A sus 90 años, de muy buen semblante, el historiador, filósofo, sociólogo y pensador Juan José Sebreli sostuvo este domingo que hasta el último momento va a luchar por la libertad de expresión en una entrevista televisiva en la que lanzó una de sus más feroces críticas contra el gobierno de Alberto Fernández.
Con respecto a su experiencia con la enfermedad que transmite el Coronavirus, dijo: "Tuve Covid y este libro empezó a escribirse en las camas del Hospital Italiano. Porque yo pensaba que había que terminar con las mentiras del gobierno, la explotación del gobierno sobre la pandemia. Es espantosa. Esta es una cuarentena política, social, económica, escolar, y también sanitaria", dijo en el estudio de "La Cornisa", conducido por Luis Majul.
El periodista que conduce su ciclo por la señal LN+ lo interrogó "¿Cómo la pasaste teniendo Covid?, ¿te asustaste?". A lo cual respondió, “No, no, no, a mi edad ya no me asusto. De algo tenés que morir”, “fue suave, digamos, no fue terrible”, “básicamente no me afectó la mente, a mi lo que me preocupa es que me afecte a la mente, el cuerpo si quedó afectado, camino mal, pero la mente perfecta”. “Tengo más libertad y más conocimientos. Los años te vuelven más sabio”, sentenció.
“A Cristina no le interesa cómo va la economía. El único interés de ella es liberarse de la cárcel”, dijo Sebreli
A la hora de justificar la expresión que da titulo a su último trabajo, se explayó "La desobediencia civil es una parte de la democracia. Bajo una dictadura no hay desobediencia civil porque te matan o te llevan preso". Y agregó, 'Las marchas multitudinarias, como la de hoy por ejemplo, que yo no pude ir aunque me hubiera encantado por salud, es desobediencia civil".
Sin embargo fue cauto a la hora de evaluar la "nueva normalidad": "Cumplir con el reglamento fundamental, barbijo, mantener la distancia…pero no el encierro terrible que no se cumplió nunca porque la sociedad no lo quiso. Que no era suficiente (el encierro), se vio claramente por la cantidad de muertos que hemos tenido, hacía falta otra cosa, los testeos, el apartamiento de los enfermos en un hospital o en un hotel si no había camas suficientes…”.
Sobre el momento político que atraviesa la Argentina no ahorro munición gruesa, “los albertistas, los que votaron sinceramente porque creían que Alberto iba a frenar a Cristina, yo los llamo idiotas políticos”. “Cristina nunca se va a subordinar a nadie. Es ella, básicamente. Y Alberto no es una persona de fiar, para nada. Es una persona que hoy dice una cosa, mañana dice otra”.
“Cambia en el minuto. Lo que dice a la mañana lo desdice a la tarde. Yo lo he estudiado que cambia en el mismo momento. Cambia en la frase, empieza una frase para decir algo, hace el punto y coma, la pausa, y la segunda mitad es todo lo contrario”. “El caso por ejemplo de la toma de campos. Hace una frase diciendo que la toma de campos es un delito, punto y coma, y después dice que no está del todo mal lo que hace Grabois”.
“La gente confunde dictadura con voto, con sufragio universal. El sufragio universal es un elemento. Porque sino Hitler sería un demócrata. Cuando Hitler quiso hacer un golpe de estado, fracasó y lo metieron preso; cambió de táctica y llegó democráticamente”.
Dedicó una frase contundente para la ex presidenta: “A Cristina no le interesa cómo va la economía. El único interés de ella es liberarse de la cárcel”.
“Si nos dejamos estar terminamos en Venezuela. Es una predictadura”, sentenció. Y como argumento para sostener esta visión, agregó, “El senado está manejado por Cristina, obviamente. Diputados está manejado por Máximo Kirchner. Y ahora, lo fundamental, que es el poder judicial está siendo destruido. Entonces que queda…”
A su entender, “La gente confunde dictadura con voto, con sufragio universal. El sufragio universal es un elemento. Porque sino Hitler sería un demócrata. Cuando Hitler quiso hacer un golpe de estado, fracasó y lo metieron preso; cambió de táctica y llegó democráticamente”.
Para el cierre de la charla quedó su auto definición política como liberal de izquierda, “la realidad está compuesta por tres elementos: estado, mercado y sociedad. El liberalismo subraya al individuo e ignora por completo al mercado. El socialismo, la izquierda en general, porque hoy ya no se sabe que llamarlo, prioriza al estado e ignora totalmente al mercado”. “Yo creo que no funciona eso”, agregó.
“El estado solamente nos lleva al totalitarismo, y el liberalismo de derecha, el liberalismo conservador nos lleva a la miseria, a la desigualdad total”. “Entonces yo hablo de liberalismo de izquierda, en donde se confluye la libertad individual, la libertad del ser humano con un mercado por lo menos controlado, no sustituido; el estado no sustituye al mercado sino lo controla”, finalizó.
HV