ESPECTACULOS
nicolas vazquez y benjamin rojas

La comedia de los mejores amigos

Los actores volvieron junto a Flor Vigna al éxito de la calle Corrientes Una semana nada más. Se definen como hijos de la clase media. Dicen amar el off y celebrar la pluralidad de la cartelera teatral.

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Alegría. La dupla festeja el entusiasmo del público que llegó a superar las 350 mil entradas vendidas en 2019. | Piemonte

Volvieron con el mismo espectáculo y al mismo teatro de jueves a domingos. Son amigos arriba y abajo del escenario: Nicolás Vázquez y Benjamín Rojas comparten junto a Flor Vigna uno de los mayores éxitos de 2019: Una semana nada más. En el diálogo sobre el reestreno que ya vieron más de 350 mil personas hay humor y cariño en dosis iguales. Sorprende cómo Vázquez organiza su vida profesional. “Siempre pensé –confiesa– en estrenar y volver a reestrenar en verano y en el mismo teatro: El Nacional, al que amo tanto como a su gente. Queríamos quedarnos un poco más antes de salir de gira. La decisión de reestrenar la tomé desde el inicio. Cada medida que adopté la pensé en el inicio. Sabíamos que en octubre parábamos, aunque tuviéramos la sala llena. Sentí que necesitábamos descansar después de haber hecho un trabajo muy fuerte. Como también quise empezar en enero, justo volvimos el mismo día, el 9”.

—Armaron un dúo de comediantes: ¿cuál es el secreto de esa dupla?

Vazquez: Es mucho más difícil hacer reír, y esto lo hablamos con colegas importantes. El concepto de dupla si no está, no está. Cuando trabajé con Benjamín en Alma pirata (Telefe, 2006) vi que tocaba la comedia con naturalidad, y desde ese día le ofrecí hacer teatro juntos. Siempre que nos cruzábamos se lo repetía, por eso lo convoqué para hacer en el escenario El otro lado de la cama (2016). Aquí tenemos una convivencia perfecta, esto no significa que no discutamos. Pero es como el amor, se da o no: encontré una media naranja. Se lo dije a mi mujer (Gimena Accardi), me va a ser difícil no trabajar con él. Mientras que los dos estemos felices y no nos aburramos, seguiremos muchos años trabajando juntos. Nos sentimos familia, y eso no lo podés construir, se da o no se da.

Rojas: La química que tenemos es muy fuerte, hay confianza en las escenas. No es sentarse en un escritorio con una computadora, no hacemos eso, por eso mismo necesitamos esta relación humana, esta dinámica. Trabajamos con el otro. También fue muy importante lo que consiguió Flor (Vigna) al sumarse al juego de este dúo, lo que no es nada fácil.

—¿Cómo enfrentan el prejuicio por ser actores “populares”?

V: Por suerte el público no lo tiene, pero yo lo siento y lo vivo en alguna crítica. Es verdad que hay un sector que dice “ahí están los chicos que hacen pavadas arriba del escenario y la gente se ríe con eso”. Salvando las distancias también sucede en el exterior, con actores muy populares a los que no les dan premios, tanto en el teatro como en el cine o en las series. ¿Cuántos años tuvieron que pasar para decir que Brad Pitt actuaba? ¿O Leonardo DiCaprio? Eran solo “chicos lindos”. Son prejuicios que tiene alguna gente. No los tengo: amo el teatro off, el comercial y el estatal. Me gusta ver todo, vi revista, stand up. Lo lamento por ellos: ojalá se curen.

R: A mí me pasó con la música, escuchaba siempre lo mismo, pero cuando te ampliás y empezás con otros ritmos te abrís y ganás. Como dice Nicolás, tenemos que ver todo. Me han dicho que algunos vinieron obligados y luego nos descubrieron.

V: Es muy difícil hacer este género, y eso nos lo subrayó Mauricio Dayub cuando nos vio. Estás en una línea compleja: o estás bárbaro o ridículo.

—Alfredo Alcón destacaba que son pocos los actores que reciben el cariño del público, y que es inexplicable. ¿Algo así les pasa a ustedes?

V: Lo veo todo el tiempo. Soy un eterno agradecido a la gente. Hay millones de intérpretes mejores que nosotros pero sin suerte, sin trabajo. Eso pasa o no pasa. A mí me sucedió desde el día uno que hice un aviso publicitario y me saludó el almacenero deseándome que siguiera trabajando. O cuando hice el octavo bolo me decían por la calle “¡te tienen que dar más letra!”. Hace unos días estábamos cenando con mi mujer y nos interrumpieron tres veces, pero no fue para pedirnos fotos. Nos agarraron la mano y nos desearon lo mejor en nuestras carreras y en la vida. Nos conocen solo de la televisión y nos dan ese afecto. Eso no tiene precio y es imposible de explicar. Volviendo al espectáculo que reestrenamos, vivimos agradeciendo todos. Trabajamos con un poco más de felicidad ya que le damos valor y lugar al otro.

—¿No les da miedo la fuerte competencia en la cartelera teatral?

V: Me da felicidad. Tengo muchas ganas de ir a ver como espectador propuestas como Kinky Boots, Hello Dolly o Después de nosotros con Julio Chávez en La Plaza. Solo recuerdo algunos estrenos y dejo de lado los reestrenos. A mí como productor nuevo y joven me hace muy feliz ver tanta exigencia que no subestima al público.

—¿Por qué no hicieron declaraciones sobre política, ni de la situación del país?

V: Alguna vez hablé en el programa de Mirtha Legrand, pero me dedico a actuar y lo político no es mi tema. Viví muchas crisis. En 1989 mis padres perdieron la casa. Vengo de una familia de clase media a la que todo le costó mucho. Mi papá llegó a tener cuatros trabajos. Tengo eso grabado en la cabeza: trabajar. Quiero lo mejor para el país. Hoy necesito hechos y no palabras. Que empiecen a mejorar las cosas. Que se piense en el otro. ¿Cómo me comprometo? Doy trabajo y trato de ayudar: es una forma de hacer política.

R: También vengo de una familia de clase media. Me acuerdo de la crisis de 2001. Mi padre es ingeniero, trabajaba en una empresa muy chiquita, y lo recuerdo con grandes preocupaciones. Si queremos a este país hay que invertir aquí y tratar de ser un poco más nacionalistas.

—¿Cómo se relacionan con Facebook, Twitter o Instagram?

R: A mí me cuesta mucho, pero Nicolás las maneja muy bien. Voy aprendiendo con él. Es un avance importante, aunque se pueden usar para bien o para mal.

V: Fui el primero en ver en ellas un excelente medio de difusión de lo que hacemos. Me comí las gastadas de quienes ahora hasta me copian los remates. Es una manera de mostrar lo que estás haciendo. No recuerdo si fue en 2014 o 2015 que decidí publicitar en las redes sociales lo que estaba por hacer, cité a una persona y le pedí que hiciera ese trabajo. Ellos hoy son la empresa más importante en armar estas redes. Mis banderas son el amor y el humor. Si te fijás es lo que prevalece en mi Instagram. ¡Hasta cuando queremos que se vendan las entradas!

 

Los proximos pasos

Una semana nada más parece tener larga vida, ya que piensan recorrer el país. “Disfruto ir a las provincias –subraya Nicolás Vázquez– porque son muchos los que no pueden venir a Buenos Aires. Puede ser que terminemos en mayo o junio, hay otro espectáculo pautado en este teatro, El Nacional, y es el que hará Adrián Suar con Diego Peretti. La escenografía de Cecilia Much fue pensada desde un primer momento para permitirnos salir de gira”.

Pocos saben que Benjamín Rojas también es músico, toca la guitarra y la batería. “Tenía el antecedente de El otro lado de la cama –recuerda–; sabiendo el tipo de comedia que le gusta producir y actuar a Nico percibía que iba a aceptar. Tengo una relación muy linda con él y es lo más importante: lo personal. Ya hicimos giras y es maravilloso, pero ahora no puedo estar quince días sin volver. Me encanta la televisión, aunque hoy preferiría no hacerla, lo veo complicado con mi hija tan pequeña. Rita tiene hoy trece meses y quiero disfrutar de la otra parte de mi vida”.

La mujer de Nicolás Vázquez, Accardi, está en la nueva tira de El Trece, Separadas, y él anticipa: “Gimena hace una actuación diferente, compone a Carolina, quien tiene un diagnóstico cercano al síndrome de Asperger. Investigó y está con mucho amor interpretándola. Va a ser un año muy importante para ella. En abril estrenará en el teatro El Picadero la obra Jauría, de Jordi Casanovas, sobre un hecho real de violación de una joven por cinco hombres que sucedió en España y que se lo conoce como La Manada. Será su primer protagónico en drama. Hablamos todos los días sobre esta obra”.