Nos encontramos frente a un punto de transición, ante un cambio cultural que nos marcará de por vida. El Coronavirus nos empuja a desarrollar un nuevo modelo de consumo y trabajo, y frente a esto debemos adaptar nuestra cotidianeidad a otras formas de relacionarnos. Si bien existen algunas industrias más afines al trabajo remoto, esta nueva dinámica requiere un abordaje de gran conciencia y seriedad. Personalmente, soy un convencido de que estamos preparados para esta modalidad.
Si tenemos en cuenta la experiencia que vivimos en 2009 con la gripe H1N1, nos indicó el camino a seguir para el desarrollo remoto de las operaciones de las compañías, y nos llevó tempranamente a conocer el teletrabajo. La infraestructura fue creciendo de acuerdo a la demanda, y quizás estamos en el momento de mayor visibilidad. En este contexto, las compañías que trabajamos en garantizar la disponibilidad y seguridad de las plataformas debemos estar al frente para garantizar una respuesta a esa necesidad.
El Covid19 y un cambio en el paradigma económico
Si bien la disponibilidad tiene mucho que ver con la naturaleza de cada actividad, estamos preparados. Un claro reflejo es la educación a distancia, una posibilidad al alcance de todos que notamos en nuestro día a día, con infinidad de plataformas gratuitas, y pagas también, que sirven para relacionarse con los alumnos de todos los niveles. No obstante, estas herramientas no deben considerarse un sustituto total de la interacción entre docente y alumno, porque la experiencia en el aula junto a los compañeros es más nutritiva.
Sin embargo, en momentos de contingencia mundial nos falta aún fomentar un uso cotidiano de las herramientas digitales para que la situación no nos tome por sorpresa, como sucede actualmente. En este contexto, las plataformas más expuestas son aquellas vinculadas con las necesidades básicas (supermercados virtuales, deliveries, educación, turismo y aerolíneas por cambio de pasajes). Con una demanda exponencial, existe una gran responsabilidad de las empresas para que la omnicanalidad, que siempre estuvo presente, funcione en las empresas y las instituciones. Y ante esto, el gobierno debe dar medidas claras, tal como lo están haciendo, para transitar esta situación con la menor exposición posible.
Coronavirus: ¿Qué es un crecimiento exponencial?
Asimismo, el usuario tiene la responsabilidad de cumplir las cuarentenas y el aislamiento, pero este tipo de situaciones tienden a generar ansiedad y mayor demanda de información ante el revuelo a nivel mundial. Esto nos vuelve vulnerables frente a las fake news y receptivos a los links de dudosa procedencia que ofrecen productos de primera necesidad. Es así como pasamos por alto barreras de seguridad internas y quedamos expuestos a caer en trampas virtuales como el phishing.
Los ciberdelincuentes son cada vez más creativos para lograr su cometido. Por eso, debemos estar atentos a lo que nos envían, a los vínculos, siempre ir a la fuente y no dejarse llevar por links que te pueden redirigir a otras páginas, puede ser riesgoso. Es preferible dudar, como usuarios debemos ser cautos, revisar las fuentes, elegir los vínculos correctos y no hacer click en correos electrónicos que no hemos solicitado, desconfiar es la primera medida que debemos tomar.
El coronavirus, ¿qué vino a limpiar?
Tengamos presente que el ciberdelito recurre a cualquier engaño para obtener nuestras cuentas, usuarios y accesos, generando un gran daño en nuestra economía, sólo con una pequeña acción. “A mar revuelto ganancia de pescadores”: acá el pescador es el que nos envía el phishing, y es el que sale ganando si nosotros no somos conscientes de proceder del modo correcto, dejando de lado la paranoia y las ansiedades, debemos ir directo a lo seguro. La pandemia nos pone en un plano en el que no queremos estar, tomamos decisiones que no siempre son las más adecuadas, y de eso se aprovechan los ciberdelincuentes, de nuestras vulnerabilidades en momentos de crisis. Los invito a desconfiar y chequear la información para preservar nuestra intimidad.
El Coronavirus 2.0 llegó para quedarse, es un nuevo modelo cultural, de consumo y trabajo, que abre las puertas a infinidad de posibilidades y proyectos, sólo debemos ser precavidos a la hora de sumergirnos en esta vida digital.