INTERNACIONAL
40 AÑOS DE MISTERIO

El extraño caso de Mirella Gregori, la otra chica de 15 años que desapareció en Italia poco antes que Emanuela Orlandi

La joven salió de su casa en Roma el 7 de mayo de 1983 y le dijo a su madre que se encontraría con un compañero. Se desconoce qué pasó ese día y por qué su desaparición se vinculó con la de la chica del Vaticano. Dudas y teorías.

Caso Mirella Gregori
Caso Mirella Gregori | Cedoc Perfil

Mirella Gregori tenía 15 años cuando fue vista con vida por última vez al salir de su casa. Era la tarde del 7 de mayo de 1983, en la ciudad de Via Nomentana, Roma. Poco más de 40 días después, otro caso similar quedaría para siempre ligado al de esta joven por sus similitudes: el de Emanuela Orlandi, una chica de su misma edad, que desapareció en el Vaticano el 22 de junio.

El paralelismo entre ambas desapariciones, todavía dos casos sin explicación, sigue vigente hasta estos días. En muchas ocasiones se vinculó la historia de ambas adolescentes no sólo a raíz de las similitudes entre ellas, sino además por las cartas o presuntas pistas que trascendieron sobre un hilo conductor que unía a los casos, indicios que nunca pudieron –hasta hoy– corroborarse.

Lo cierto es que la historia de las chicas, que no se conocían ni tenían amigos o conocidos en común, tiene, sin dudas, un punto en común: que las dos desaparecieron con días de diferencia y sin dejar ningún rastro por más de 40 años

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Caso Mirella Gregori
Mirella Gregori y Emanuela Orlandi desaparecieron con poco más de 40 días de diferencia. 

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La desaparición de Mirella: dijo que se encontraría con un compañero y nunca regresó 

Era una tarde de sol en vía Nomentana, donde Mirella, la menor de sus hermanos, vivía con ellos y sus padres, dueños de un bar. De acuerdo al relato de la madre de Mirella, el día de la desaparición la chica regresó a su casa del instituto técnico donde estudiaba con total normalidad, cerca de las 2 de la tarde. 

Anteriormente, había estado en un bar cercano a su casa con una amiga, algo que se corroboró con el testimonio de esa joven después. Una vez en su domicilio, alguien llamó al portero de la casa y, según Mirella le dijo a su mamá, se trataba de un amigo llamado "Sandro".

Su madre recordó escuchar que la adolescente le decía por el intercomunicador al presunto joven: "Si no me dices quién eres, no bajo". Luego, al parecer, Mirella y el sujeto en cuestión acordaron encontrarse cerca de las tres de la tarde en otra parte.

Mirella dejó su hogar entre las 15 y las 15:30; y avisó que tenía un encuentro cerca del monumento de la Bersagliere en Porta Pia con un compañero de clase. Pero, desde entonces, no se pudo reconstruir el recorrido que hizo la jovencita después, con quién se encontró, ni a dónde fue. 

Caso Mirella Gregori
Mirella Gregori tenía 15 años. 

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Mirella Gregori: dudas y puntos de común de su desaparición con la de Emanuela Orlandi 

Dos cartas enviadas inmediatamente después de la desaparición de Emanuela Orlandi, conocida como “la chica del Vaticano”, encendieron las alarmas. 

En una de ellas, firmada por el autodenominado Frente de Liberación Turco anticristiano Turkesh, se menciona a Mirella Gregori entre las condiciones para una presunta liberación de Emanuela Orlandi.  En la segunda, una denuncia que llegó al entonces juez instructor Ilario Martella –quien investigaba el caso Orlandi– se adjudicaba tanto el secuestro de Orlandi como el de Mirella. 

En varios comunicados entre 1983 y 1984, la organización turca de extrema derecha Lobos Grises afirmó que protegía a ambas niñas. 

Según declaró Günter Bohnsack, ex oficial de la Stasi (el servicio secreto de Alemania Oriental) habrían sido los servicios de Alemania Oriental, junto con los búlgaros y los soviéticos de la KGB, quienes tomaron el caso Orlandi, conectado con el Gregori, para crear comunicaciones falsas desde distintas siglas (entre ellas el Frente Turco, conectado con los Lobos Grises) precisamente para desviar las investigaciones paralelas sobre la “pista búlgara” por el atentado a Juan Pablo II. 

Caso Mirella Gregori
El misterio de Mirella Gregori sigue sin resolverse 40 años después. 

Otra de las pistas que no prosperó surgió durante una visita del Papa a la parroquia romana de San Giuseppe el 15 de diciembre de 1985. Allí, la madre de Mirella reconoció a Raoul Bonarelli –un hombre de Vigilancia Vaticana que formaba parte de la escolta– quien, dijo, charlaba a menudo con su hija y una amiga de ella en un bar cerca de su casa. 

Además, la mujer contó que poco antes de su desaparición, la adolescente le dijo que pudo reunir el dinero necesario para comprar un departamento que sus padres no podían pagar: "Pronto tendré mucho dinero", le habría dicho.

Las dudas siguen hasta estos días, con dos indicios recientes. A fines de 2022, según el testimonio de Mehmet Ali Ağca, el exterrorista turco que disparó contra el Papa Juan Pablo II, la desaparición de las dos niñas –como así también la del periodista soviético Oleg G. Bitov el 9 de septiembre del mismo año en el Festival de Venecia– estaban estrechamente relacionadas

"Los secuestros de Emanuela y Gregori fueron decididos por el Gobierno Vaticano y llevados a cabo por hombres del Servicio Secreto Vaticano muy cercanos al Papa. La negociación pública fue obviamente un drama bien orquestado por algunos altos prelados que operaban dentro de los servicios del Vaticano",  dijo en una carta que envió a Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, en diciembre del año pasado.

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"El Papa Wojtyla creía profundamente en el Tercer Secreto de Fátima y también creía en la misión que Dios le asignó, a saber, la conversión de Rusia", remarcó Agda y siguió: "El propio Wojtyla quería que yo acusara a los servicios secretos búlgaros y por lo tanto a la KGB soviética. La recompensa por mi colaboración era ser liberado en dos años. Sin embargo, eso solo era posible si el presidente Sergio Pertini me concedía el indulto y precisamente por eso Emanuela y Mirella fueron secuestradas", sostuvo en la misiva. 

A principios de junio de 2023, un nuevo testimonio puso los casos de las niñas una vez más en la mirada pública, al cumplirse 40 años de las desapariciones. 

"Le informo que en el sótano de Castel Sant'Angelo, detrás de una puerta blindada, debería haber una habitación de unos 20 metros cuadrados en la que debería haber restos humanos, incluidos los de Emanuela Orlandi y Mirella Gregori. La estructura debería estar bajo la Autoridad del Municipio de Roma y, por lo tanto, no debería ser difícil preparar una inspección", escribió el , excarabinieri Antonio Goglia, en una carta que envió al fiscal adjunto, Stefano Luciani, a cargo de reabrir una investigación sobre el misterio de Orlandi.

Pietro Orlandi, sin embargo, desestimó el testimonio: "Lo conozco desde hace años, cada vez cambia de hipótesis", dijo sobre Goglia. "Es pura locura, ¿cómo es posible que le presten tanta atención?", cuestionó en diálogo con Italia Oggi.

 

“La desaparición no está ligada a la de Emanuela Orlandi”, dijo la hermana de Mirella Gregori 

Caso Mirella Gregori
 Mirella Gregori. 

Cuando se cumplió el trigésimo aniversario de la desaparición de la joven, la hermana de Mirella, Antonietta Gregori, hizo un llamado "a la conciencia de la gente que sabe lo que ocurrió” para que aporte datos. “Hace 30 años que Mirella desapareció, pero en mi corazón es como si fuera ayer. Mi batalla por saber la verdad continúa y nunca dejaré de buscarla, aunque en todos estos años mi hermana se haya quedado un poco en la sombra”.

“Me pregunto por qué los que realmente saben algo no se deciden finalmente a decir la verdad o al menos a ayudarnos a llegar a la solución de este enigma. ¿Por qué? ¿Por qué? Sólo espero que nunca se apague la luz sobre el caso de mi hermana”, expresó Anonietta. 

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Entrevistada por el periodista Fabio Camillacci. la joven dijo: “Lucharé para reabrir la investigación sobre la desaparición de mi hermana, porque quiero hacer todo lo posible para encontrarla desde que se lo prometí a mi madre mientras se estaba muriendo. (...) Mientras tanto, quiero lanzar un llamado a los que están escuchando: quién sabe, que hablen porque sé que hay alguien que sabe lo que pasó aquel maldito 7 de mayo de 1983”.

En ese sentido, la hermana de Mirella consideró que la vinculación del caso con el de Orlandi perjudicó la investigación para esclarecer lo sucedido, y aseguró que para ella no hay relación alguna entre ambas desapariciones: “Lamentablemente en todos estos años, a pesar de haber tenido siempre mucha fe en las instituciones, los investigadores y las fuerzas del orden, casi nada se ha hecho para encontrar a mi hermana. De una cosa estoy segura: la desaparición de Mirella no está ligada a la de Emanuela Orlandi. Los casos tuvieron que ser separados desde el principio, lamentablemente unieron a las dos niñas quizás también por las llamadas telefónicas, los mensajes que recibimos, las direcciones equivocadas. Estoy segura de que si el misterio de la desaparición de mi hermana no se hubiera combinado con el de la desaparición de Emanuela Orlandi se habría resuelto”.

ag / ds