Una invitación de la Corte Suprema al Gobierno terminó en otro cortocircuito entre los dos poderes del Estado. Después de una acordada de los siete ministros del máximo tribunal se resolvió –con el carácter de una resolución judicial– convocar al tribunal al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para debatir sobre asuntos vinculados con el Poder Judicial.
El funcionario primero cuestionó las formas al considerar que la invitación mediante una acordada podía interpretarse como la intromisión de un poder en otro. Ayer, en cambio, puntualizó que había recibido una invitación tradicional.
“Lo que nosotros recibimos en el día de ayer (por el jueves) es una nota de invitación por parte del secretario de la Corte; es una cuestión bien distinta tener una invitación o nota formal de invitación, a una acordada”, advirtió Capitanich. Ante los periodistas, el jefe de Gabinete adelantó que llamaría al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, para coordinar el encuentro. En principio será el próximo martes a las 12 a “agenda abierta”.
Para Capitanich “es necesario el vínculo con los distintos poderes del Estado, pero también el respeto a la independencia de cada poder, y la no injerencia, por lo que tenemos que cuidar los mecanismos formales”. El momento de mayor tensión entre el Gobierno y la Corte fue cuando los magistrados “voltearon” la reforma judicial kirchnerista. Luego pareció recomponerse tras el fallo sobre la Ley de Medios.