POLITICA
cuenta regresiva

El Frente de Todos se disputa entre candidatos que resisten y los que buscan una bendición

Por estas horas, en el oficialismo todo es desconfianza. La vicepresidenta ata su decisión a los gobernadores y deja pasar los días para saber si el resto de los candidatos busca negociar lugares en las listas. Del otro lado hay sospechas sobre la postura pública de avalar las PASO y temen movimientos sobre el límite del cierre de listas. Las conversaciones y el rol de Sergio Massa en el nuevo acuerdo electoral.

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Escenarios. Wado De Pedro en un acto en Merlo. Scioli reunido con el diputado Casaretto. | cedoc

Agustín Rossi fue el primero en bajar su candidatura. Lo hizo el mismo 18 de mayo de 2019 que Cristina Kirchner anunció la postulación de Alberto Fernández. Daniel Scioli fue el último. Lo hizo el 20 de junio, a pocos días del cierre de listas. Cuatro años después, los dos dirigentes se volvieron a anotar en la carrera presidencial. Pero esta vez, aseguran que su nombre llegará al cuarto oscuro, sobre todo, el de Daniel Scioli, quien aún no conoce el nombre del nuevo elegido de CFK, pero está dispuesto a competir contra quien sea.

Faltan 21 días para la inscripción de candidatos y el clima que domina al Frente de Todos es de desconfianza. La vicepresidenta no llega a entender hasta dónde las candidaturas lanzadas por fuera del kirchnerismo y que piden internas son presiones para una negociación por las listas, teoría que con el calendario encima va quedando atrás. Pero del otro lado también hay sospechas que tienen que ver con la admisión pública del kirchnerismo de ir a unas PASO y, más allá de las advertencias de armados propios en todas las categorías, temen que haya un movimiento de último momento para ungir a un candidato único.

Scioli ya dio varias muestras de que no tiene intenciones de bajarse como en 2019

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Cristina Kirchner tendrá un postulante propio y todo parece indicar que compartirá ese nombre con la mayoría de los gobernadores peronistas que se reunirán en los próximos días en el Consejo Federal de Inversiones para definir una estrategia conjunta.

Tal como anticipó PERFIL, quien marcó ese encuentro como un momento clave en el lanzamiento de la campaña fue la propia vicepresidenta. Cristina Kirchner habla con muchos de ellos y se descuenta que lo que vayan a decir el próximo 7 de junio fue acordado antes con la titular del Senado.

La pregunta es hasta dónde hoy la vicepresidenta y los gobernadores tienen fuerza para ungir a un candidato y que se convierta en el único postulante del Frente de Todos. En la previa al cierre de listas, un escenario como el de 2019 parece utópico. En aquel momento, Cristina señaló a Alberto Fernández y los gobernadores, sindicalistas y dirigentes se alinearon de manera inmediata. Los entonces postulantes, entre los que se anotaban el actual jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, también acompañaron esa postulación. Hoy vuelven a ser precandidatos.

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Scioli reunido con el diputado Casaretto. Foto: Twitter

El celular de Daniel Scioli no deja de sonar. “Lo llamo todos los días, no te preocupes que no se baja”, le dice a PERFIL un funcionario que asegura, además, que no hay estrategia sorpresa posible que lleve al Frente de Todos a la unidad en las listas presidenciales. Aníbal Fernández fue quien lo dejó claro: para que eso suceda hoy, el kirchnerismo debería resucitar a Juan Domingo Perón.

Wado no convence a la propia Cristina, por qué nos va a convencer a nosotros”, dice un hombre que ya trabaja en la campaña de Daniel Scioli para la presidencia. Ya juntan avales, primer requisito para poder ser candidato. Son apenas unos miles, nada que pueda traerle complicaciones.  

El embajador en Brasil recién ahora comienza a aparecer en las encuestas. Semanas atrás llamó a dos consultores y les dijo: “Sé qué están induciendo las preguntas, dejen de hacerlo”. Son dos hombres que suelen trabajar con el ministro de Economía, Sergio Massa. El titular del Palacio de Hacienda se opone a las PASO, pero más se opone a que Daniel Scioli compita. Ocupa demasiado tiempo en una pelea personal. En cambio, el exgobernador bonaerense no tiene problema de competir, incluso, contra Massa. Cree que le gana. “¿Vos qué crees que va a votar el kirchnerista si esa es la interna? La mayoría vota por Scioli”, evalúan.

Aunque es un socio clave en el armado del Frente de Todos, Massa llega a la negociación con las acciones en baja. Sin los logros prometidos en materia de inflación, ingresos y dólares que iban a llegar con su asunción, el ministro de Economía se aferra a la catástrofe económica y política que se hubiese generado en el actual gobierno si él no se hubiese hecho cargo del ministerio.

Wado De Pedro sigue con una intensa agenda y quiere ampliar el espacio

CFK rescata que Massa haya dejado el Congreso para saltar a la tarea económica y por eso, en el reparto de lugares, recibirá más de lo que le corresponde. Sobre todo, si se mira cómo el Frente Renovador fue perdiendo votos desde 2013 cuando ganó la elección bonaerense enfrentando al kirchnerismo.

Todo lo que se lleve será resignando su candidatura presidencial y, hasta ahora, también la posibilidad de que haya un postulante de síntesis. De todos modos, en el Frente Renovador dicen que no todo está definido. Ni siquiera si habrá primarias o no. Y sacan pecho de los días que Massa pasó en China junto a Máximo Kirchner. En cuánto a resultados económicos, la visita podría haberse resuelto con un intercambio de mails o con el viaje de segundas líneas. Pero la distancia de Buenos Aires servirá, sobre todo, para definir parte de la estrategia electoral. Tal como anticipó PERFIL, las negociaciones por las reglas ya están en marcha. Si las PASO son o no un hecho, no hay tiempo para perder y la discusión por el piso de la interna y el sistema de conteo ya comenzó.

La desconfianza, el desconcierto y el escenario abierto a tres sábados del cierre de listas llega a un punto en que ni los dirigentes que seguramente estarán en las listas lo pueden adelantar. Axel Kicillof dio por segura su candidatura y habló de una fórmula cerrada “en principio” con Verónica Magario, su actual vice. Horas después debió salir a bajarle el tono y explicar que “no hay fórmulas confirmadas”.

Mientras tanto, Eduardo “Wado” De Pedro acelera. Muestra apoyos a su candidatura y habla por lo bajo con distintos dirigentes para lograr ampliar el espacio. Logró que el sindicalista Luis Barrionuevo sea un ferviente defensor de su candidatura y prepara más fotos. Habla, por ejemplo, con Juan Manuel Urtubey. El gobernador de Salta sabe que su alianza con un Juan Schiaretti que mira a Juntos por el Cambio no tiene mucho futuro. Puede dar algún gesto en esta campaña, pero no será momento de volver al espacio. Planea el regreso “a casa” después de las elecciones.