Mientras el Gobierno cuestiona la creciente ola de violencia en el fútbol y pide la erradicación de los barrabravas, cada vez le resulta más difícil ocultar sus vínculos con la Guardia Imperial: los integrantes de la hinchada de la Academia le hacen campaña al kirchnerismo con vistas a las elecciones presidenciales de octubre.
Fuentes de la Casa Rosada y de Racing le aseguraron al Diario Perfil que el propio Presidente recibió al menos dos veces a los integrantes de la barrabrava racinguista.
El domingo pasado, en el debut de Racing en Mataderos frente a Nueva Chicago, la hinchada de la Academia hizo campaña para el oficialismo y deplegó una bandera de más de 10 metros con la leyenda: “Kirchner 2007-2011”, firmada por el sector duro de la barra.
Desde Avellaneda explicaron que la bandera no se cuelga por simple simpatía: hay colectivos, viajes al interior y entradas de favor a cambio de la "campaña" en el estadio.
El ministro de Salud Ginéz González, otro racinguista fanático, fue quien intercedió ante el Comité Provincial de Seguridad Deportiva (Copresede) luego de que por una violenta intervención de la Guardia Imperial en febrero de 2006, en un partido ante Independiente, se impusiera el derecho de admisión a la cancha de Racing.
Ginés llamó entonces a Mario Gallina, titular del Copresede, para que habilite el ingreso de segundas líneas de la barra brava, pedido que también tenía el aval de Kirchner.
También aseguran que Kirchner intercedió ante empresarios K para que invirtieran en Racing.