Es la primera mujer designada al frente de “una empresa de hombres”, que le brinda servicio de agua potable y desagües cloacales a más de 14 millones de habitantes en el AMBA. Con una inversión de 10 mil millones de pesos, encabeza el megaplan de obras públicas que en 2020 buscará sacar del pozo a la Argentina… o lo que quede de ella tras la cuarentena. Sostiene que, al asumir, encontró una “compañía en crisis y sobreendeudada en dólares”, que difícilmente pueda afrontar los compromisos de pago inmediatos. Reconoce que “ser mujer y joven” será una carga extra durante su gestión.
Desde el piso 20 de su oficina en el microcentro porteño, con una envidiable vista panorámica hacia Puerto Madero y el Obelisco, Galmarini recoge el guante y cruza a quienes la cuestionaron por haber dispuesto un aumento en la clorificación del agua potable por el coronavirus. “Si nosotros estamos diciendo que hay que cuidar a nuestra gente, jamás haríamos nada para hacer lo contrario”, se defiende. Según las estimaciones oficiales, el uso de cloro por miligramo de agua pasó de 1,0 a 1,2 en las últimas semanas, siempre bajo recomendación de la OMS.
A seis meses de la asunción de Alberto Fernández, la tigrense, en tanto, no repara en elogios hacia el presidente, a quien califica como “el más indicado para afrontar esta incertidumbre”. “(Alberto) pudo desmitificar algunas de las cosas que se decían sobre él. Piensa, reflexiona y habla con todos. No es posible una Argentina partida a la mitad, donde esa mitad se quede afuera del sistema, como nos pasó en los últimos 4 años”, arremete Malena Galmarini sobre el paso de Mauricio Macri por la Presidencia.
Malena Galmarini culpó a Larreta por la falta de agua en la Villa 31
Críticas y futuro. Más allá de la buena sintonía que manejan desde hace meses, la pandemia selló a fuego la unidad. Durante el rimbombante acto de relanzamiento de la obra Sistema Agua Sur, el jefe de Estado le esbozó un nuevo y estratégico piropo político: “Lo mejor que tiene el massismo es Malena”, sentenció Fernández a fines de mayo, bajo la complicidad del titular de la Cámara Baja, Sergio Massa, del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y del diputado nacional Máximo Kirchner, los vértices de la alianza que llegó al poder en diciembre de 2019.
Sin embargo, Galmarini no pierde la oportunidad de marcarle la cancha a Fernández, en el que considera su mayor déficit de gestión: el rol femenino en la toma de decisiones del Gobierno. “Me gustaría que haya más mujeres y no para la foto”, cuestiona. Además, vuelve a insistir en la necesidad de avanzar con el proyecto de despenalización y legalización del aborto en Argentina, a pesar del parate parcial que atraviesa el Parlamento por la pandemia: “Ya lo debatimos. Hay que darle a las mujeres la libertad para elegir su proyecto de vida”, indica.
Es tiempo de saldar la deuda que tiene la historia argentina con sus mujeres
Sobre sus aspiraciones políticas, Malena Galmarini entiende que el ascenso de su imagen pública, asociado a las obras de AYSA y al lugar preponderante en la mesa chica de Olivos, puede generar recelos y rumores al interior del Frente de Todos, aunque descarta pronunciarse sobre una eventual candidatura legislativa en 2021. “La política es tan dinámica que uno nunca sabe. El año que viene va a ser diferente: la Argentina será otra después de la pandemia”, vaticina.
FeL