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Deuda comercial récord: alertan que las pymes están en riesgo de default

La deuda por importaciones alcanzó los US$ 38.000 millones y las pymes enfrentan cada vez más dificultades para pagar a sus proveedores debido a las restricciones para acceder al mercado cambiario.

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La deuda comercial alcanzó niveles récords y ya supera los US$ 38.000 millones. Las empresas, principalmente las pymes, tienen cada vez menos margen de maniobra y según una encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA), el 77% presenta dificultades para el pago a proveedores.

Ante la escasez de dólares, el endurecimiento de la administración cambiaria se centró principalmente en retrasar el acceso de los importadores al mercado de cambio oficial, obligándolos a depender de financiación comercial privada a corto plazo. Esto provocó un aumento significativo en el retraso en los pagos de importaciones vencidas. 

El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que entró en vigencia en octubre de 2022, fue el esquema elegido por el Gobierno para controlar y gestionar las compras al exterior. 

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Una de las novedades que planteaba este nuevo mecanismo, el cual reemplazó al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), era darle una mayor facilidad a las pymes para importar: se estableció un plazo de 60 días para liberar las divisas una vez llegada la mercadería.

Sin embargo, en su último informe, la UIA indicó que en agosto el 71% de las empresas relevadas, incluyendo pymes, tuvo dificultades en la aprobación de solicitudes (más que el 58% de abril). En tanto, los tiempos de aprobación de las SIRA empeoraron para el 80% de las empresas y el 77% presentó inconvenientes para el pago a proveedores.

En tanto, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), desde junio de 2022, mientras que las importaciones acumuladas mensuales promediaron US$ 6.600 millones, los pagos en divisas fueron de US$ 5.400 millones.

Gráfico FMI

Además, el período promedio de financiamiento requerido aumentó a 90 días. 

“Como resultado, la deuda a corto plazo de los importadores creció alrededor de US$ 16.000 entre finales de 2021 y julio de 2023 y el volumen de financiación de las importaciones alcanzó un máximo histórico de US$ 38.000 millones (alrededor del 60% de las importaciones totales, en comparación con un promedio histórico del 39%)”, indicó el organismo en su última revisión.

“Una gran proporción (60%) de este aumento en la financiación de las importaciones se ha financiado a través de flujos intraempresariales (especialmente en el sector manufacturero), y el resto provino de créditos comerciales entre empresas (el sistema financiero interno no ha desempeñado un papel significativo en la financiación del crédito comercial)”, agregó. 

El efecto sequía

El rojo del Banco Central se fue agravando a medida que la sequía continuaba golpeando al agro, bajando las exportaciones y en consecuencia, disminuyendo la entrada de dólares para importar.

En este sentido, en los primeros ocho meses del año, el ingreso de divisas fue de US$ 14.703 millones, lo que representa una caída real de U$S 11.000 millones con respecto a igual periodo del 2022, de acuerdo a un informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

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Al respecto, el economista en Jefe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Matías Bolis Wilson, señaló que la sequía generó un shock negativo, haciendo que en el primer semestre las exportaciones caigan 25% y las importaciones, 10%. “Esa diferencia hay que financiarla de alguna manera para que no se caiga la actividad”, dijo.

“En diálogo con una delegación de Taiwán, que tuvo un problema más o menos parecido con la exportación de chips, me dijeron que ellos lo financiaron con reservas propias. Como el Banco Central no tiene suficiente cantidad de reservas propias para financiar un shock de esa envergadura, y tampoco tiene acceso al mercado internacional de deuda; lo financió una parte con el swap con China, otra con la línea de crédito de Qatar y también con algo del rollover del FMI”, contó. 

“Cuando hay un shock de esa magnitud, o asumís la caída de la actividad y pisás todas las importaciones, o repartís el shock de la mala cosecha en los próximos años”, agregó el especialista. 

Los riesgos financieros

Consultado respecto a la posibilidad de que se suspendan las importaciones en algún sector, el economista dijo: “Eso depende, en general, de las líneas de crédito que le de el exportador del exterior al importador de Argentina. Puede ser que llegue el cupo máximo de riesgo crediticio y no le vendan más”. 

Además, señaló que en el caso de las multinacionales, las filiales argentinas son financiadas con una línea crediticia por las casas matrices. “Esa es una facilidad que tienen las multinacionales, que tal vez una pyme no la tiene, o no le resulta tan fácil acceder a estos tipos de créditos comerciales”, dijo.

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En la misma línea y de cara a un próximo gobierno, Martín Redrado, economista y ex director del Banco Central argentino, aseguró a PERFIL: “Hay empresas que tienen capacidad de poder estirar ese proceso de financiamiento y otras que no. Por lo tanto, la deuda comercial no se va a resolver de un día para otro y tendrá que ver también con los dólares y la acumulación de reservas que haga el Banco Central”. 

“Indudablemente las multinacionales que han estado en nuestro país durante mucho tiempo pueden esperar un año más. Ahora habrá pymes que no pueden financiar con sus proveedores. Habrá que ir atendiendo de acuerdo a esas urgencias”, agregó.

“Pero sin duda tiene que ser un tema prioritario”, consideró.

Otro de los problemas que enfrentan las empresas es el incremento de su deuda ante posibles devaluaciones.

Esto sucede debido a que la empresa le paga al proveedor a partir de los dólares que le habilita el Banco Central. Hasta tanto la autoridad monetaria no lo haga, el riesgo cambiario lo asume la empresa.

Por este motivo es que las empresas buscan “seguros de cambio” o mecanismos de cobertura. 

“Existen instrumentos financieros como el Rofex, el cual estuvo muy activo después de las PASO. De esta manera, las empresas se aseguran el tipo de cambio de hoy, se cubren de una devaluación”, explicó Bolis Wilson. 

Al respecto, desde el Matba Rofex, precisaron que en 2022 la cantidad de contratos de dólar futuro ascendió a más de 174 millones frente a los 110 millones de 2021. En tanto, en lo que va de 2023, el volumen fue de 137 millones.

El pico de operaciones se registró en agosto, mes de las PASO, cuando se alcanzaron las 19 millones.

Las pymes, las principales afectadas

De acuerdo a la UIA, la deuda comercial de las pymes alcanza los US$ 1.800 millones. En esta línea, desde el sector, aseguran que “estamos ante un cuello de botella importante en la industria porque no hay dólares y las SIRA que se van a aprobar no alcanzan”.

Cabe recordar que semanas atrás el ministro de Economía Sergio Massa anunció la liberación de todas las SIRA pendientes para que 7.428 pymes puedan concretar compras al exterior pendientes por un monto de US$ 700 millones.

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Fabián Castillo, presidente de la Federación de Industria y Comercio de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), afirmó que los proveedores del exterior empezaron a cortar importaciones porque no se están pagando.

Por otro lado, aseguró que, debido a la falta de acceso al crédito y a tasas de interés muy altas, las pymes financian las importaciones con su propio stock.

A su vez, explicó: “Es imposible trasladar el costo de las importaciones a precios porque sino la gente no consume”.

PyMES industriales

También, lo que sucede es que las empresas tienen que utilizar el dólar CCL, que ronda los $740, como referencia para reponer sus insumos y materias primas. 

“El empresario pyme reduce sus ganancias para poder vender. Eso viene pasando ya desde la pos-pandemia. Tampoco tenés precio de referencia para saber si estás empatando, si estás perdiendo, o a ver qué te queda para poder ganar. Se acabaron las épocas de vacas gordas, estamos, como se decía antiguamente, en vacas flacas”, dijo. 

Perspectivas

Hacia adelante, desde Ecolatina señalaron: “La herencia que recibirá el próximo gobierno desde diciembre contaría con flujos favorables en el frente externo: el fin de la sequía y el mayor impacto de la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner”. 

Además, una corrección cambiaria -y en consecuencia una menor brecha- o eventual unificación desalentarían la demanda por importaciones.

No obstante, para la consultora, habrá ciertos condicionamientos: La delicada situación de los stocks, comprometidos para el sostenimiento de las importaciones y la actividad mediante la activación del swap, y el exponencial crecimiento de la deuda comercial.

“Un escenario de liberalización de flujos (demanda para importaciones, ahorro) y stocks (deuda comercial, giro de dividendos), frente a un escaso poder de fuego del Banco Central y sin acceso significativo al crédito internacional, impone un signo de interrogación al comportamiento que siga el tipo de cambio y sus eventuales consecuencias en los precios y la actividad económica en general”, consideró.

“En este marco, los elevados niveles a los que ha llegado la deuda hacen prever que pueda ir perdiendo dinámica hacia adelante. Asimismo, el salto devaluatorio post-PASO, que se suma a la reciente implementación del Impuesto PAIS, y la propia incertidumbre del proceso electoral podrían derivar en un menor crecimiento del stock de deuda comercial hacia adelante”, agregó el informe.

“Al momento de abordar la compleja situación de escasez de reservas heredada será fundamental contemplar el encuadre entre los diferentes plazos de flujos (oferta estacional de exportaciones y demanda de importaciones) y stocks (deuda comercial)”, concluyó Ecolatina.

LD