El expresidente estadounidense Barack Obama disfruta de su salida de la Casa Blanca. Tras ocho años al frente del Gobierno, se tomó unas merecidas y exóticas vacaciones junto a su esposa Michelle en una isla paradisíaca del Caribe, propiedad del fundador de Virgin, Richard Branson.
Justo después de la investidura de Donald Trump, el 20 de enero, Barack y Michelle Obama habían viajado a California para pasar unos días en Palm Springs. Poco después, la expareja presidencial viajó a Moskito Island, en las Islas Vírgenes Británicas. Varias fotos publicadas en el blog de Richard Branson muestran a Obama sonriente, en un fueraborda o practicando kitesurf.
"Al ser el expresidente de Estados Unidos, había muchas [medidas] de seguridad alrededor, pero Barack ha conseguido relajarse de verdad y pasárselo en grande", describió el magnate británico.
Según Branson, Obama no podía practicar deportes náuticos cuando dirigía Estados Unidos por motivos de seguridad y debió dejar de lado una de sus pasiones: el surf. El expresidente dedicó dos días a aprender a hacer kitesurf desde la playa. Era "como si volviera a ser un niño", escribió Branson en su blog.