Primero serán séptimo grado y quinto o sexto año de la secundaria, luego -aunque en algunos casos se contemplan excepciones- se incorporarán los demás. En distintos momentos del mes de agosto, localidades pequeñas de nueve provincias que están en condiciones epidemiológicas aptas -sin circulación de virus ni nuevos casos de contagio- volverán a abrir las escuelas y retomarán las clases presenciales.
La reunión, de la que participaron los gobernadores de Formosa, Corrientes, Catamarca, Misiones, Santa Fe, San Luis, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán, además de Nicolás Trotta y equipo, determinó que “hay coincidencia en priorizar el último año de obligatoriedad, pero en las provincias donde hay escuelas con muy baja matrícula se podrá ampliar a distintos grados” ese regreso en agosto.
En todos los casos, aun en aquellas localidades donde la circulación es nula, habrá que respetar el protocolo aprobado por el Consejo Federal de Educación: distancia social no menor a un metro y medio, tapabocas de uso obligatorio y readecuación de los espacios de cada escuela, además de agua, jabón y elementos de desinfección como punto de partida para poder reabrir. Aun no pueden determinar a cuántos alumnos involucra esta medida: “Algunas provincias ya tienen las cifras exactas, otras están aún trabajando en esos relevamientos”, explicó Trotta.
Cómo es el protocolo para reabrir las escuelas en el país
Ese regreso se dará en forma escalonada y progresiva, con asistencia alternada y una oferta combinada en aquellas zonas libres de casos: en pueblos con baja densidad poblacional, donde se asegura el menor uso de transporte, y en las escuelas rurales o plurigrado. La intención, según el Ministerio de Educación nacional, es “focalizar los esfuerzos en aquellos estudiantes con mayor necesidad de continuidad pedagógica por las limitaciones o ausencia de conexión a Internet”, entre otras cuestiones.
Además, el retorno prevé la puesta a punto de los establecimientos escolares, a través de partidas que el gobierno nacional girará a cada escuela para asegurar arreglos de infraestructura y los insumos de higiene y cuidado personal necesarios, como los tapabocas de uso obligatorio.
En otras regiones del país, esa vuelta aún está en estudio, pero -como se sabe- el AMBA es la que lleva la peor parte. En jurisdicciones del interior de la provincia de Buenos Aires, aseguró Trotta, “estamos dialogando la posibilidad de tener una perspectiva de reapertura en algunos municipios, pero tendremos más precisiones después del 17 (N. de R. cuando se pase a la fase siguiente del ASPO).
En las provincias patagónicas, en tanto, el regreso presencial también está en análisis. “Desde La Pampa hacia el sur se está dando una revisión cotidiana de la realidad epidemiológica”, agregó el ministro. “Y si en cualquier caso en el que la presencialidad se retome y los indicadores determinen que es necesario tomar otros caminos, esas medidas también se tomarán: cada decisión está impactada por el virus, que es algo que no gobernamos”, explicó sobre si una vez que suceda la reapertura vuelve a haber brotes o la situación de algún distrito cambia en agosto o principios de septiembre, las fechas que se manejan hasta el momento.
Preparativos
“Cada decisión se vincula a priorizar la salud y el aspecto sociológico: hay que ir ganando confianza de las familias también, además de preparar a los docentes para un regreso diferente a la normalidad de la escuela que conocíamos”, dijo Trotta. “Lo obligatorio es la educación”, resumió ante las consultas acerca de la obligatoriedad o no del presentismo, o cómo se contemplarán las promociones de nivel. “Lo que tenemos que garantizar es que lleguen los conocimientos”, dijo.
Para la preparación de maestros y familias, se está articulando por un lado una adecuación de contenidos y lineamientos a través del Instituto Nacional de Formación Docente, y por otro una campaña de comunicación directa a nivel nacional, a través de la Secretaría General de Medios, sobre cómo encarar esa vuelta y que las familias despejen temores a la hora del regreso. No habrá promoción automática, aseguraron. “Evaluaremos lo que se dé en el aula. Será el año próximo y, si es necesario, también durante el ciclo lectivo 2022”.
Sobre la articulación del primer trimestre del año próximo, no está definido aún si será sólo para quienes no puedan retomar las clases en agosto o septiembre. “Tomaremos las decisiones en función de los resultados también de la encuesta nacional que realizamos a docentes. Tendremos algunos resultados en las próximas semanas, y algunas decisiones serán más simpáticas que otras”, estableció Trotta.
“Estamos tratando de saber qué herramientas de la nueva escuela podemos incorporar y qué dificultades hay que sortear. Tendremos inevitablemente que mantener unos tramos importantes de la educación escolar bajo modalidad no presencial que no necesariamente son virtuales, en la Argentina la conectividad no está universalizada ni en hogares ni en escuelas. También tenemos que aprovechar para sostener algunas prácticas a distancia: no habría razón para desecharlas aun cuando podamos volver plenamente a la presencialidad”, explicó a su vez la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker.
El encuentro contó con la participación de los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Valdés (Corrientes), Gildo Insfrán (Formosa), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) Sergio Uñac (San Juan), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Omar Perotti (Santa Fe), Alberto Rodríguez Saa (San Luis) y Juan Manzur (Tucumán).