Al restringir la capacidad de endeudarse, crece el fantasma del default de Venezuela y de su petrolera estatal, que entre octubre y noviembre tendrán que pagar 3.800 millones de dólares de vencimiento de bonos. El decreto firmado por Trump y divulgado el viernes por la Casa Blanca “prohíbe operar nueva deuda emitida por el gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal”, Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Además, impide “las transacciones en bonos propiedad del sector público venezolano, así como los pagos de dividendos al gobierno de Venezuela”.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias de estas medidas? La caída de los precios del petróleo desde 2014 estranguló financieramente a Venezuela y agudizó la crisis económica, caracterizada por el desabastecimiento de alimentos y medicinas y por una severa inflación que podría trepar este año, según el FMI, al 720%. En tanto, la deuda venezolana supera los 100 mil millones de dólares, mientras sus reservas internacionales cayeron por debajo de los 9.700 millones, de los cuales sólo mil millones son en dólares y el resto en lingotes de oro.“Venezuela ya está transando sus bonos de deuda a precios de default. El último vencimiento lo renovó, es decir, no lo pagó. Ese es un default encubierto. La medida de Trump probablemente lo pone más cerca de que no pague los intereses de la deuda, pero Venezuela no tiene recursos para pagar. Lo que falta es que diga ‘no te pago’”, explicó a PERFIL Gabriel Holand, especialista en finanzas internacionales de la consultora HR Global.
Para Carlos Donantueno, CEO de CD&A Financial Services, se puede hacer una analogía con los últimos dos años de gobierno de Cristina Kirchner y la situación actual de Venezuela. “El nivel de liquidez de las reservas que tenía Argentina al dejar el poder el kirchnerismo era similar al de Venezuela en este momento. Los bonos venezolanos están cotizando a 45 centavos de dólar, un tercio de lo que cotiza hoy un bono argentino”, dijo.
El chavismo sostiene que las sanciones forman parte de una “guerra económica” para derrocar a Maduro. El economista Luis Gavazut, partidario del gobierno venezolano, declaró al canal estatal VTV que el decreto de Trump afectará el flujo de caja de Venezuela. “Los problemas de flujo de caja se solucionan con deuda. Entonces, Estados Unidos le cierra las posibilidades de financiamiento a la economía venezolana”, consideró.
Capitales. Citgo, subsidiaria de Pdvsa en los Estados Unidos, está en el ojo de la tormenta desatada esta semana por Trump. Es una empresa refinadora de petróleo y comercializadora de combustibles, lubricantes y petroquímicos, con sede en Houston y seis mil estaciones de servicio, tres refinerías y 48 terminales de almacenamiento y distribución. “Esta medida le impide a Pdvsa repatriar dividendos de Estados Unidos”, afirmó Donantueno. Paradójicamente, Citgo había aportado medio millón de dólares para la ceremonia de investidura de Trump, el doble que Google y Pepsi, según reveló la Comisión Federal Electoral de Estados Unidos.
Washington compra –y seguirá comprando– 800 mil barriles diarios de petróleo a Venezuela, 42% de los 1,9 millones que produce. Tras la orden ejecutiva de Trump, las divisas generadas por esas exportaciones no podrán ingresar al país caribeño.
¿Default? La agencia de calificación financiera SP Global Ratings advirtió en julio sobre el riesgo de impagos debido al deterioro de las condiciones económicas y el aumento de las tensiones políticas en Venezuela. La sanción norteamericana impide que la Revolución Bolivariana se financie en el mayor mercado de capitales del mundo.
Sin embargo, Venezuela tiene la alternativa de financiarse en mercados de Europa o Asia. “Me parece más una charada política en la que Maduro se victimiza y Trump se genera un enemigo. Mientras EE.UU. no le toque el negocio del petróleo, lo demás es secundario”, consideró Holand.
Si Caracas no obtiene financiamiento externo, Maduro tendrá que recortar el gasto público. En un contexto de hiperinflación, desabastecimiento y escasez, esa medida aumentaría su impopularidad y dañaría la economía de los venezolanos.