sus experiencias y conocimiento y propone un plan estratégico con menú de iniciativas concretas, definen roles y funciones, un cronograma, un sistema de monitoreo y evaluación multisectorial y un presupuesto. Los municipios movilizan fondos locales y reciben un matching de 1 $ x 1 $, es decir por cada peso que junten localmente, el Estado provincial pone otro 1 $ y el nacional 2 $. Porque tío, nadie sabe mejor las necesidades y dificultades que los que allí viven. ¿Te tiro otra? Nadie está más interesado en resolver su situación social y la de su familia que los que lo sufren. Así que si querés pasar a la historia, armá un “Fondo Nacional para la Justicia Social”, vos conseguí la guita y el plan lo arman los ciudadanos. Me olvidaba, mejor en positivo. Porque hambre y justicia social no son lo mismo.

*Directora Proyecto ELLAS - Mujeres y Filantropía. Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).