Noticias falsas, desinformación, manipulación política; estos fenómenos han formado parte del paisaje político durante siglos, pero parece que con los medios sociales y la potenciación de la globalización se han intensificado profundamente. Los países con gobiernos democráticos occidentales se convirtieron a menudo en terreno fértil para las empresas de medios de comunicación públicos de Estados no democráticos. América Latina es la región más afectada por las diversas campañas de desinformación, lo que se explica por los actores externos presentes en la región. Por ello, Global Americans, un think tank con sede en Estados Unidos especializado en proporcionar investigación inteligente sobre América Latina y el Caribe, lanzó un estudio (https://bit.ly/estudiofakes) para saber como se difunde la desinformación y la propaganda en América Latina por parte de los medios de comunicación estatales extranjeros. Investigaron también las implicaciones políticas de este dicho consumo.
Trabajaron con cuatro organizaciones regionales, ITEM en Monterrey (México), Cadal en Buenos Aires, Medianálisis en Venezuela y la Universidad del Rosario en Bogotá. Se concentraron en las campañas de desinformación en el Covid 19 porque era un tema transversal en toda América Latina.
Guy Mentel, Director Ejecutivo de Global Americans, compartió con PERFIL las conclusiones del informe y los elementos más importantes que hay que recordar.
—¿Cuáles fueron sus principales conclusiones?
Las campañas de desinformación en America Latina se caracterizan por el uso del “Sharp Power”. Es un nuevo fenómeno que a menudo es utilizado por países autoritarios con el objetivo de distraer, atraer y manipular las masas en países democráticos creando una imagen positiva del país al internacional creando controversias dentro de la sociedad. La investigación muestra una participación considerable de Rusia y China en los medios y el espacio informativo. Los mensajes varían de un país a otro, pero si nos centramos en Argentina, para China, es una fuente importante de materias primas clave, como la soja, la carne y el marisco, mientras que, para Rusia, la tibia relación del gobierno argentino con Estados Unidos es de gran interés, ya que permite a Moscú proyectar su influencia fuera de sus esferas tradicionales de influencia en Medio Oriente y Europa del Este. La investigación descubrió que los esfuerzos chinos se centraron en gran medida en la promoción del modelo económico chino y las narrativas de solidaridad, mientras que la propaganda rusa fue particularmente activa en retratar positivamente su vacuna, Sputnik, con sus operaciones de desinformación buscando empañar las vacunas estadounidenses y europeas.
—¿Qué otros actores importantes externos, además de China y Rusia, corroboraron la difusión de noticias falsas en América Latina?
Los medios estatales de Rusia y China son los mas activos en la difusión de desinformación. Sin embargo, algunos actores políticos venezolanos también han promovido campañas de desinformación contra el gobierno colombiano, en parte por el deseo de Bogotá de hospedar a un gran número de venezolanos y miembros de la oposición venezolana y por el deseo de Venezuela de reducir el descrédito de sus movimientos.
—¿Cómo variaron los mensajes y las formas de un país a otro?
Depende de la conectividad a Internet de la población. En los países donde la conectividad internet de la población es más escasa, la radio y la televisión son los predilectos. En otros países, consumen más información en las redes sociales como Twitter. Las empresas estatales de medios de comunicación de Rusia y China evalúan que será el medio mas eficiente para lograr su cometido. Una vez que tienen el medio, elaboran un mensaje teniendo en cuenta palabras claves y vocablos típicos que sea en distintos foros; cuentas oficiales de gobiernos, o personas comunes que repiten las desinformaciones distintas. Es un fenómeno moderno que exige un aumento en esfuerzos educativos para contrarrestar las campañas de desinformación.
—¿Porque America Latina es un lugar propicio para estas campañas de desinformación?
Primeramente, hay muy pocas repercusiones. El enfoque demasiado demorado de las empresas estadunidenses para la aplicación de la desinformación en América Latina anima a sus lideres y partidarios a manipular las redes sociales en su beneficio.
Uno de los problemas es el uso insuficiente de los recursos. Por ejemplo, Facebook gasta aproximadamente el 87% en contrarrestar la desinformación en contenido en inglés, pero sólo el 9% de sus usuarios son anglófonos. Por eso, en Global Americans piensan que educar y informar es esencial.
En conclusión, el consejo de Global Americans es estar más atentos a la política en el hemisferio y ser aún más escépticos cuando se trata de medios de comunicación estatales no democráticos. Hay que ser crítico a la hora de leer las noticias y tratar de informarse del mayor número de fuentes posible para tener una visión más objetiva de una situación.