OPINIóN
Balotaje 2023

Debate Presidencial: Elocuencia y ambiciones al desnudo

Sergio Massa demsotró sus habilidades discursivas; transparentó ambición y eludió el presente incómodo de su gestión estatal obligando a Javier Milei, falto de expertise técnica en comunicación, a dar explicaciones tan remotas como Margaret Thatcher y su pasantía estudiantil.

Debate presidencial x Balotaje
Debate presidencial x Balotaje | Agencia Afp

Ya hemos dado opinión en varias columnas sobre la capacidad de Sergio Massa en materia comunicativa. Él es un medio de comunicación, o a la altura de los hechos, un multimedios completo. Javier Milei, por su lado, aportaba su irrupción y novedad y parecía con eso bastar. Pero…

El Debate Presidencial Obligatorio fue una gran herramienta que ya nadie puede discutir por su importancia y necesidad en la democracia en que vivimos. Deja expuesto todo y sirve para clarificar o ratificar posiciones.

El Debate Presidencial Obligatorio, en esta ocasión, sirvió para mostrar dos perfiles bien diferenciados y en oposición. Tal cual se viene dando la campaña se mostraron ayer los dos candidatos. Una campaña profesional con todos los instrumentales posibles en juego, y otra, que apela al carisma del candidato solamente.

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Lo interesante para observar, si pudiéramos sintetizar lo imposible dada las múltiples perspectivas de análisis sobre el debate, es que al menos dos aspectos hay que destacar:

Primero, Massa -y su equipo- comprende y estima correctamente el momento en que estamos. Es la última semana de campaña y es momento de comenzar a perfilar lo único que puede quedar en la percepción de la gente: habilidades, competencias, seguridad, y algún factor que en particular a cada persona que haya visto le parezca interesante.

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Por esto, la última semana es vital en tanto desde ayer al sábado se pueden dar los hechos que con más probabilidad la gente puede llegar a recordar el domingo a la hora de votar. La agenda pública marcará lo que cada candidato refuerce, pero en esa dimensión, hay un candidato que ayer comenzó esa carrera final redoblando la apuesta para alcanzar sus metas.

Elocuencia y ambiciones al desnudo

Claramente fue Massa, quien mejor entiende las etapas de una campaña y comunica 24 x 7, se encuentra técnicamente en campaña permanente, y comunica con la mejor elocuencia su aspiración de poder en todo momento. Su riesgo es transparentar demasiada ambición, perder el raport y mostrar desmesura en el uso de los recursos que el Estado le permite imponer en esa comunicación, actos que pueden contrariar su retórica.

Por su parte, Milei, no encontró su lugar en el debate. No solo no pudo imponer un marco interpretativo a su favor, sino que además, no cambió su estrategia y táctica comunicativa al momento electoral en el que se ubicaba. Siguió respondiendo como lo hacía al inicio de la campaña. Ahí demostró su falta de expertise técnica en comunicación, algo que no es nuevo en él, pero que su carisma para muchos lo hacía prescindir de esta práctica profesional y por ende en el debate perdió terreno en las valoraciones sobre sus competencias discursivas.

Segundo, la adecuación al contexto social y político obliga a ambos candidatos a ajustar sus discursos a las expectativas de las audiencias. Desde ya, que en un evento de esta magnitud por su amplitud es difícil pensar en segmentación, pero hoy en día, ello es posible si se logra imponer en cada eje temático o intervención temporal una idea que a posteriori será una herramienta de comunicación destinada a audiencias particulares correctamente segmentadas.

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Esta posibilidad es un camino abierto de múltiples oportunidades, que incluso en comunicación política, permiten la aparición de lo que se denomina la "fabricación de acontecimientos", los pseudo eventos o la simulación (D. Boorstin, P. Champagne, J. Baudrillard, entre otros). Y para esto, hay que preparar el debate buscando la ocasión para generar hechos imaginarios que permitan a través del discurso y debate instalar propuestas y temas no esperados para insumo de los medios, el periodismo y la ciudadanía. 

Pero todo esto requiere trabajo previo, no solo con el candidato, sino mucho trabajo con analistas que puedan encontrar conexiones con la realidad que le den pretensión de veracidad al pseudo evento creado discursivamente. En este punto ambos tuvieron sus altibajos.

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Milei no creó este fenómeno y solo insistió en ideas e imaginario ya previamente instalado, sin innovar, solo insistir en lo previsible, pierde una oportunidad importante para instalar una agenda de nuevos temas críticos en la campaña en la última semana de la elección.

Por su parte, Massa sí logró, a fuerza de anáforas y pseudo eventos, llevar a Milei a dar explicaciones por temas alejados de la actualidad o referenciados a posiciones ideológicas que sólo se discuten en la academia. De esta manera, lo incomodó y se aseguró que el debate no se enfocara en todo momento sobre temas de actualidad que sí podrían hacer mella en su credibilidad. El momento de éxtasis de esta estrategia fue la figura de Margaret Thatcher.

Pero también este recurso tiene un doble efecto, el cual al ser utilizado en demasía, genera un efecto claro de desvío discursivo situacional sobre lo que se espera ocurra en el debate, dejando expuesto que un candidato puede manejar una instancia de presentación, pero evade o no podría sostener un debate de fondo, en donde primero debe rendir cuentas o exponer claramente su posición antes que poner en consideración y valoración la reputación o discurso de su contrincante.

Finalmente, entre la capacidad de elocuencia ejercida por Massa y las no observadas de Milei y la falta de adecuación de contexto de Milei y la relativa planteada por Massa, el resultado nos deja como valor que es claro quién expone su ambición y recursos en juego y quién se expone increíblemente, a una semana de la elección, a que otros le rediseñen su campaña, discurso y reputación política.

Ha sido una gran noche para demostrar la importancia del evento y la necesidad de que los candidatos participen con suficiencia para dar a publicidad sus propuestas, en pos de informar a la ciudadanía sobre la decisión que van a tomar, y de ser necesario, estos pedirán la correspondiente rendición de cuentas a su debido tiempo.