Nuakchot, Mauritania - Luego de intensas negociaciones entre los gobiernos de España y Mauritania, fueron autorizados a desembarcar los casi 400 inmigrantes asiáticos y subsaharianos que intentando llegar a Europa a bordo del carguero Marine-I, vivieron dos meses de travesía y estuvieron 9 días frente al puerto mauritano de Nuadibú.
Los primeros en desembarcar fueron los 17 inmigrantes indocumentados que se encontraban en peor estado de salud para recibir asistencia médica en un hospital de campaña que Cruz Roja desplegó en el puerto.
"Los 372 pasajeros, se encontraban apiñados como animales en las bodegas del "Marine 1", explicaron los pocos periodistas que pudieron subir a bordo. Los inmigrantes "mostraban signos de debilidad y de fatiga excesiva. Rehusaron hablar con los medios de comunicación y ni siquiera dieron sus nombres ni su nacionalidad", agregó un reportero.
Sin embargo, no se requirió hospitalizar a nadie, precisó Ahmedu Uld Haye, un responsable de la Media Luna Roja mauritana (CRM).
El barco, que probablemente partió de Guinea o de Costa de Marfil, según varias versiones, se dirigía al archipiélago español de las Canarias cuando sufrió una avería. Fue socorrido en alta mar por los guardacostas españoles y remolcado el 4 de febrero hasta unos 30 km del puerto de Nuadhibu. No obstante, Mauritania se opuso a su desembarco, al estimar que no era "jurídicamente responsable" del drama.
Tras 9 días de intensas negociaciones, España y Mauritania firmaron el sábado un acuerdo para la repatriación de los clandestinos vía Nuadhibu. Las primeras informaciones dieron cuenta de la presencia a bordo de 337 asiáticos (305 indios, 22 birmanos y 10 esrilanqueses) así como 35 africanos (23 marfileños, 10 sierraleoneses y 2 liberianos).
Tres aviones militares españoles y uno civil se encargarán de la repatriación de los indocumentados, luego del examen medico que determinará su estado de salud, explicaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores de España, Bernardino León, tramitó las negociaciones tanto con Mauritania como con los países de origen de los indocumentados.
En principio, el Gobierno español se encargará de todas las repatriaciones, la mayor parte de las cuales se efectuarán desde terreno mauritano