ECONOMIA

En la pospandemia, poco para elegir para los más jóvenes: “trabajos de mierda” o “trabajos para chicas perezosas”

La pandemia de covid-19 provocó cambios significativos en la forma en que las personas perciben y se relacionan con el trabajo. Uno de los fenómenos que se popularizó en las redes sociales en los últimos tiempos es el concepto de los Lazy Girl Jobs o “trabajos para chicas perezosas”. El término se viralizó a partir de TikTok, pero no solamente incluye a las mujeres jóvenes sino también a los varones. Se trata de un discurso antitrabajo estresante que está liderado por la Generación Z: los miembros de esta generación –se nota cada vez más claramente–, no ven con buenos ojos la cultura del rendimiento y el estrés laboral que sostienen y padecen las generaciones anteriores.

Empleo pospandemia 20230827
Empleo pospandemia | Ave Calvar

El término viral representa una revolución contra una cultura centrada en el trabajo y los jóvenes sostienen que no están dispuestos a quemarse o matarse por el trabajo. Es por esto que se viralizó la idea de los Lazy Girl Jobs. Más chicos y chicas de la Generación Z buscan trabajos que requieran un esfuerzo mínimo, que tenga un salario decente y fundamentalmente tenga flexibilidad para obtener un buen equilibrio entre los diferentes aspectos de la vida, como el estudio, el amor, los amigos y también el deporte. Sin ir más lejos, el Wall Street Journal recientemente publicó un artículo que tituló “Adiós al gimnasio en la oficina, bienvenida la oficina en el gimnasio”, donde reveló cómo los locales de espacios para ejercicios están empezando a ofrecer, además, un ambiente de trabajo para que los socios del gym se conecten con sus respectivas oficinas antes o después de la cinta de correr y las pesas.

Líderes empresariales consideran que el trabajo remoto ha tenido efectos negativos

Para los jóvenes, la tendencia del Lazy Girl Jobs es un antídoto contra el exceso de trabajo corporativo, un exceso que, según ellos, no trajo nada demasiado bueno. Y no están dispuestos a aceptar un trabajo que les obligue a sacrificar su calidad de vida. Esta tendencia es un modo de prevención del agotamiento y el burnout producido por el trabajo en nuestra sociedad, algo que Byun Chul Han describió acertadamente como una sociedad del cansancio.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite
Empleo pospandemia 20230827
Foto: Cottonbro

En su libro “Müdigkeitsgesellschaft” (en su edición original en alemán del 2010, traducido al español precisamente como “La sociedad del cansancio”), el autor nacido en Seúl exploró la cultura contemporánea del trabajo y su impacto en el agotamiento físico y mental. Han argumentó que en la sociedad actual, impulsada por el rendimiento y la productividad, el cansancio se convirtió en una condición omnipresente y opresiva. En su obra sostiene que el exceso de estímulos, la autoexplotación y la falta de tiempo libre contribuyen a esta sociedad del cansancio, generando una necesidad constante de estar ocupados y produciendo.

¿La prevención del agotamiento es ser vago?, se preguntan los jóvenes militantes del Lazy Girl Jobs. ¿Buscar trabajos flexibles y bien remunerados que brinden un buen equilibrio entre la vida personal y laboral es ser perezoso? Si bien el nombre de esta tendencia que en español sería “trabajos de chicas perezosas” no es muy feliz, la posibilidad de tener un trabajo en el que puedas priorizar tu salud mental y la integración de la vida laboral y personal, no es ser vago. Definitivamente.

Siempre es bueno recordar que el agotamiento físico y mental que deviene del trabajo puede tener un impacto significativo en la salud de las personas. Algunos aspectos clave son los problemas de salud física, problemas de salud mental, impacto negativo en las relaciones interpersonales y en nuestra calidad de vida.

Las modalidades de trabajo en la postpandemia

Ser antitrabajo, en internet

Volviendo al concepto de Lazy Girl Jobs, entendemos que tiene una importante conexión con los nuevos modos de organización del trabajo en la pospandemia que trajeron una redefinición de la cultura laboral.

En los últimos años surgió un fuerte discurso antitrabajo en internet, donde las personas expresan su hartazgo hacia una cultura que glorifica el exceso de esfuerzo y ocupación. Los empleados y las personas que buscan empleo están deseando alternativas a una cultura laboral agotadora y poco saludable. Los trabajos de “chicas perezosas” se convirtieron, justamente, en un símbolo de esta redefinición de la cultura laboral, donde se busca un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

El término “trabajos de chicas perezosas” se volvió viral en las redes sociales. La tendencia ganó popularidad a medida que más personas comparten sus experiencias laborales flexibles y bien remuneradas que les permiten disfrutar de tiempo libre. Esta tendencia virales (al igual que “la renuncia silenciosa”, es decir, hacer lo mínimo posible en el trabajo evitando que te echen, o también la del “bed rotting”, que se traduce cómo “pudrirse en la cama” y consiste en quedarse todo el día acostado sin hacer nada como cura preventiva del estrés laboral) promueve la idea de establecer límites más firmes en el trabajo y tomar tiempo para relajarse y disfrutar de la vida.

En el centro de esta tendencia se encuentra el rechazo a la idea de que querer disfrutar de la vida y tener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal convierte a alguien en un mal empleado. Los trabajadores están buscando opciones laborales que les permitan ser productivos sin sacrificar su bienestar y su calidad de vida. Los “trabajos de chicas perezosas” representan una respuesta en esta búsqueda de un enfoque más equilibrado y saludable hacia el trabajo.

Ranking de las mejores ciudades del mundo para trabajar remoto

Con “Bullshit Jobs: A Theory” (“Trabajos de mierda: una teoría”, del 2018), David Graeber examinó la naturaleza alienante y deshumanizadora de muchos puestos de empleo en la sociedad moderna. A través de ese libro, Graeber argumentó que gran parte del trabajo realizado en la actualidad carece de significado real y no contribuye al bienestar general de las personas. Graeber criticó la idea de que el valor de una persona se define únicamente por su empleo y productividad, y abogó por repensar nuestra relación con el trabajo y buscar formas más significativas y satisfactorias. 

La tendencia viral de los “trabajos de chicas perezosas” y otras movidas antitrabajo pueden interpretarse como una reacción a la insatisfacción generalizada con la cultura del trabajo actual. Cada vez más personas están cuestionando la idea de que trabajar constantemente y sacrificar el tiempo libre es el único camino hacia el éxito y la valía personal.

En este frente, la pandemia de covid-19 también desempeñó un papel en el cambio de actitudes hacia el trabajo. Muchos empleados experimentaron una transición al trabajo remoto durante la pandemia, lo que les permitió tener más flexibilidad en sus horarios y un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Esta experiencia ha demostrado que la productividad no necesariamente se ve comprometida por una menor cantidad de horas de trabajo y ha llevado a un mayor cuestionamiento de las normas tradicionales de trabajo.

¿Ya lo previó Freud?

En lugar de etiquetar a las personas que buscan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal como “flojas” o desmotivadas, es importante examinar por qué estas tendencias están surgiendo y considerar la posibilidad de que haya un deseo generalizado de vivir una vida más plena y significativa. La búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede tener beneficios tanto para los empleados como para los empleadores, ya que los trabajadores más satisfechos y descansados tienden a ser más productivos y comprometidos.

Para concluir, los “trabajos de chicas perezosas” representan una respuesta a la cultura laboral agotadora y poco saludable que prevalece desde hace mucho tiempo. En cambio, estos empleos flexibles y bien remunerados permiten a los trabajadores disfrutar de su vida personal mientras cumplen con sus responsabilidades laborales. 

¿Cuál es el futuro del trabajo remoto?

La tendencia hacia una vida psicológicamente más saludable y un enfoque equilibrado del trabajo es un acto de revolución por parte de los empleados que buscan satisfacer sus necesidades y recuperar el control sobre su tiempo y bienestar. Es obvio también que no todas las personas tienen la fortuna de poder elegir el tipo de trabajo que van a desempeñar. Pero ya lo escribía Sigmund Freud en su texto “El malestar en la cultura” cuando planteaba que la actividad laboral “brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegida libremente, o sea, cuando permite volver utilizables mediante sublimación inclinaciones existentes, mociones pulsionales proseguidas o reforzadas constitucionalmente. No obstante, el trabajo es poco apreciado, como vía hacia la felicidad, por los seres humanos. Uno no se esfuerza hacia él como hacia otras posibilidades de satisfacción. La gran mayoría de los seres humanos sólo trabajan forzados a ello y de esta natural aversión de los hombres al trabajo derivan los más difíciles problemas sociales”.

Al parecer algunas cosas no cambiaron tanto desde 1930 –año en que se publicó este texto de Freud– y la actualidad de los Lazy Girl Jobs.

 

Para nada “lazy” | La creadora del término ahora factura en internet

Empleo pospandemia 20230827
Fotos: Tiktok

El concepto de Lazy Girl Jobs nació, obviamente, en internet. Pero tiene detrás una historia bastante particular, ya que no fue el simple invento de algún o alguna influencer perdido o perdida en la web. Es la historia de Gabrielle Judge, una joven de Denver, en el estado norteamericano de Colorado (por lo menos así lo indica en su perfil de LinkedIn), que en la primavera del hemisferio norte del 2021 sufrió una concusión que terminó de movilizar una decisión que trataba de tomar desde hacía tiempo. Según le contó al portal Insider, Gabrielle ya se sentía “quemada” en su trabajo en una consultora y el golpe fue la excusa perfecta: renunció a su empleo y se concentró en su cuenta de TikTok (@gabrielle_judge) y en sus blogs con la marca anti-work girlboss para difundir el nuevo mantra del empleo que no se lleve puesto nuestras vidas personales.

Entrevistada por The Leap, Judge admitió que no esperaba que la idea de las “chicas perezosas” se volviera “viral”. Ya le había pasado antes de ver sus contenidos esparcidos al máximo por las redes, “pero nunca en este nivel”. Durante la conversación, también reconoció que eligió el término Lazy Girl Jobs como “una táctica de marketing” ya que “sabía que iba a ser una declaración polarizadora”.

El creador de ChatGPT anunció el fin del home office: "Fue un error y está acabado"

Apostó a esa idea-contenido y no le fue nada mal: ahora es la coach virtual de más de 150 mil seguidores solamente en TikTok, a quienes les ofrece posgratuitos con abundantes comentarios sobre la vida laboral y links a cursos pagos. 

Gabrielle no tuvo problema en revelar que, si bien varían mucho, sus ingresos se encuentran en el rango de los 15 mil a 30 mil dólares por mes. “Mi mayor fuente de ingresos son los acuerdos de marca, y son muchos, así que trato de negociarlos bien” contó en la charla con The Leap. La segunda fuente “es mi oferta de productos digitales con el programa de empleo Lazy Girl”, que consiste en una guía en una plantilla de Notion que el usuario puede usar a su propio ritmo y acceso de por vida a un centro de mensajes ChatGPT que ayuda a quienes buscan un trabajo adaptado a su estilo de vida.

“Solo estoy tratando de desafiar a la gente a comprender que la vida puede ocurrir fuera del trabajo”, le dijo Judge, de 26 años, a Insider. “Quiero que la gente entienda que merecen flexibilidad y trabajo remoto si deciden hacerlo”, completó.

 

Graeber tenía razón | Un nuevo estudio confirma los trabajos basura

Empleo pospandemia 20230827
Bullshit. A la izquierda, micrófono en mano, Graeber en una manifestación. Foto: Guido Van Nispen

Un nuevo estudio encabezado por el sociólogo Simon Walo, de la Universidad de Zurich, confirmó lo que el antropólogo (y militante anarquista) estadounidense David Graeber ya había descripto en el 2018 con su libro “Bullshit Jobs: A Theory”. Sí, al parecer muchos empleos son una porquería. 

Para su investigación, cuyos resultados fueron difundidos a principios de agosto, Walo analizó datos provistos por 1.811 encuestados en Estados Unidos, empleados en veintiún tipos distintos de trabajos. A ellos se les preguntó si su trabajo les daba alguna “sensación de tener un impacto positivo en la comunidad y la sociedad” o “la sensación de hacer algo útil”. El sondeo, realizado en el 2015, detectó que el 19 por ciento de los encuestados respondió “nunca” o “rara vez” a las preguntas.

Walo ajustó los datos para comparar trabajadores con el mismo grado de rutina y autonomía laboral, por un lado, y calidad de gestión, por el otro, y descubrió que la naturaleza del trabajo todavía tenía un gran efecto en su percepción de inutilidad una vez que se excluían las condiciones laborales como factor. Los empleados en las ocupaciones que Graeber (fallecido en el 2020) consideraba inútiles, tenían más probabilidades de responder de manera negativa.

En efecto, aquellos que trabajaban en negocios, finanzas o ventas tenían más del doble de probabilidades de decir que sus trabajos eran socialmente inútiles que otros. Los asistentes de oficina y los gerentes también eran más propensos a decir esto, aunque con menos intensidad, reveló el profesor de la universidad suiza. 

Vigilancia, paranoia y bossware en los tiempos del trabajo remoto

“La teoría de los ‘trabajos de mierda’ de David Graeber afirma que algunos trabajos son, de hecho, objetivamente inútiles, y que estos se encuentran con más frecuencia en ciertas ocupaciones que en otras”, señaló el trabajo producido por la Universidad de Zurich y publicado en la revista Work, Employment and Society. 

“Graeber tocó un nervio con su declaración –añadió el reporte–. Su artículo original rápidamente se hizo tan popular que en cuestión de semanas se tradujo a más de una docena de idiomas y se reimprimió en diferentes periódicos de todo el mundo”.

Sin embargo, matizó Walo, “las pruebas originales presentadas por Graeber eran principalmente cualitativas, lo que dificultaba evaluar la magnitud del problema”. Ahora, esta nueva investigación “amplía los análisis anteriores basándose en un conjunto de datos rico e infrautilizado y proporciona nueva evidencia”. Por lo tanto, completó el sociólogo, “este documento es el primero en encontrar evidencia cuantitativa que respalda el argumento de que el tipo de trabajo puede ser decisivo para la inutilidad percibida”.

 

*Psicólogo, speaker y director de la consultora Contenido Humano. Es autor de “Mundo Post Covid: La psicología del trabajo tras la pandemia” (Ediciones Granica)