Las dos firmas truchas que importaron ropa de China para Daniel Awada, el cuñado del presidente Mauricio Macri, eran manejadas por Vaiatex, como reveló ayer una investigación de PERFIL. “We move the fashion” (“Nosotros movemos la moda”) era uno de los lemas de esa empresa, que no sólo trabajó para el Grupo Cheek SA –dueño de la marca Cheeky– sino que durante 15 años manejó las importaciones de otras grandes marcas de ropa del país y de diseñadores exclusivos del extranjero que operan en Argentina. Pero el lema podría haber sido “nosotros contrabandeamos la moda”, porque a eso se dedicaron, según las pruebas judiciales y los documentos aduaneros a los que accedió este medio. Y aunque la compañía está en el ojo de la Justicia desde hace un año, sus miembros siguen operando a través de la firma Nixa SRL, con sede en Puerto Madero, a metros de la Dirección General de Aduanas.
PERFIL pudo probar que al menos tres contenedores ingresaron al país a nombre de dos empresas fantasma, Diolcor SA y Jualber Textil SA, que contenían ropa de las marcas de Awada: Cheeky y Cómo Quieres que te Quiera. Ambas firmas truchas conducen a Vaiatex. La importadora habría integrado una organización para contrabandear textiles desde China, con complicidad de funcionarios de la Aduana, pago de sobornos y falsificación de documentación. Crearon un circuito que liberaba los canales de control, desde que el contenedor ingresaba al país hasta que el camión salía con la carga del puerto. Las firmas truchas de esta empresa declaraban miles de kilos menos de los que realmente traían y así pagaban impuestos mínimos. Las prendas rezaban “Industria nacional”, pero era ropa fabricada en China.
Ese mismo circuito se usó para otro de los objetivos de las marcas de ropa: burlar los controles y exigencias que Guillermo Moreno impuso a las importaciones. En Cheek SA aseguraron que habían contratado los servicios de Vaiatex para “encontrarles una vuelta a las arbitrariedades” de Moreno pero que, en su caso, “en ninguna de las operaciones celebradas con intervención de este tipo de traders la mercadería adquirida difirió en cantidad, calidad o precio de la mencionada en la documentación aduanera”.
Vaiatex está en la mira de la Justicia desde hace un año: fue allanada e inhibida. Estaba al mando de Javier Alejandro Levaggi, un despachante de aduana que fundó la compañía con apenas 26 años, en 2003. PERFIL pudo constatar que parte de la empresa se rearmó en una oficina de Alicia Moreau de Justo 1150 a nombre Lucas Ezequiel Peralta y Roberta Vera Cadima, dos empleados de confianza de Levaggi. Este medio intentó hablar con ellos pero no quisieron hacer declaraciones. Peralta incluso constituyó en 2010 la firma Indaga SA. La compañía fue denunciada por la Procelac por su participación en la maniobra de contrabando y el juez Aguinsky ordenó su inhibición.
La maniobra involucraba también a otras empresas del ámbito aduanero. Vaiatex encargaba a la firma TT Cargo el armado de la documentación falsa: desde facturas hasta documentos de embarque (bill of landing o BL), en español o en chino. Todo se hacía desde las oficinas de Buenos Aires. Hasta contaban con sellos en chino para falsificar los documentos extranjeros. En uno de los últimos allanamientos se obtuvieron e-mails en los que tres miembros de Vaiatex daban instrucciones a TT Cargo respecto de a nombre de qué empresa trucha debían ingresar cada contenedor. El objetivo era ocultar a los verdaderos destinatarios finales de la ropa y las telas. Entre esas firmas están Diolcor y Jualber Textiles.n