OPINIóN
Mitología

Historias de niños lobo: ¿qué debate hay detrás del mito?

El debate antropológico sobre las diferentes leyendas de aquellos menores que fueron criados por animales como lobos, osos y monos.

Rómulo y Remo 20201009
Rómulo y Remo los míticos fundadores de Roma. | CEDOC

Desde los albores de la humanidad se conocen historias de niños criados por animales, generalmente lobos, aunque también hay relatos de osos y monos. Estas historias se dispersan por el mundo, desde Galicia a Turquía pasando por la India o Uganda y degeneran en las leyendas del hombre lobo o licántropo, como Licaón de Arcadia, que atacaba a cualquier viajero que pasara por su reino, incluido el mismo Zeus.

Si bien la licantropia y los niños criados por lobos reconocen un pasado común, nos vamos a referir a estos niños que periódicamente aparecen a lo largo de la historia y hasta nuestros días. Este fenómeno se ha prestado a un debate antropológico, ya que en el fondo indagan sobre la singularidad del hombre, sus limitaciones y las condiciones que los llevan a diferenciarse de los otros mamíferos.

Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma, fueron criados por una loba convertida en el símbolo de la Ciudad Eterna. No son los únicos personajes de leyenda abandonados a su suerte: Semíramis, Edipo y hasta Moisés logran superar esta desventura y resurgir como líderes de sus naciones. Su condición de haber estado íntimamente conectados con la naturaleza parecería ser, al menos en parte, la causa de su fortaleza.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma, fueron criados por una loba convertida en el símbolo de la Ciudad Eterna

Se carece de suficiente documentación como para juzgar sobre la veracidad  de casos anteriores al de Pedro de Hamelín; un adolescente salvaje del siglo XVIII que entró en contacto con la civilización en  Hamelin, ciudad alemana célebre por el flautista de los cuentos infantiles, Fue tan conocido, que este joven llegó a frecuentar la corte de Jorge I de Inglaterra y estudiado por el Dr. John Arbuthnot, quien dictaminó que Pedro era un idiota, en el sentido técnico de la palabra. Murió en 1785.

Marie-Angélique Memmie Le Blanc o “la niña Salvaje de Songy” en Champagne fue hallada en 1731, y según las investigaciones era una nativa americana que llegó a Francia en 1720 y vagó a lo largo de 10 años por los bosques de ese país hasta que fue capturada. A diferencia de Peter, Marie aprendió a leer y escribir y hasta ingresó como monja a una abadía.

Víctor de Aveyron fue el caso mejor estudiado después de haber sido hallado cerca de los Pirineos cuando aparentaba tener unos 10 años. Su historia se difundió en la Francia post-revolucionaria atenta a las formas en que la sociedad afectaba las conductas de los individuos, como señalaba Rousseau en su Emilio o la educación, donde expone su teoría de “buen salvaje”. Examinado por el Dr. Pinel, uno de los fundadores de la psiquiatría moderna, llegó a la conclusión que el niño era un deficiente mental incurable. Sin embargo, el Dr. Gaspard Itard se esforzó en educarlo y a lo largo de cinco años anotó sus avances, que fueron magros. Más adelante, el cineasta François Truffaut llevó esta historia a la pantalla.

Kaspar Hauser fue el caso más popular porque se creó una leyenda sobre el origen aristocrático de este joven sospechado de ser el príncipe heredero de Baden. Análisis genéticos ulteriores relacionan el ADN de Kaspar con el de Astrid von Medinger, descendiente de Carlos II de Baden. Su muerte violenta y misteriosa agregó enigma a la existencia de este joven que refería haber pasado parte de su infancia en las mazmorras de un palacio.

Hubo más casos de niños que crecieron entre animales, como el joven ugandés John Ssabunnya criado por monos desde los tres años y Andrei, un niño de 7 años criado por perros en Siberia. Sin embargo, la historia más impactante es la de Amala y Kamala, dos niñas descubiertas en 1926 en Bengala Occidental. Ese año el propietario de un orfanato local, el predicador Amrito Lal Singh, publicó que estas dos niñas le habían sido entregadas por un hombre quien dijo haberlas encontrado en una cueva junto a lobos. Las niñas tenían 6 y 3 años y cuentan que tenían un olfato que le permitía detectar alimentos a distancia, aullaban para comunicarse, andaban en 4 patas, comían carne cruda y necesitaban estar con lobos para comer. Al menos eso es lo que afirmaba Singh a los medios. Pronto todo el mundo supo de este hallazgo.

Sin embargo, surgieron otras versiones, como las que difundió el médico del orfanato, que desmentía lo dicho por Shing. Kamala que fue la que más vivió (ya que Amala murió poco tiempo después de ingresar al orfanato), a pesar de que padecía un síndrome de Rett, un cuadro del espectro autista.

Escaso de escrúpulos, acorralado por deudas, Singh  parece haber querido perpetuar el mito hindi que habla de las conductas anomalas de niños criadas por lobos, historia popularizada por Rudyard Kipling pocos años antes en su célebre Libro de la Selva. A fines del siglo XX, el dr. Serge Aroles sostuvo que la versión de Singh había sido una estafa escandalosa en su minusioso estudio del caso publicado como El enigma de los niños lobo”.

Existe una notable diferencia entre los niños criados desde su más tierna infancia por animales (el ser humano es extremadamente frágil en sus primeros años de vida, a diferencia de los demás miembros de la naturaleza, circunstancia que también explica la rareza de casos), de aquellos que crecieron entre animales

Las fotos que se difundieron no son de Amala y Kamala sino de otras dos niñas del orfanato posando según las indicaciones de Singh. Ningún otro testimonio de aquellos que vieron a las niñas lobo coincide y algunos afirman que Singh golpeaba a Kamala para que actuase ante los visitantes del orfanato, una forma de obtener ingresos para la institución. El profesor Zing de la Universidad de Denver publicó las afirmaciones de Singh en un libro que tuvo mucha difusión en su momento, pero jamás verificó independientemente los datos y en 1942 fue, por tal razón, despedido de la universidad y jamás volvió a la docencia.

Existe una notable diferencia entre los niños criados desde su más tierna infancia por animales (el ser humano es extremadamente frágil en sus primeros años de vida, a diferencia de los demás miembros de la naturaleza, circunstancia que también explica la rareza de casos), de aquellos que crecieron entre animales como pudo ser el caso de Kaspar Hauser o Marie que, si lo hicieron, fue cuando ya se habían desarrollado entre congéneres y adquirido la habilidad de comunicarse

La mitología abona el criterio de Rousseau, el noble salvaje, los jóvenes que pasan a la historia como los fundadores de Roma (aunque los hermanos terminan matándose), Valentino y Orson del romance inglés Sir Gowther.

La mitología abona el criterio de Rousseau, el noble salvaje, los jóvenes que pasan a la historia como los fundadores de Roma (aunque los hermanos terminan matándose), Valentino y Orson del romance inglés Sir Gowther.

La literatura nos regala a Mowgli de El libro de la selva (texto que catapultó Kipling al Nobel de literatura en 1907), o el Tarzan de Edgar Rice Burroughs que intentan confirmar esta versión de la superioridad del noble salvaje. Sin embargo, los casos históricos no coinciden con la apreciación de Rousseau, ya que los niños privados de estímulo difícilmente obtengan un desarrollo intelectual adecuado o adquieran el dominio del lenguaje necesario para vincularse con sus congéneres. Las historias que surgen como la Amala y Kamala son tendenciosas y falaces y apuntan a preconceptos que son difíciles de superar.

Los jóvenes salvajes que se convierten en líderes en la fantasía, suelen ser víctimas de crueles abusos. La consagración de los nobles salvajes es solo una muestra del oculto deseo de escapar de nuestra condición de humanos civilizados para ser primitivo idealizado, una búsqueda de la libertad que resignamos cuando vivimos en sociedad, aunque se base en un mito que carece de sustento psicológico e histórico.

 

*Omar López Mato es historiador y autor del sitio Historia Hoy