En la actualidad, las estadísticas de la región y del mundo demuestran que las mujeres representan una minoría en el ámbito empresarial. De acuerdo a la investigación realizada en 2022 por Woman in Business de Grand Thornton, sólo tres de cada diez mujeres ocupan cargos directivos en Argentina. Fueron 35 países encuestados en los que el nuestro ocupa el puesto número 22.
Pese a que en los últimos años se han producido algunos avances en este entorno, todavía queda mucho por hacer para garantizar una mayor representación femenina en los puestos de toma de decisiones.
En este aspecto, ¿qué herramientas podemos utilizar para acelerar el proceso y aportar a la transformación? Sin duda, el enfoque debe realizarse de manera 360° y para ello contamos con distintos instrumentos desde lo normativo, desde la gestión y desde los procesos de recursos humanos con perspectiva de género, para atraer, retener y desarrollar talento femenino. También, es necesario trabajar con el soporte de la alta dirección, partiendo de un buen diagnóstico organizacional.
Ser mujer en Argentina: ocho historias, ocho realidades
El cumplimiento normativo establece una gran cantidad de regulaciones y normativas externas e internas que deben ser aplicadas por las organizaciones. En este contexto, se pueden evitar riesgos legales y reputacionales, brindar claridad respecto a las conductas permitidas, prohibidas y esperadas, al mismo tiempo que se promueve el respeto de los derechos de las mujeres en el ámbito laboral y se contribuye para sentar las bases de la cultura organizacional y de la transformación cultural esperada.
Las compañías, al adoptar este tipo de prácticas, colaboran en los desafíos que implica la igualdad de género, el reconocimiento de los derechos de las mujeres en el trabajo, la igualdad salarial, la prevención del acoso laboral y sexual, y la protección de sus derechos reproductivos, entre otros.
Hoy en día las organizaciones que ponen estos asuntos en su agenda producen un impacto positivo en cuanto al clima profesional, generando efectivamente un mayor compromiso de sus colaboradoras y colaboradores al sentirse valoradas y valorados. Las charlas de sensibilización suelen generar conciencia en la materia e instalar el debate como punto de partida.
Impactos positivos
Aquellas compañías que sopesan la diversidad, tienden a ser más innovadoras, creativas y productivas, lo que puede traducirse en un mejor desempeño y rentabilidad. Según un estudio internacional llevado a cabo por el Peterson Institute for International Economics, las empresas que tienen el 30% de mujeres en puesto de liderazgo consiguieron un aumento del 15% en su rentabilidad.
Ya son muchas las entidades nacionales e internacionales que adoptaron, dentro de un marco de ética, políticas de derechos humanos, entre las cuales se incluyen las de diversidad, inclusión y género. Estas, sumadas a las políticas de integridad, atraviesan la organización transversalmente en todos los niveles y por ello, se extienden pensando en el bienestar y en el progreso de las personas.
Desafíos pendientes
Es importante decir que, para un impacto macro, hay diversos factores externos a la materia que deben estar alineados y tener el mismo objetivo de generar conciencia de la problemática y aumentar las oportunidades sin distinción de género. Según el Foro Económico Mundial llevará 257 años reducir la brecha de género. Por eso, en este Mes de la Mujer debemos reflexionar acerca de los desafíos pendientes para garantizar los derechos de cada una y seguir por el camino de la igualdad para que ese tiempo se reduzca.
Este es un momento en el que sin duda la temática está instalada en las instituciones públicas, privadas y en la sociedad. Por eso, creo que debemos apalancarnos en esa conciencia de necesidad de cambio para movernos en conjunto desde los distintos ámbitos a mayor velocidad y lograr algunas transformaciones históricas que generen un win-win para la sociedad, para un mayor desarrollo económico de las empresas y para las mujeres en mira de la justicia social.
*Directora de la consultora Build The Future y especialista en compliance, diversidad y género.